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24 Horas de Nürburgring 2015: Crónica desde dentro

Las 24 Horas de Nürburgring están marcadas en rojo en el calendario de los aficionados al automovilismo. La carrera de resistencia es una de las grandes citas del año y hemos estado allí para contarte todo lo que envuelve a la carrera, el paddock y los alrededores ¿Nos acompañas en este viaje?

24 Horas de Nürburgring 2015: Crónica desde dentro

15 min. lectura

Publicado: 23/05/2015 18:00

El pasado fin de semana fue mi primera vez en las 24 Horas de Nürburgring y, si de mí depende, no será la última. Marcado en el calendario como uno de los eventos automovilísticos más importantes del año, la carrera de resistencia alemana no puede disputarse en un escenario mejor.

A bordo de nuestro Subaru Forester XT nos dirigimos al histórico trazado con la ilusión de un niño. A pesar de que miles de peregrinos se dirigen hacia allí el tráfico es fluido. A unos 10 kilómetros de circuito aparecen los primeros controles de la policía y organización con el único fin de distribuir el tráfico de manera eficaz.

Nos obligan a dar un rodeo. Cada poco tiempo se ve una curva de Nordschleife, un aparcamiento o una zona de acampada y, al fondo, el castillo de Nürburg. A nuestra llegada dejamos atrás las empresas de alquiler de vehículos para darse una vuelta a toda velocidad en Nordschleife y los de las escuelas de conducción deportiva. Este fin de semana no podrá ser al estar ocupado por la competición pero existen alternativas como unos divertidos karts carrozados con los que se puede circular por las carreteras aledañas.

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Los aparcamientos guardan sorpresas en forma de coches exclusivos

Aparcamos cerca del circuito e hicimos una pequeña caminata hasta la entrada. En MOTOR.ES te hablamos muchas veces del circuito alemán con motivo de las fotos espía que publicamos sobre cientos de modelos que llegarán al mercado próximamente. En nuestro breve paseo nos cruzamos con los centros de desarrollo y pruebas que las marcas tienen en Nürburgring.

Aún no hemos entrado en el circuito y nuestros ojos se han vuelto muy golosos por los coches que se ven circulando por las carreteras de los alrededores y que se ven estacionados en los parkings. Hay automóviles de todo tipo: clásicos impecables, preparaciones exclusivas, superdeportivos de ensueño. En menos de un minuto vemos un Mercedes-Benz SLS AMG Black Series, un Wiesmann GT MF4-CS, un Porsche 911 GT3, un Dodge Viper ACR, un Lotus Evora 400...

En el edificio principal hacemos la foto de rigor al cartel de Nürburgring y posteriormente hacemos los trámites necesarios para acceder al recinto. Desde las cristaleras de la tribuna principal se observa la estructura de la montaña rusa Ring Racer. Fue una de las locuras de los anteriores gestores del circuito y ahí sigue su inmóvil esqueleto.

Las marcas ponen a prueba sus futuros modelos en Nürburgring antes de que lleguen al mercado

La entrada al Infierno Verde

Repleto de camiones y gente, en el paddock la actividad es incesante. Los mecánicos se afanan en poner a punto las máquinas que van a sufrir 24 horas de tortura, los fabricantes de neumáticos tienen sus puestos en los que quitan y ponen gomas a las llantas de sus equipos mientras los aficionados curiosean.

En los boxes también hay mucha acción. Hay 151 automóviles presentes en la carrera, lo que obliga a compartir cada box entre varios equipos, cada uno con sus monitores, ordenadores, herramientas y utensilios de todo tipo. Los coches van llegan empujados por los mecánicos, que los colocan en el pit lane delante de su box primero y en la recta de meta después. Comienza el pit walk.

En pocos sitios los aficionados pueden estar tan cerca de los coches y los pilotos. Es una fiesta en la que la gente se hace fotos con los vehículos, pide autógrafos a los pilotos y charla con miembros de sus equipos favoritos. Nosotros aprovechamos para saludar a Lucas Ordóñez, el único piloto español de la prueba, enrolado en las filas del Nissan GT Academy Team RJN con el Nissan GT-R GT3 -terminó 9º, un excelente resultado-.

Un momento de concentración antes de la carrera

Desalojan la pista, falta pocos minutos para que las 24 Horas de Nürburgring den comienzo. Nos vamos a una VIP Lounge situada sobre los boxes, unas salas con ventanales que permiten disfrutar de la salida con total comodidad. Son tantos participantes que los coches reciben la bandera verde divididos en tres grupos. La carrera está en marcha durante la primera hora nos quedamos en el lounge para ver pasar los coches media docena de veces.

Empiezan las primeras paradas y no tardamos en bajar a verlas desde cerca. Tan cerca que estamos a menos de dos metros del coche que realiza el pitstop. Los mecánicos corren a tu alrededor, mientras tú estás situado con el surtidor del combustible a un lado y los calentadores de los neumáticos que acaban de poner caen a tus pies. Como ya hemos dicho en pocas carreras como ésta puedes estar tan cerca de la acción.

La coreografía del equipo es hipnótica, quedas hechizado observando los detalles. Unos quitan las ruedas traseras. Otro se encarga de cambiar los discos de freno del eje delantero a toda velocidad. Otro introduce la pistola de combustible en el orificio del depósito mientras un compañero sujeta la manguera por encima de sus cabezas.

Las paradas en boxes son un espectáculo en sí mismas

Un mecánico se tira al suelo y mete la cabeza debajo del coche para ver el estado del fondo plano. Al mismo tiempo otro miembro del equipo abre el capó y toquitea en el motor. Una más echa jabón en el parabrisas para limpiarlo. Y todo esto mientras un piloto es reemplazado por otro para realizar el siguiente stint. No hay descanso, la tensión es permanente.

