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1.000 millones de multa para Volkswagen en Alemania por el #Dieselgate

Volkswagen afronta consecuencias a gran escala en Europa por vez primera, al determinar un tribunal alemán que la empresa no hizo lo que tenía que hacer para evitar el fraude de los motores diésel. Es una de las mayores multas impuestas en Alemania a una empresa.

6 min. lectura

Publicado: 14/06/2018 21:00

Herbert Diess, CEO de Volkswagen AG

Han tenido que pasar casi tres años desde el estallido del escándalo de las emisiones de motores diésel de Volkswagen para que la empresa asuma consecuencias a nivel empresarial en Europa. Por fin, Volkswagen hace frente a una cuantiosa sanción por su responsabilidad en el caso Dieselgate: 1.000 millones de euros.

La sanción ha sido impuesta por un tribunal de Braunschweig (Alemania), en el lander de Baja Sajonia, donde Volkswagen tiene sus oficinas centrales. Los 1.000 millones de euros se desglosan en 5 millones de multa y 995 millones en beneficios económicos adquiridos. La cantidad es de récord, aunque no es la más alta impuesta en Alemania.

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Con el pago de esta sanción, Volkswagen acepta su responsabilidad empresarial, no va a ser recurrida y se acepta con la intención de que termine este proceso. Esto no impedirá que sigan adelante los procesos contra los directivos implicados en el fraude, que se remonta a varios años atrás.

En Estados Unidos la sanción por responsabilidad empresarial fue muy superior, 4.300 millones de dólares, teniendo en cuenta que casi el 10% de los vehículos afectados por el Dieselgate se vendieron allí. En Alemania se vendieron muchos más, y fueron las autoridades alemanes engañadas en primer lugar, ya que ahí se hicieron las homologaciones.

Esta sanción no estaba prevista a efectos contables, considerando que se habían presupuestado casi 26.000 millones de euros para hacer frente a las consecuencias del Dieselgate. Por lo tanto, esto afectará a la próxima cuenta de resultados si se abona antes de julio, o ya en la siguiente, del tercer trimestre. Tampoco se han previsto fondos para indemnizar a clientes europeos de forma generalizada.

El impacto legal en Europa para Volkswagen ha sido menor porque en el sistema vigente son los estados miembros quienes han de perseguir las malas prácticas empresariales. En un futuro cercano la Unión Europea tendrá mayores instrumentos legales para evitar que algo así ocurra, y las sanciones son totalmente disuasorias.

Oliver Schmidt, director general de la oficina de Medio Ambiente e Ingeniería de Volkswagen North America en Michigan (2014)

Mientras tanto, el CEO de Audi, Rupert Stadler, está siendo investigado por el escándalo de las emisiones, incluso se ha registrado su domicilio. También tienen sombras de sospecha el CEO en el momento del escándalo, Martin Winterkorn, que está imputado formalmente en EEUU, y Matthias Müller, el que le sucedió y abandonó recientemente su cargo en favor de Herbert Diess.

49 personas están siendo investigadas por fiscales alemanes

De momento es Estados Unidos el país más beligerante contra los responsables del Dieselgate. Dos ingenieros se han declarado culpables, Robert Liang y Oliver Schmidt, y tienen varios años en prisión por delante. Otros siete ejecutivos no deberían ni pisar Estados Unidos ni cualquier país con acuerdo de extradición.

Esto es así porque Alemania no puede extraditar a sus ciudadanos, aunque sí puede extraditar a extranjeros, caso de un ingeniero italiano, Giovanni Pamio, que será previsiblemente entregado a las autoridades estadounidenses. Este ingeniero fue detenido hace casi un año en territorio alemán

Martin Winterkorn, el CEO de Volkswagen cuando estalló el escándalo, que dimitió poco después

La justicia va demostrando poco a poco que la alta dirección de Volkswagen no solo supo que se estaban haciendo trampas para homologar los motores TDI CR (EA189 y EA288-Gen3 en EEUU) a ambos lados del Atlántico, es que dieron instrucciones en ese sentido. No se hicieron caso a las advertencias de mandos intermedios que avisaron de posibles consecuencias legales.

Que la empresa, como persona jurídica, acepte su responsabilidad, es un gran paso adelante, y tendrá, a juicio de la compañía, efectos positivos en procesos similares en Europa. Más difícil es que haya asunciones de responsabilidad por parte de las personas. Hasta los inversores están al acecho por el dinero que perdieron al caer de valor Volkswagen en los primeros compases del escándalo.

Los responsables de mayor o menor grado del desarrollo de esa generación maldita de motores acabarán teniendo problemas con la justicia, ya sea en Alemania o en Estados Unidos. Al margen de eso, la salud del negocio de Volkswagen está mejor que nunca, y ganan dinero de sobra para pagar todas las multas que hagan falta, eso sí, por imperativo legal.

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