El panorama de Europa en 2035, coches eléctricos, combustión, HEV y PHEV convivirán durante años

La decisión de la Unión Europea de prohibir los coches de combustión a partir de 2035 es una medida que está generando dudas entre los clientes. Mientras las marcas ya han anunciado que contarán con una gama espléndida en todos los segmentos y con diferentes carrocerías, algunos fabricantes también han anunciado que seguirán ofreciendo motores de combustión al tiempo que los clientes los reclamen.

Si no cambian de opinión, hasta 2034 habrá coches con motores térmicos a la venta. Pero hay dos verdades como templos en esta decisión de Europa, y es que la medida solamente afecta a los coches nuevos, por lo que seguirá existiendo una gran oferta de coches de ocasión con motores de combustión,. De hecho, los europarlamentarios están citados a nueva reunión en 2026 para estudiar si se mantiene la fecha o se puede retrasar, especialmente porque Bruselas no puede obligar a cambiar de coche porque sí.

La decisión europea tiene flecos que resolver antes de aprobarse

Una cita muy importante, pues sobre la mesa tienen también la petición de los fabricantes sobre el uso de los combustibles sintéticos. Este tipo de combustible libre de emisiones permitirá que el parque móvil de los diferentes países pueda seguir circulando, millones de coches que no necesitan modificaciones en sus motores para alimentarse de estos combustibles, como bien ha demostrado Porsche. Y en la que los HEV y PHEV también se incluyen, por lo que no se ven afectados por la medida.

Esta situación se complicará más todavía y afectará a los clientes, pues no prohibir los coches usados de combustión tendrá una consecuencia importante: su precio se encarecerá considerablemente. El gran problema al que se han enfrentado en Bruselas es la fecha clave para la transformación de la movilidad. Debían de poner un límite, y lo han hecho dejando un margen para que los fabricantes se adapten, pero la viabilidad de esta decisión se encuentra en el tejado de los países miembros. Aún así, lo que desconoce es cuándo Europa será verdaderamente eléctrica, apuntando a 2050.

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Aunque no está previsto que reculen, incluso la amenaza de endurecer siempre está encima de la mesa, y se retrase la entrada en vigor de la fecha marcada en 2035, todo depende de si los países europeos son capaces de desplegar la infraestructura de carga de coches eléctricos que Bruselas anhela y que hace aguas incluso en los mercados con más tasa de eléctricos matriculados. Según el plan aprobado, los europeos debemos disponer de una infraestructura de recarga e hidrogeneras equivalente al número de estaciones de servicio en 2028, lo que daría pie a Bruselas a mantener 2035 como la fecha clave del plan «Fit for 55».