Cambiamos de ubicación. Desde la terraza más alta del edificio principal es donde uno se hace una idea de la enormidad del circuito alemán. En total son más de 25 kilómetros y 170 curvas las que deben afrontar los pilotos en cada vuelta, con un desnivel de 300 metros que se aprecian en los continuos cambios de rasante. Todo ello rodeado de los frondosos bosques de la región de Eifel que dan sentido a la denominación Infierno Verde.

Las 24 Horas se corren uniendo los 4 kilómetros del trazado de Gran Premio y los 21 kilómetros del viejo Nordschleife, el anillo norte. El primero tiene el diseño tradicional de un circuito pero el segundo es mucho más rápido, estrecho, difícil y sin apenas escapatorias. Un error en Nordschleife se paga muy caro.

El mapa del enorme circuito es de tamaño XXL

Si te fijas, en cualquier carrera los pilotos tienen un pequeño mapa del circuito en su coche, con las curvas numeradas, en algún lugar visible. Sirve para tener una referencia rápida e inequívoca de algún punto del circuito si el piloto alerta por radio de algún incidente a su equipo o viceversa. Nürburgring es tan grande que el mapa va en la puerta de muchos coches y ocupa un folio completo.

En plena madrugada, cuando se acerca el ecuador de la carrera, volvemos al hotel para descansar un poco antes de afrontar el domingo. Por el camino dejamos las caravanas y las tiendas de campaña que sirven de refugio durante la noche a los que se quedan allí, con una hoguera encendida para combatir las bajas temperaturas.

Las zonas de acampada están pegadas al trazado

El final más apretado de la historia

A la mañana siguiente conseguimos aparcar cerca de la entrada aprovechando que menos gente que el día anterior se ha desplazado al circuito. Irán llegando a Nürburgring poco después para no perderse el final de la carrera, en la que dos equipos están luchando a codo partido intercambiándose el liderato frecuentemente: son el BMW Z4 GT3 #25 y el Audi R8 LMS #28.

Antes de llegar a la entrada notamos el inconfundible ruido de los motores y el olor a gasolina y neumáticos quemados. Accedemos al recinto y comprobamos que hay montado un espectáculo de drift: un BMW gira con pericia alrededor de un carrito de golf. Éste y otros coches se encargan de pintar de negro el perímetro cerrado del Falken Drift Show.

Continuamos nuestro paseo pasando por un túnel bajo la recta principal que desemboca en el Fan Bistro y la famosa gasolinera Mundorf Tank pocos metros antes del edificio de los boxes. Por allí están expuestos varios coches, entre los que destaca un Bugatti Veyron Super Sport con sus 1.200 CV.

El espectáculo de drift es una de las múltiples actividades del fin de semana

Más allá los coches participantes del WTCC descansan en una carpa, en esta ocasión han sido los teloneros de la prueba estrella. También lo han sido los vehículos de la Copa Porsche y de las 24 Horas de clásicos. Estos últimos estaban diseminados por el interior del paddock, algunos montados en remolques, mientras sus propietarios vivían la carrera a través de las pantallas gigantes.

Vemos los coches pasar desde diferentes puntos del circuito y terminamos de examinar las instalaciones porque queremos experimentarlo todo. Tras la grada principal de la recta de meta está el Ring Boulevard, un espacio donde las marcas exponen sus coches, se proponen diferentes actividades con premios, no faltan los puestos de comida y bebida y están las principales tiendas con merchandising de todo tipo.

La carrera está a punto de terminar y nos metemos en el box de STI para vivir la inminente victoria de Subaru en la categoría SP3T. La última hora se hace mucho más larga que las demás para los equipos con opciones de victoria en sus respetivas clases. Los miembros de los equipos cruzan los dedos para que no haya fallos mecánicos inesperados, errores inoportunos ni sorpresas de última hora.

En la última vuelta empiezan las celebraciones. Estamos en el pit lane y vemos a los miembros de los equipos trepar la valla de boxes para animar felicitar a sus pilotos cuando el coche pasa por la línea de meta viendo la bandera a cuadros de las 24 Horas de Nürburgring 2015. En los boxes el cansancio y la tensión contenida durante todo el fin de semana se transforma en escenas de alegría y satisfacción.

El Audi R8 LMS #28 del Audi Sport Team WRT se ha impuesto en la carrera al BMW Z4 GT3 #25 del BMW Sports Trophy Team Marc VDS por sólo 40,7 segundos de ventaja después de 24 horas de competición. Es el final más apretado de la historia en las 43 ediciones de la carrera. El tercer puesto del cajón es para el Porsche 911 GT3 R #44 de Falken Motorsports.

El pit lane se abre al público y enseguida se llena de gente para ver la ceremonia del podio. Los 12 pilotos presentes allí muestran sus trofeos y bañan de champán a sus compañeros de equipo, a los aficionados y a los tres coches más rápidos colocados debajo. La alegría es fugaz, apenas una hora después los miembros de los equipos han recogido casi todo el material y ya hay camiones desfilando hacia la salida.

Christopher Mies, Edward Sandström, Nico Mueller y Laurens Vanthoor (Audi Sport Team) se llevaron la victoria

Nosotros también debemos irnos si queremos llegar al aeropuerto de Frankfurt a tiempo para coger el vuelo que nos lleva a casa. Antes pedimos un currywurst en uno de los puestos exteriores, donde la persona que nos atiende afirma que lleva más 30 horas trabajando sin descanso. Ha sido un viaje fascinante y agotador con el que ya soñamos con repetir el año que viene.

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