Con la nueva ley, tres colisiones de aves protegidas bastarán para desmontar un aerogenerador eólico
El Gobierno propone desmontar aerogeneradores si causan tres colisiones con aves protegidas en cinco años. La medida, en fase de consulta, busca reforzar la protección de especies amenazadas frente al impacto de la energía eólica.

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha planteado un nuevo proyecto de Real Decreto que podría cambiar de forma significativa el funcionamiento de los parques eólicos en España.
El texto, actualmente en fase de consulta pública, establece que si un aerogenerador registra tres o más colisiones con aves amenazadas en un periodo de cinco años, deberá ser desmontado de forma definitiva, salvo autorización expresa para su continuidad.
La medida forma parte de un conjunto más amplio de propuestas normativas que buscan reducir el impacto de la energía eólica y las líneas eléctricas de alta tensión sobre la fauna silvestre, en especial sobre las especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE).
«Alertan de que la exigencia de paradas automáticas genera una alta incertidumbre operativa, dificultando la planificación y las inversiones a largo plazo»
Una norma para frenar la mortalidad de especies vulnerables
Según el borrador consultado, el objetivo principal es prevenir la muerte por colisión o electrocución de aves y murciélagos, algunas de ellas en peligro de extinción. La normativa contempla la parada inmediata y cautelar de cualquier aerogenerador implicado en este tipo de sucesos, a la espera de un análisis técnico y la aplicación de medidas correctoras.
En el caso de que el aerogenerador esté relacionado con tres o más colisiones de aves amenazadas en cinco años, deberá ser desmantelado «a la mayor brevedad posible». Sólo podría volver a operar si se autoriza de forma excepcional bajo nuevas condiciones que garanticen la seguridad de la fauna.
Para especies del LESPRE no consideradas amenazadas, el procedimiento es algo más flexible, aunque igualmente riguroso. En estos casos, el promotor deberá realizar un seguimiento anual y proponer medidas cuando se superen ciertos umbrales de mortalidad, como tres colisiones al año en el caso de rapaces.
Tecnología, medidas y prevención
La norma no se limita a las aves. También contempla paradas específicas para proteger a los murciélagos, cuyas alas no distinguen entre molinos y obstáculos naturales. Por ejemplo, se establece la obligación de pausar la rotación de los aerogeneradores cuando el viento sea inferior a seis metros por segundo durante determinadas noches del verano y el otoño, coincidiendo con el vuelo activo de quirópteros.
Además, los parques eólicos tendrán que implementar sistemas automáticos o vigilancia in situ que detecten situaciones de riesgo y detengan las turbinas antes de que ocurra un accidente.
Por su parte, las líneas eléctricas de alta tensión deberán instalar dispositivos conocidos como ‘salvapájaros’, que hacen visibles los cables para evitar colisiones. También se establecen restricciones técnicas para prevenir la electrocución de aves en los apoyos de las líneas, especialmente durante la época de nidificación.

Seguimiento obligatorio y sistema de datos
Uno de los pilares del nuevo enfoque será la creación de un sistema nacional de seguimiento de la mortalidad en parques eólicos. El ministerio, en coordinación con las comunidades autónomas, recopilará los datos de mortalidad de fauna silvestre, tanto por colisión como por barotrauma, una lesión causada por cambios rápidos en la presión que afectan a los tejidos del cuerpo. Todo con el fin de armonizar los procedimientos y evaluar la efectividad de las medidas implantadas.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha expresado su preocupación por el contenido del borrador. Considera que la normativa es excesivamente restrictiva y que podría poner en riesgo el desarrollo de nuevos proyectos renovables, así como la viabilidad de muchos parques ya operativos.
Desde la AEE argumentan que la evolución de muchas especies protegidas ha sido favorable en los últimos años, y que esta normativa no tendría en cuenta los estudios de impacto ambiental realizados previamente. También alertan de que la exigencia de paradas automáticas genera una alta incertidumbre operativa, dificultando la planificación y las inversiones a largo plazo.
Por ello, la organización propone la creación de una mesa de trabajo con representantes de todos los sectores implicados: desde el mundo de la conservación hasta el empresarial y el regulador, con el fin de encontrar un equilibrio entre la protección de la biodiversidad y los objetivos de descarbonización y transición energética.