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Racing Legends 2024: Aspar, leyenda en el Ricardo Tormo

El Circuit de la Comunitat Valenciana Ricardo Tormo de Cheste celebró este pasado fin de semana la décima edición del evento que, por tradición y por espíritu, da inicio oficialmente al calendario del trazado valenciano.

Racing Legends 2024: Aspar, leyenda en el Ricardo Tormo
Jorge Martínez 'Aspar', nombrado leyenda del circuito

11 min. lectura

Publicado: 04/03/2024 18:00

Aunque este año empezó en enero con la Extrim Race, y siguió en febrero con las Winter Series y la Porsche Sprint Challenge, es el Racing Legends el evento que el propio circuito ha elegido como pistoletazo de salida al año en que se celebran los 25 de nacimiento del ‘circuito en un estadio’. El jueves 29 de febrero, en un desayuno con la prensa, así nos lo señalaba el nuevo director del circuito, Nicolás Collado.

Y si Cheste cumple 25, el Racing Legends celebraba a su vez su décimo aniversario. Un evento que, en puridad, nació como el Día Ricardo Tormo y pensado sólo para las motos, mientras que los coches clásicos tenían otro día, otro momento, para ser sinceros más aleatorio y casual. Pero la convergencia empezó a fraguarse en el Classic and Legends, que cristalizó definitivamente en este Racing Legends que conjuga dos mundos supuestamente antagónicos como el de las dos y las cuatro ruedas. Decimos antagónicos porque, en realidad, es muy complicado ser amante de unas y no tener cierta debilidad por las otras –pongan ustedes a cada cual en su categoría-.

Precioso ejemplar de la auténtica MG

Pero no sólo es que reúna dos y cuatro ruedas. Es que lo hace con la mirada de lo clásico, lo que en nuestros tiempos es sinónimo de ruidoso, contaminante e inútil. Que cumpla diez años de celebración y lo haga cada vez con más afluencia de público es sinónimo no sólo de una buena organización, sino del iAspar, leyenda del circuitonterés que todavía genera ese mundo del motor merecedor de achatarramiento. Y la presencia extranjera, por cierto, es cada vez también mayor.

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Aspar, leyenda del circuito

Este año, el homenaje del evento, la designación de leyenda del Ricardo Tormo, iba destinado a alguien que lo merece en toda la acepción del término leyenda: Jorge Martínez ‘Aspar’, que desde Alzira llevó a la Comunidad Valenciana y a España al éxito, y lo sigue haciendo con su equipo de motos en el mundial. Habría que analizar el agua de esa población, Alzira, que nos ha dado no sólo a Aspar, sino que entregó también a Adrián Campos, cuyo equipo también nos sigue dando alegrías internacionales cada fin de semana.

Pero hablamos de Aspar, que el sábado rodaba con una de sus primeras motos de competición, la Bultaco Streaker, que el domingo lo hacía con una Moto3 actual de su equipo y que en el paddock exponía una selección de sus motos –obligada la presencia de Derbi-, pilotadas por él o por campeones de su escuadra, algunos de los cuales le acompañaron el domingo. Porque Jorge Martínez Salvadores, a sus 61 años, es leyenda viva del deporte del motor.

Los monoplazas clásicos, la atracción en cuatro ruedas

Y si Ricardo Tormo, cuyo talento era inconmensurable, fue la referencia y el que abrió el camino para los pilotos valencianos, entre otros el del propio Aspar, éste es, indudablemente, el gran piloto de motos de la región levantina. Sus dos mundiales de 80 cc en 1986 y 1987, seguido del precioso doblete de 80 y 125 en 1988, con aquella foto que se quiso replicar el sábado en Cheste, lo hacen un cuatro veces campeón del mundo. Así que no hubiera sido extraño ni inmerecido que el circuito llevase su nombre y no el de Tormo. Y que nadie lo malinterprete: Tormo lo merecía, Tormo luchó por el trazado, y Tormo fue de forma unánime el elegido para nominar el recinto.

Sin embargo, cuando alguien comienza una vuelta al Ricardo Tormo, tiene que empezar por Aspar, que da nombre a su primera curva. Siempre Aspar como primer reto a superar. Y ahí estaba este fin de semana, rodeado no sólo del calor del público, sino de viejos compañeros y motos. Jaime Alguersuari, Pier Paolo Bianchi, Eugenio Lazzarini, o el gran periodista y narrador que fue, que es, Valentín Requena, que narró tantos de sus triunfos. Aspar como pilar del motociclismo pasado, presente y futuro.

