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El ataque de Trump a Ford y GM ya empieza a tener consecuencias

  • Los ataques continuos de Donald Trump a la industria del motor norteamericana no solo se recrudecen, sino que se intensifican.
  • A la misma vez que Ford anunciaba la eliminación de un proyecto entero para una nueva factoría en Mexico, Trump cambiaba de objetivo y ahora ataca a GM con absurdos argumentos.

8 min. lectura

Publicado: 04/01/2017 18:00

Donald Trump en una imagen de archivo.

El ahora presidente Donald Trump no ha dejado de atacar a la industria del motor de su país, siendo Ford Motor Company la principal afectada por los airados comentarios y amenazas del polémico empresario, ahora reconvertido a político. Aunque muchos especialistas han clamado por la inconsistencia de los argumentos de Trump en contra de las fábricas que las marcas poseen en México, este no ha dejado de anunciar posibles represalias contra esas empresas, amenazando con imponer altos impuestos de entrada a los vehículos importados de México.

Las repetidas amenazas de Trump no han caído en saco roto y Ford ha confirmado esta misma semana que anula el proyecto de construcción de una nueva factoría en suelo mejicano, valorado en 1.600 millones de dólares. En su lugar, invertirá aproximadamente la mitad de esa cantidad en Michigan, como parte de los aproximados 4.500 millones de dólares previstos del plan de electrificación de su gama de aquí a 2020.

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Ford solo reveló la anulación del proyecto en México después de haber presentado este plan, que ya incluía un importante paquete de medidas para sus instalaciones en Michigan. ¿Realmente han anulado el proyecto de la factoría o solo lo han retrasado? y lo más importante, ¿el dinero que pensaban destinar a la factoría mejicana realmente se destinó a Michigan o esa partida ya estaba contemplada en su nuevo plan de eléctricos 2020.?

Sin olvidarnos de la metedura previa de Trump con respecto a la producción del Lincoln MKC, que ya había sido decidido anteriormente no trasladarla a México, pero aún así, Trump la vendió a sus seguidores como una victoria suya.

Casualmente, a la misma vez que Ford revelaba la anulación del proyecto de la nueva factoría, Trump cambiaba por primera vez su objetivo y esta vez ha apuntado contra General Motors, y por lo que vemos sin contar con la más mínima información.

En esta ocasión, y como siempre por Twitter, Trump ha lanzado un ataque directo a General Motors por los Chevrolet Cruze fabricados en México, amenazando con imponer un fuerte impuesto aduanero a estos. Lo que no ha dicho Trump y lo que tampoco parecen saber sus asesores es que de las decenas de miles de unidades que General Motors exporta cada año, precisamente los Cruze procedentes de México son una minoría, un número tan bajo que es casi anecdótico para un mercado como el norteamericano.

El Cruze en su variante sedán y la de más éxito en Norteamérica es ensamblado en la planta de Lordstown, Ohio, mientras que la versión hatchback es solo fabricada en México. Las ventas de esta última son muy bajas y no suficientes para justificar una nueva línea productiva en Lordstown, de ahí que el año pasado fueran importados desde México unos 4.500 Cruze hatchback.

Una cifra ridícula para un fabricante como Chevy, que fabricó en Lordstown más de 319.000 Cruze sedán solo en 2016, y más si lo comparamos con otros modelos que también llegan desde México, como las cerca de 80.000 unidades del Chevrolet Trax que se vendieron el año pasado.

Que Trump empleara el Cruze llegado de México como ejemplo solo demuestra la desinformación que manejan el y su gabinete. Curiosamente, la CEO de GM, Mary Barra, es una de las nombradas por Trump para el consejo para formar empleo.

Entrada de la factoría de Lordstown.

No es casual tampoco que la factoría de Lordstown haya realizado recortes en su tercer turno de trabajo en los últimos meses, es el caldo de cultivo perfecto para poder pintar el escenario que trata de explotar Trump, una compañía recorta puestos de trabajo en Estados Unidos a la vez que trae vehículos desde fuera.

El Cruze hatchback sí que nos sirve como ejemplo para entender la verdadera necesidad de esa factorías mejicanas para las grandes corporaciones estadounidenses. un tema polémico desde que el propio Roger Moore saltara a la fama con su primer documental, “Roger & me”, en la década de los ochenta.

En México realmente solo se fabrican los modelos de tamaño pequeño, aquellos que precisamente se venden menos en Norteamérica y que cuentan con un margen de beneficios menor. Los modelos más vendidos en USA siguen siendo los pick-ups, encabezados por la F-Series de Ford y su popular F-150, modelos que solo se fabrican en territorio estadounidense.

Cadena de montaje del Cruze hatchback mkI en Rusia.

Para estos modelos, las fábricas mejicanas son la tabla de salvación. De no ser rentables estas factorías, esos modelos simplemente desaparecerían dejando el mercado libre para otros modelos como los japoneses o coreanos. Un modelo como el Cruze hatchback, con menos de 1.000 ejemplares al mes, saldría más rentable eliminarlo que tratar de fabricarlo en suelo norteamericano.

La pregunta que nos hacemos es, tras la industria del motor ¿Trump cargará contra el resto de industrias que fabrican en otros países?, la lista podría ser interminable si tratamos de enumerar a todas las grandes corporaciones norteamericanas que fabrican sus productos en China o cualquier otro país. ¿Donde está fabricado el smartphone de Donald Trump.?

Lo que sí es seguro es que muchos fabricantes, como creemos que está haciendo Ford en estos momentos, tratarán de seguirle el juego al “nuevo niño grande del patio”, haciéndole creer que se está saliendo con la suya durante poco el tiempo que va a estar, y no será de extrañar que de paso, tratar de sacar algún rédito. No será ninguna sorpresa si dentro de unos años volvemos a oir hablar de un “nuevo proyecto” de factoría de Ford en San Luis Potosí, México.

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