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¿Qué coche es KITT, «El coche fantástico» de Michael Knight?

La mítica serie de los años 80 contaba con un protagonista mecánico que rivalizaba en pantalla con David Hasselhoff: KITT. Este «fantástico» Pontiac Firebird Trans-Am del 82 contaba con innumerables mejoras e incluso inteligencia artificial.

¿Qué coche es KITT, «El coche fantástico» de Michael Knight?
El Pontiac Firebird Trans-Am de tercera generación dio vida a KITT. - Wheelsage.org

8 min. lectura

Publicado: 26/06/2020 15:30

Todos conocemos a KITT, sigla que surgió del nombre de la empresa que lo creó: Knight Industries Two Thousand, y que dio nombre a uno de los vehículos más famosos de la televisión. Y es que el cine y la pequeña pantalla siempre han estado muy ligados al mundo del automóvil, especialmente en las cintas de acción y aventuras, en las que siempre tenían cabida las espectaculares persecuciones.

Pero, en el caso de El coche fantástico la presencia de un coche no se limitaba a acompañar al protagonista, sino que formaba parte activa de la trama y el argumento. KITT no era un simple deportivo, era mucho más. Esta es su historia.

Un Pontiac Firebird Trans-Am del 82

David Hasselhoff interpretaba a Michael Arthur, un policía infiltrado que fue descubierto y tiroteado. Pero, si bien todo el mundo le daba por muerto, ello no ocurrió gracias a la intervención de Knight Industries, que le rescató, le dio una nueva cara e identidad y le reclutó para su noble causa: defender a los desamparados de los delincuentes.

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Pero Michael Knight, como fue llamado Arthur, contaba con un arma infalible y única: su viejo Pontiac Firebird reconvertido en KITT por la empresa dirigida por Devon Miles -tras la muerte de su fundador, Wilton Knight-, para quien trabajaba la genial Bonnie Barstow, una virtuosa de la mecánica y la tecnología.

La primera conversación entre Michael Knight y KITT, que sin duda dejó perplejo al protagonista... humano.

Gracias a ella, el Pontiac convencional podía ahora pensar por sí mismo, conversar como si de un humano de tratara y hacer todo tipo de piruetas: desde saltar con el célebre «Turbo Boost» a conducirse solo, pasando por rayos X, lanzamisiles, escuchas, asiento eyectable y muchas otras cosas más.

Cómo olvidar, por ejemplo, la célebre frase: «KITT, te necesito», que Michael Knight pronunciaba a su reloj, que le permitía estar en contacto permanente con su fiel compañero mecánico.

La historia del Pontiac Firebird

El musculoso deportivo americano fue uno de los máximos exponentes de la cultura del «pony car» y el «muscle car», el modo que los estadounidenses tenían de acceder a grandes y potentes motorizaciones en vehículos más modestos y accesibles.

Quizá el rey de la época fue el Ford Mustang, que además fue en cierto modo el pionero y contó con mucho protagonismo en la televisión y el cine, pero en España KITT fue sin duda el más famoso de todos. Como sucesor del Pontiac GTO, el Firebird nació en 1967 compartiendo plataforma con el Chevrolet Camaro, pues ambas marcas pertenecían a General Motors.

Fue John DeLorean, creador del también famoso DMC-12 de Regreso al futuro, quien estaba al cargo de un proyecto que vio la llegada del Trans-Am al final de la vida comercial de la primera generación. El tope de gama del Firebird contaba con un espectacular bloque V8 Ram-Air que superaba los ya de por sí intimidantes 253 CV del Firebird 400.

El primer Trans-Am apareció a finales de los 60.

Ya en 1970, llegó la segunda generación del Firebird, que se convirtió en un vehículo más rápido, manejable y moderno que el de sus rivales de segmento. Para ello, además de aumentar el tamaño de las ruedas o eliminar la casi totalidad de las piezas cromadas, el Trans-Am recibía el motor V8 455 High Output, que posteriormente fue sustituido por el mítico 455 Super Duty de 294 CV y 7,5 litros de cilindrada. Esta versión, además, fue la que introdujo el célebre pájaro de fuego en el capó motor del Firebird.

Desgraciadamente, los «pony» y «muscle cars» vivieron una pesadilla que acabó con su progresión al desencadenarse la crisis del petróleo de 1974, lo que propició en Estados Unidos una psicosis por el precio del combustible y el consumo de los grandes motores de la época. Ello hirió de muerte el concepto original de musculoso deportivo americano y los fabricantes comenzaron a buscar propulsores más pequeños y menos potentes que se adaptaran a las nuevas necesidades de los compradores.

Por ello, el Pontiac Firebird Trans-Am utilizado en El coche fantástico, que correspondía a la tercera generación, era mucho más aerodinámico, ligero y compacto, siendo ideal para coprotagonizar El coche fantástico conjuntamente con David Hasselhoff. Sin embargo, a nivel mecánico las cosas no eran como antaño y la exuberante potencia de generaciones anteriores quedaba en el olvido con un motor V8 de cinco litros de cilindrada, pero unos escasos 225 CV para la versión más poderosa.

Aunque en 1989 dicha cifra se elevó hasta los 245 CV de potencia, no fue hasta la llegada de la cuarta generación en 1993 que el Trans-Am flirteó de nuevo con la cifra mágica de los 300 CV, gracias a la llegada de tecnologías como la inyección directa.

David Hasselhoff en el papel de Michael Knight

No podemos obviar al inseparable compañero y conductor de KITT, que acompañó a nuestro protagonista del artículo durante cuatro temporadas y 90 capítulos. En Knight Rider, título original de la serie, David Hasselhoff obtuvo un notable reconocimiento que le permitió lanzar su carrera a los 30 años, tras haber participado previamente en otros proyectos de menor calado.

Poco tenía que ver el salpicadero de KITT con el del resto de Firebirds.

Paralelamente, Hasselhoff inició su carrera en la música, sacando su primer disco en 1985 y convirtiéndose en 1989 en uno de los protagonistas de Los vigilantes de la playa junto a celebridades de la época como Pamela Anderson y Carmen Electra. Además de convertirse en el primer estadounidense en cantar en Alemania Oriental el 31 de diciembre de 1989, cosa que hizo encaramado sobre el recientemente derrumbado Muro de Berlín, Hasselhoff alternó su carrera televisiva con la musical, aunque sin la misma repercusión que con El coche fantástico y Los vigilantes de la playa.

Sus incursiones en el teatro llegaron a su punto culminante con su aparición protagonista en Chicago o en Jekyll & Hyde: The Musical, pero no cabe duda de que la imagen de este polivalente artista está y estará invariablemente unida permanentemente a KITT.

Fotos: Wheelsage.org

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