Alex Barros en el paseo de la fama

Había, sin embargo, otro gran homenajeado en las dos ruedas el fin de semana. El piloto brasileño Alex Barros, que fue el siguiente llamado a posar sus manos en el Paseo de la Fama de Cheste, como vencedor del Gran Premio de 2002. El brasileño debutaba precisamente en el mundial en 1986, en 80 cc, cuando se iniciaba la racha mundialista de Aspar. En 2002, el primer año en que la categoría reina se llamaba MotoGP, el natural de Sao Paulo lograría su sexta y penúltima victoria en el mundial, en una Honda del equipo de Sito Pons, de tú a tú con la oficial de Valentino Rossi, doblegándolo por apenas 0’230 segundos aquél 3 de noviembre. En Valencia llegaría su adiós a las motos en 2007, tras haber logrado ser 4º en el mundial en cinco ocasiones.

Aspar, rodando con la Moto3 de su equipo el domingo

Todo ello iba aderezado con el olor y el sonido de tantas motos de competición del pasado, desde motos de 50 centímetros cúbicos a recientes MotoGP, con pilotos del pasado mezclándose en pista con coleccionistas apasionados que miman sus monturas para tenerlas en un estado prístino. Y ese sonido de las dos tiempos y el olor de los aditivos llenando el ambiente. Para las dos ruedas, el Racing Legends es, sino el más importante, uno de los eventos clave del panorama internacional.

Las cuatro ruedas, muy presentes

Yéndonos entonces a las cuatro ruedas, el paddock se llenaba de los modelos de los clubes locales, con algunas piezas interesantes. Por ejemplo, ver dos Citroën SM no es algo común, aquel hijo de la propiedad francesa de Maserati que dio cuerpo francés con corazón italiano. Y aunque fue problemático, todavía hoy sigue siendo magnífico en todos sus ángulos. O una preciosa reunión de deliciosos MG –nada que ver con la actual marca oriental, por favor-, con sus ligeros y ondulantes descapotables tan queridos en las islas. Pero eso en coches de calle, que serían muy difíciles de enumerar.

Si mirábamos a la pista, aparte del trofeo de regularidad auspiciado por el diario Las Provincias, que inicia siempre en este evento su campeonato, había que admirar, valorar y disfrutar de los Fórmula Vintage. Esa asociación variopinta de propietarios de pequeños formulas que han tenido importancia en el panorama nacional como categorías de formación en la escala hacia la Fórmula 1 o hacia una carrera profesional como piloto. Estaba también Seat Sport, con dos F1430. Uno, pilotado por el grandísimo Salvador Cañellas, al que sin miedo al error deberíamos catalogar como nuestro ‘John Surtees nacional’, puesto que fue un tremendo piloto.

Salvador Cañellas rodó a buen ritmo

Podría pasar desapercibido –de hecho es un tipo discreto-, pero al volante de su pequeño monoplaza, con un dispositivo para registrar sus tiempos en el volante, trataba de ser más y más rápido, exigía cambios de reglajes y dejaba salir deliciosamente su raza competitiva. Y es que hablamos del piloto que ganó el primer Gran Premio mundialista para España, en 1968 y que fue 4º en el mundial de 50 cc en 1970. Pero en coches, fue campeón de España de rally en 1972, año que hizo doblete al ganar la Fórmula 1430 en circuitos, y campeón de España de turismos en 1979. Y 4º en el Montecarlo de 1977. ¿No merece acaso Cañellas un homenaje por todo lo alto de una vez?

Pero decíamos que el grupo de Fórmula Vintage daba color. No nos cansaremos de decir que ese grupo de irreductibles locos del volante, con la figura visible de Paris Francés como impulsor y chispa, son una hermosa rareza de nuestra fauna automovilística. En Cheste celebraban su 16º encuentro en circuitos, reunidos desde 2016 para mantener vivos coches como los Fórmula Renault, los Fórmula Nissan, algún Fórmula Super Toyota, o los 1430, a los que se sumaron algunos MEP-Citroën que ya estuvieron el año pasado.

Cada año puede parecer lo mismo pero cada año es distinto. En este décimo aniversario que establece para el Racing Legends definitivamente una raíz gruesa y firme en el panorama de eventos, sólo queda mejorar y hacer crecer, sin descuidarlo, el producto logrado. No va con los tiempos y vendrán momentos difíciles. Pero si olvidamos el pasado sólo nos quedará silencio.

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