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La UE responderá a los aranceles americanos a los automóviles europeos

Si suben los aranceles a los automóviles en ese país al 20%, se incrementarán en la práctica a ambos lados del Atlántico. El impacto no será simétrico. En Europa afectará más a la industria (muy poco en España), menos al mercado.

6 min. lectura

Publicado: 24/06/2018 21:45

Mercedes-Benz produce los GLE y GLS en Tuscaloosa (Alabama)

De aquí a febrero de 2019 Estados Unidos podría incrementar los aranceles a los coches que vengan desde Europa, es el plazo que tiene la Administración Trump para comprobar si las importaciones europeas afectan a la seguridad nacional de Estados Unidos. Esa es la excusa legal para hacerlo, amparándose en una ley de 1962.

La Trade Expansion Act, en su artículo 232, faculta al Gobierno de Estados Unidos a incrementar los aranceles o bloquear la importación para los bienes que vengan desde el extranjero. Hace un mes que se inició la investigación para determinar el impacto en la seguridad nacional; se anunció el 11 de mayo en la Casa Blanca, aunque se sabía de antes vía Twitter.

El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, dijo el martes que la investigación se terminará este verano, en agosto como muy tarde. Si la investigación determina que las importaciones de automóviles -entre otros bienes- afecta a la seguridad nacional, se incrementarán al 20% -o al 25%- los aranceles para ellos. Ahora están gravados al 2,5%.

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La reacción de Europa es previsible

Jyrki Katainen, vicepresidente de la Comisión Europea, declaró a Le Monde que "no tendremos otra opción que reaccionar", por lo que los aranceles a los coches americanos pasarán del 10% al 20%, para que la respuesta sea recíproca y proporcionada. "Debemos terminar con esta escalada", concluyó Katainen.

Sus palabras son muy creibles, ya que la UE grava desde el viernes varios productos de origen estadounidense como pantalones vaqueros, motocicletas, bourbon o vehículos industriales con motor diésel. El mismísimo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, avisó tiempo atrás que sería precisamente eso lo que pasaría.

Varios fabricantes se verían afectados por ese movimiento. Los Tesla serán más caros (salvo que lleguen parcialmente desarmados y se completen en Tilburgo, Holanda), así como prácticamente todo el catálogo de Jeep, los todocaminos X3, X4, X5 y X6 de BMW, los SUV GLE y GLS de Mercedes-Benz, etc.

En sentido contrario, los fabricantes alemanes serán los que más acusen el impacto en sus cuentas. En 2017 Estados Unidos -que es el segundo mercado automovilístico mundial- supuso el 15% de las ventas de BMW y Mercedes-Benz, el 12% de Audi y el 5% de Volkswagen. ¿A quién beneficiaría eso? Por ejemplo, a Lexus.

Algunos modelos alemanes podrían ser descatalogados, ya que el incremento de precio no los haría competitivos contra algunas alternativas, especialmente SUV en la misma marca, o contra rivales como Lexus. En 2017 Mercedes-Benz repitió como primera marca Premium en EEUU, seguida de BMW. Lexus es tercera marca, pero lideró durante 10 años seguidos hasta el desastre de 2011.

La salud financiera de varios fabricantes se ha resentido ante la perspectiva negativa que supone una guerra comercial. No solo han caído los fabricantes alemanes en el Euro Stoxx 50 (índice bursátil europeo de referencia), también retrocedieron Ford Motor Company y General Motors en la bolsa Nueva York.

En teoría, Donald Trump pretende reducir el déficit comercial de su país con barreras arancelarias para que aumente la producción dentro de Estados Unidos y así se genere más empleo en sus fábricas. La teoría económica dice lo contrario, porque la tendencia mundial es avanzar hacia el libre comercio.

Los expertos suelen coincidir en que la política comercial del presidente Trump incrementará los precios de los coches en Estados Unidos, reducirá las ventas y potenciará el mercado interior de coches usados, aumentando por tanto la edad media del parque, que ya es muy alta. Por lo tanto, destruirá más empleos de los que creará. En Europa también habrá ajustes a nivel industrial, no tanto a nivel de mercado.

Durante el año pasado el déficit comercial de Estados Unidos alcanzó los 566.000 millones de dólares, aunque Trump suele dar el dato de 800.000 millones (800 billion USD). Prácticamente la mitad de ese déficit viene con el comercio con China, 375.200 millones de dólares. En los últimos 10 años Estados Unidos ha importado más de lo que ha exportado.

Fuente: Le Monde (en francés)

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