Stefano Domenicali y Ross Brawn son viejos conocidos, pues ambos formaron parte del equipo Ferrari de la era de Michael Schumacher y Jean Todt. El francés, actual presidente de la FIA, decidió dejar su puesto coincidiendo con la marcha del piloto alemán y Brawn esperaba heredar su puesto, pero este acabó en manos de Domenicali y el ingeniero británico decidió marcharse para unirse al proyecto de Honda, que posteriormente acabaría siendo BrawnGP.
Ahora, casi 15 años después de aquello, Stefano Domenicali y Ross Brawn vuelven a encontrarse para dirigir la Fórmula 1, pues el italiano heredará el puesto de Chase Carey, aún presidente y CEO de la categoría reina.
«Carey ha sido un gran ejemplo de consistencia e integridad para la familia de la F1 y trajo estabilidad»
El norteamericano ha conseguido asentar un futuro de la F1 que era muy incierto a su llegada en 2017, algo que Ross Brawn valora muy positivamente. «Chase (Carey) ha hecho un trabajo brillante dirigiendo la F1 a través de las agitadas aguas del nuevo Acuerdo de la Concordia y también ha puesto en marcha la nueva organización desde que llegara Liberty Media».
Ahora que el Acuerdo de la Concordia ha sido renovado, el límite presupuestario aprobado y el nuevo reglamento técnico programado para 2022, Stefano Domenicali será el encargado de dirigir la F1 con Brawn como mano derecha en su rol de director deportivo. Y el británico considera que es la persona adecuada para seguir los pasos de Carey.
«Carey ha sido un gran ejemplo de consistencia e integridad para la familia de la F1 y trajo estabilidad, he disfrutado mucho nuestro tiempo juntos», afirma Brawn. «Sin embargo, Chase ahora ha decidido dar un merecido paso atrás y entregarle las riendas a Stefano (Domenicali). Conozco a Stefano muy bien y no se me ocurre un mejor sucesor, tengo muchas ganas de trabajar con él en el futuro».