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Skoda lo tiene bien claro: seguirá fabricando motores de combustión hasta que sus clientes digan que no los quieren

A pesar de que el futuro del Grupo Volkswagen apunta a la movilidad eléctrica la realidad del mercado es bien diferente. Skoda seguirá apostando por los motores de combustión hasta sus clientes se lo pidan.

Skoda lo tiene bien claro: seguirá fabricando motores de combustión hasta que sus clientes digan que no los quieren
Skoda ha tenido que recular en su estrategia de electrificación por el bajo volumen de ventas.

6 min. lectura

Publicado: 01/03/2024 07:00

Una cosa es lo que pretenda la normativa y otra bien diferente es lo que diga el mercado. La tendencia de compra es claramente electrificada, pero Europa todavía no está definitivamente preparada para hacer la transición completa a la movilidad sin emisiones. Klaus Zellmer, máximo responsable de Skoda se ha mostrado muy tajante al respecto. Su compañía seguirá apostando por los motores de combustión. No es una cuestión de rebeldía, su decisión se basa en lo que sus clientes siguen demandando.

Todos sabemos que Europa se ha propuesto erradicar del mercado los coches de combustión. En febrero del año pasado el Parlamento Europeo ratificó la apuesta eléctrica y desde entonces muchas compañías son las que han anunciado un cambio en la estrategia de ventas. Compañías como Opel ya han puesto fecha límite a sus coches impulsados por combustibles fósiles, pero no todas las empresas están decididas a hacer semejante cambio radical o no al menos con tanta celeridad como se pretende desde el seno del Viejo Continente. Skoda es una de ellas.

Los nuevos PHEV de Skoda presentan características mejoradas.

Lo que manda Europa nada tiene que ver con lo que dicta el mercado

La gran cartera de productos y marcas del Grupo Volkswagen limita esa transformación. No es posible dar el salto a lo eléctrico, o no al menos en un momento donde la tecnología no parece seducir a la mayoría de conductores. Los de Wolfsburgo han encargado a Skoda mantener con vida los motores de combustión de todo el conglomerado. Los checos se han tomado la tarea con la responsabilidad que esta exige. Los motores diésel y de gasolina no han dado su última palabra. Los últimos lanzamientos de Skoda lo confirman. Los nuevos Skoda Superb y Skoda Kodiaq mantienen su apuesta térmica, aunque también suman interesantes alternativas electrificadas.

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Es el cliente el que debe decidir qué sistema mecánico se ajusta mejor a sus necesidades. La renovación del Skoda Octavia, uno de los coches más importantes de la compañía ha eliminado del catálogo las alternativas PHEV por el bajo volumen de ventas. Preguntado al respecto, el propio Zellmer ha sido muy claro con respecto al posicionamiento de su compañía: «ofreceremos a nuestros clientes lo que pidan: desde motores diésel y de gasolina, pasando por híbridos suaves o híbridos enchufables hasta vehículos eléctricos de batería». «Para nosotros no se trata de competir por el último motor de combustión, sino de poner en el centro los deseos de nuestros clientes». Un postura tan sensata como a la que nos tiene acostumbrados Skoda.

Los lanzamientos más recientes de Skoda confirman la apuesta por mantener la combustión.

Al mismo tiempo, el máximo responsable de la compañía ha lanzado varias cuestiones a Europa. Está claro que muchos coches de combustión seguirán en circulación más allá del año 2035. La antigüedad de los parques está creciendo y eso abre la puerta a nuevas e interesantes soluciones. Zellmer cree que el debate de los combustibles sintéticos volverá a estar sobre la mesa si Europa quiere realmente reducir las emisiones contaminantes de su transporte. «¿Hay alguien allí pensando en cómo será el cumplimiento de las emisiones de CO2 de los vehículos existentes a partir de 2035?». Estas y muchas otras dudas son a las que se enfrentan las marcas europeas.

La normativa parece haberse aprobado sin tener en cuenta muchas cuestiones de importancia. Tras el giro en la política continental son numerosas las incógnitas que se presentan, tantas como potenciales rivales se adentran en Europa. China se ha postulado como la primera industria eléctrica del mundo y ha visto en el Viejo Continente un basto territorio al que atacar. Muchos países temen por su industria y por los millones de puestos de trabajo que penden de un hilo. A pesar de la inestable situación, Luca de Meo, presidente de la ACEA, Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, ha asegurado que acatarán la norma sin pelear, aunque exigen a los políticos una mayor implicación con subvenciones y ayudas.

Fuente: Auto Motor und Sport

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