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Uber pagará 850.000 euros en multas en Francia

La aventura francesa le va salir cara a la empresa de Travis Kalanick. A raíz de los sucesos del año pasado, la empresa tiene que pagar 800.000 euros de multa, y dos de sus directivos tendrán que aportar otros 50.000 euros. Uber apelará el fallo judicial.

5 min. lectura

Publicado: 11/06/2016 17:00

La compañía americana se estableció en Francia en 2014, cuando iniciaron las operaciones del servicio UberPOP. En otras palabras, particulares podían meterse a trabajar como taxistas, sin las correspondientes licencias ni permisos administrativos, lo cual es ilegal según la legislación francesa.

Cuando un conductor de Uber era sancionado, la compañía se ocupaba de abonarle la multa para que no fuese perjudicado. La cuerda se fue tensando, y llegaron a ser arrestados dos ejecutivos y la sede investigada in situ por la policía en el mes de marzo.

Después de un largo pulso con los taxistas locales, se acabó prohibiendo la prestación del servicio entre particulares en julio de 2015. Varios países europeos, incluyendo el nuestro, se sumaron al veto de Uber por ser una competencia ilegal contra el sector del taxi, que está bastante regulado.

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Fotografía: Carlos ZGZ (Flickr) Dominio público

La sentencia de un tribunal parisino establece que Uber no solo estuvo creando una empresa ilegal que prestaba servicios de taxi, también puso dificultades a los investigadores por no ofrecer toda la documentación requerida en la investigación. Actualmente Uber funciona en Francia, pero en el mismo modo que funciona ahora en España.

Uber llegó a funcionar en Madrid, Barcelona y Valencia, bajo la modalidad UberPOP. El sector del taxi presionó y acudió a la justicia, que acabó prohibiendo la actividad por no cumplir con la legislación de transporte, ni con sus obligaciones tributarias, ni con la seguridad social.

Pero el servicio acabó volviendo en una modalidad que sí está amparada por la ley, la de conductores profesionales, con licencia, que pagan los impuestos que tienen que pagar, y están sujetos a una regulación específica. En España se denominan vehículos de alquiler con conductor (VTC). Cabify opera de la misma forma.

La Unión Europea apoya la "economía colaborativa"

En un informe reciente, la Comisión Europea pide a los 28 estados miembros que, en la medida de lo posible, no entorpezcan la llegada de nuevas modalidades de negocio, siempre y cuando eso pueda tener un encaje legal, y que prohibir debería ser el último recurso. A nivel comunitario esto no está regulado, todo depende de cada estado miembro. Se distinguen tres ámbitos:

  • Marco regulatorio de servicios
  • Marco impositivo y fiscal
  • Marco de empleo

La Comisión Europea cree que solo deben pedirse licencias en casos específicos, y no de forma genérica, si eso beneficia al bien público. Blablacar, por ejemplo, que tiene un modelo de negocio diferente que no está basado en el ánimo de lucro, no necesitaría una licencia de servicios de transporte al ser un intermediario.

También dice el informe que habría que distinguir entre particulares que tienen pequeñas ganancias o comparten gastos frente a profesionales que viven de ello. En otras palabras, eso significa establecer unos límites para que una actividad como UberPOP encaje legalmente, sin que eso perjudique al sector del taxi.

En resumen, la Comisión Europea no aboga por la barra libre y el sálvese quien pueda, exige que todo sea legal, y que no exista competencia desleal con los sectores tradicionales afectados por la "economía colaborativa". El informe no se refiere solo a la cuestión de Uber, sino a otros ámbitos, como el alquiler de viviendas turísticas (Airbnb).

Las sanciones impuestas en Francia se pueden pagar con calderilla de la empresa, no suponen un problema. Es más, solo habrá que pagar la mitad si no se reincide. Uber es un monstruo que no crece más por el simple hecho de que tiene competidores fuertes. Varios fabricantes han visto un filón en este tipo de negocio, y Uber se ha asociado con Toyota.

Parece que tarde o temprano taxis y Uber estarán condenados a convivir, ya que existe una demanda social por ese tipo de servicios, que ahora mismo los taxistas no atienden. En Estados Unidos, donde comenzó a operar, Uber convive con los taxis, pero los chóferes tradicionales han visto una importante reducción de su negocio en ciudades como San Francisco. Europa, con mayor regulación, ha retrasado ese fenómeno.

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