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En España circularán 2 millones de coches eléctricos en 2040, descartemos el apocalipsis

De acuerdo a las proyecciones de Accenture, la transición en España hacia el vehículo eléctrico será progresiva, soportable, y sin problemas para el sistema eléctrico. Aunque habrá menos negocio para las petroleras, otros sectores de la economía se verán beneficiados por el abandono progresivo de la combustión interna.

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Publicado: 06/08/2019 21:30

Proyección de ventas de vehículos eléctricos sobre el total de los principales mercados - Fuente: Accenture

Sin duda uno de los mayores ejercicios de optimismo político en España fue cometido por el ex ministro socialista de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián. En julio de 2008, hace 11 años, aseguró que en 2014 habría un millón de vehículos híbridos y eléctricos en España, y la mayoría de producción nacional. Se pasó de frenada varios kilómetros y no había estallado la crisis, solo se reconocía una "desaceleración".

Una fuente un poco más con los pies en la tierra, la consultora Accenture, cree que en 2025 habrá 200.000 vehículos eléctricos en España, pero que en el año 2040 ya habrá 10 veces esa cantidad: 2 millones. En teoría, a partir de ese año ya no se podrán matricular coches con motores de combustión interna, incluyendo híbridos, pero dicha medida sigue sin estar aprobada.

Dentro del estudio "Utilities: Lead the Charge in eMobility" realizado por la mencionada consultora, prevé que los grandes mercados mundiales adopten los vehículos eléctricos de forma exponencial, siendo Noruega el primer país que llegue a un 100% de ventas de enchufables, en 2030. España adoptará un ritmo más lento que la media, en 2040 los eléctricos supondrán el 20% de las ventas.

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Y es que falta mucho para llegar a 200.000 unidades. En todo 2018 se matricularon 15.495 vehículos eléctricos y 5.696 híbridos enchufables, y eso fue casi el doble que en 2017. Esas cantidades se desglosaron en 6.132 turismos, 1.825 furgonetas, 3.938 ciclomotores y 3.352 motocicletas o ciclomotores. ¿Son buenas cifras? No en el total, no llegan al 1% del mercado.

El creciente parque de vehículos eléctricos supondrá nuevas oportunidades de negocio, y no nos referimos únicamente a las compañías eléctricas, las principales beneficiarias de tener una clientela adicional a la de siempre. Un ecosistema empresarial florecerá en torno a los vehículos eléctricos.

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Para mejorar la experiencia de posesión de un vehículo eléctrico hacen falta empresas que desarrollen aplicaciones móviles, que gestionen los puntos de carga, que proporcionen soluciones de alquiler o leasing de vehículos o baterías, puntos de recarga públicos o privados, procesamiento de pagos -evitando el efectivo-, etc. El grueso del negocio se lo llevarán las propias recargas, aunque tengan un margen comercial bajo.

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Según Accenture, partiendo de una muestra de 500 conductores, el 69% de los encuestados españoles está a favor de adquirir un vehículo eléctrico para ahorrar a largo plazo. De ellos, el 84% piensa recargar en su hogar, aunque solo el 62% dispone de plaza de aparcamiento donde sea fácil realizar la recarga.

De todas formas, en un futuro no muy lejano no será imprescindible realizar las cargas en una plaza propia o arrendada, al haber una mayor red de recarga, poder contar con baterías de mayor capacidad y que no todos los usuarios necesitarán cargar a diario. Algunos podrán cargar una o dos veces a la semana en un cargador público o de acceso limitado.

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Tampoco hay que creen en los augurios apocalípticos de un consumo excesivo de electricidad o que los vehículos enchufables vayan a poner en jaque la capacidad del sistema. Primero, eso es una falacia. Segundo, mediante los sistemas de carga balanceada o redes inteligentes, los vehículos cargarán más cuanto haya exceso de energía y menos cuando haya una elevada carga del sistema.

Es decir, las redes inteligentes permitirán un balance y el consiguiente aplanamiento de la curva de demanda eléctrica. Si en un momento puntual las renovables aportan más energía de la que el sistema absorbería de forma normal, los eléctricos cargarán a la máxima velocidad posible. En cambio, de haber una carga alta en la red, los vehículos podrán retrasar las cargas de baja prioridad y beneficiarse de tarifas más económicas.

Tengamos en cuenta que los eléctricos, más que desestabilizar el sistema, lo harán más rentable, porque pueden dar salida -comercialmente hablando- a esa electricidad que el sistema no absorbe ni es fácil de almacenar. En otras palabras, el sistema eléctrico en su conjunto será más eficiente, reduciendo por tanto los costes en un sentido muy global.

A todo lo dicho hay que repetir que la transición va a ser muy progresiva, ahí están las proyecciones, por lo que no hay que temer a la llegada de los eléctricos. Va a ser una invasión más progresiva y silenciosa que otra cosa. A mayor ecosistema de la "eMovilidad", mayor ritmo de adopción de vehículos eléctricos habrá.

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