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25 años, 215 países, 890.000 kilómetros y un Mercedes Clase G, una aventura épica

Hay historias que realmente llegan al corazón y esta, posiblemente, sea una de ellas. La vuelta al mundo en 26 años a los mandos de un Mercedes Clase G. Gunther Holtorf dejó su Alemania natal en 1989 con la única intención de dar la vuelta al mundo en su preciado Mercedes Clase G al que llama Otto.

5 min. lectura

Publicado: 13/10/2014 13:00

Hay gente en este mundo que irradia inspiración por cada uno de sus poros. Este es el caso del Gunther Holtorf, quien ha tardado 25 años en dar la vuelta al mundo a los mandos de su Mercedes Clase 300GD. Una aventura épica, salpicada por momentos excelentes y por otros tristes. Sin lugar a dudas una inspiración para todos aquellos que amamos los coches.

Corría el año 1989 cuando el señor Holtorf se divorció por tercera vez. En ese momento la vida le estaba preparando para su viaje más increíble de todos, y él lo supo. Abandono su acomodado trabajo en la compañía Lufthansa y se embarcó en la aventura más grande de su vida. Decidió recorrer el mundo, 215 países con Otto, su Mercedes 300 GD.

Sin embargo el propio Gunther sabía que involucrarse en una empresa de este tamaño requería una compañera de viaje. Así que puso un anuncio y rápidamente encontró a su copiloto Christine, la que a la postre se convertiría en su cuarta y última esposa, tristemente fallecida en 2010 a causa de un tumor.

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Como ya decimos el viaje empezó en 1989, en África, donde estuvieron nada más y nada menos que cinco años recorriéndola. Una vez visto todo el continente africano decidieron que su siguiente paso sería en América del Sur, y para allá que se fueron. En ningún momento abandonaban el coche, dormían, vivían y comían en él, era el tercer integrante, y posiblemente el más importante.


Hay que hacer una mención especial al coche, un Mercedes-Benz 300GD. Con su configuración de serie el coche ha aguantado todo el recorrido sin apenas sufrir averías. Aunque claro está que tras tanto kilómetro recorrido algún traspié debía haber. El más grave fue Madagascar, donde el coche quedó con las cuatro ruedas al aire, debiendo enviarlo a Alemania para un cambio completo de la carrocería.

Hay que decir que la pareja viajaba con más de 500 kilogramos de peso extra, la mayoría eran piezas de recambio. El propio Gunther se encargaba de arreglar cualquier problema. Un momento curioso fue cuando decidió quitar el sistema de aire acondicionado, que dio fallos tras dos años de viaje. Así que tomó la drástica opción de eliminarlo, "lo que no existe no se puede romper", dijo Holtorf.

Una vez cubierto el territorio sudamericano el siguiente paso era Norte América, de allí pasaron a Asia, Australia, Rusia, Oriente Próximo y finalmente Europa, donde finalmente ha concluido la travesía, concretamente en Berlín, frente a la mítica puerta de Brandenburgo.


El resultado de tan especial aventura ha sido, a parte de la experiencia, entrar en el Libro Guinness de los Récords. El 300GD se ha convertido en el coche que más países del mundo ha recorrido, es más en alguna que otra ocasión Gunther ha sido el primer extranjero en acceder a un país con su propio coche. El destino final de tan especial unidad no será otro que el museo de Mercedes en Stuttgart.

Sin lugar a dudas ha sido una experiencia única en el mundo. Un ejemplo que muchos quisiéramos tomar para nosotros mismos. Por su parte el honorable Gunther Holtorf ha confirmado, con cierto pesar, que no retomará una aventura así, y que a sus 74 años de edad se dedicará a restaurar modelos clásicos. Tarea en la que ha acumulado una gran experiencia. No os podéis perder el vídeo, las imágenes demuestran el tamaño de la aventura.


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