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PruebaPrueba Mazda MX-5, exterior. (II)

Continuamos con la segunda entrega de la prueba del Mazda MX-5 Roadster Coupé 1.8 Style. Medidas contenidas y un coche que no es para todos los tamaños. Presenta un pequeño restyling que afecta a detalles estéticos acentuando su carácter deportivo. No obstante, hay que tener un ojo muy amaestrado para apreciar las pequeñas diferencias.

4 min. lectura

Publicado: 23/09/2013 13:15

Quisiera explayarme en la introducción pero sin querer aburrir a nadie vamos a pasar al exterior. Las medidas son muy contenidas con una longitud de 4.020mm, una altura de 1.255mm y una anchura de 1.720mm. Coche pequeño para conductor pequeño y si eres de talla grande, es mejor que te asegures si entras literalmente de largo y de alto. Incluso de anchura también puedes estar incómodo. También hay que mencionar que es muy ligero: mínimo peso de 1.150 kg en orden de marcha contando con un conductor de 75 kilos.

En el exterior llama la atención su contenido tamaño. Es un coche diferente, para aquellos que rompen con turismos más convencionales y tienen un ritmo de vida que les permite disfrutar al volante y de experiencias únicas. Esto es lo que transmite el MX-5 y sólo es el principio. ¿El color? En nuestra unidad algo atrevido por su discreción: Metropolitan Grey Mica, un gris oscuro metalizado que realmente es elegante y más llevadero que cualquier opción más llamativa. Además apuesto a que el envejecimiento es mejor también.

Entre los detalles que diferencian el nuevo Mazda MX-5 frente al 2012 encontramos ligeros retoques en las molduras de los antinieblas, parrilla delantera y unos pilotos traseros que habría que estudiar para encontrar realmente los cambios. ¿Es más bonito? Puede que un poco, pero no lo suficiente como para llamarlo una puesta al día con mayúsculas. La esencia (placer de conducir), que es lo que importa, sigue ahí y tendremos que esperar hasta finales del año que viene o el siguiente para ver la evolución con una cuarta generación.

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Las llantas son de 16” y vienen con el acabado básico del Roadster Coupé, denominado Style. Las ruedas tienen unas medidas 205/50 R16 y se antojan más que suficientes en el apartado práctico y estético. Hay berlinas de mucho más tamaño que tienen medidas similares.

En la parte delantera los faros han evolucionado en las tres generaciones, y salvo en la primera que se escondían en la carrocería, en la segunda y la tercera se han mantenido con una identidad clara. Una pena que pudiendo equipar Xenón, sólo esté disponible para la motorización de 2.0 litros pues con halógenos deja mucho que desear en cuanto a luminosidad. Otro equipamiento que me hubiera gustado tener es el diferencial autoblocante LSD que una vez más, sólo está disponible para el acabado Sportive de la motorización más alta y cambio manual.

Por último, sólo hacer mención de que el coche tiene una línea limpia y simple por todo el lateral. Es cierto que descapotado es más bonito que cerrado, pero de las dos maneras el Roadster es llamativo. Una recomendación: si vas a comprarlo, asegúrate de querer ir al aire libre pues es cuando más se disfruta.

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