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Austria también hará reprogramaciones debido al Dieselgate

A una escala más modesta, los austríacos también han llegado a un acuerdo con los fabricantes e importadores de coches. Unos 600.000 diésel tendrán que pasar por taller -voluntariamente- para reprogramar sus centralitas, 9 veces menos que en la vecina Alemania.

6 min. lectura

Publicado: 23/08/2017 20:00

Austria se suma a los países europeos que van a tomar medidas para reducir las emisiones tóxicas de los motores diésel, de forma similar a como se ha hará en Alemania. Recordemos que a principios de agosto se celebró la "cumbre diésel" entre las autoridades alemanas y los principales fabricantes afincados en su suelo.

Ayer sucedió lo mismo en Austria, al reunirse Jörg Leichtfried, el ministro de Transporte austríaco, con diversos fabricantes e importadores. Participaron en las conversaciones Mercedes-Benz, BMW, Kia, Ford, Renault, Porsche, Volkswagen, Audi, SEAT, Škoda, Hyundai, Mitsubishi y Opel.

El resultado del encuentro es el siguiente: 600.000 vehículos serán llamados a revisión en ese país, fundamentalmente de Volkswagen, Mercedes-Benz, Renault y tal vez BMW. Esos fabricantes efectuarán una reprogramación de centralitas, los demás han acordado ofrecer descuentos en la compra de vehículos nuevos de menores emisiones.

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Según los fabricantes implicados, las emisiones de óxidos de nitrógeno podrán reducirse entre un 25% y un 30%, aunque seguirán muy por encima de los límites de homologación de las normativas Euro 5 y Euro 6. Para los ecologistas alemanes esas cifras son demasiado optimistas, y la reducción real puede estar entre el 2% y el 3%, ¡10 veces menos!

De hecho, fabricantes como Ford han expresado sus dudas acerca de la eficacia de hacer reprogramaciones. Desde luego muchos consumidores tienen dudas sobre los posibles efectos secundarios: mayor consumo de gasóleo, pérdidas leves de potencia, menor fiabilidad y hasta ralentí inestable. Se incentivará a reprogramar con descuentos o promociones equivalentes.

El resto aprovechará la ocasión para vender, aunque con descuentos superiores a los habituales. Por ejemplo, quienes se decanten por un coche eléctrico pueden recibir un descuento equivalente de hasta 10.000 euros. En Reino Unido y Alemania también ha aumentado el esfuerzo comercial para poner en la calle coches más modernos y con menores emisiones.

En los próximos días las autoridades de transporte austríacas entablarán conversaciones con distintos sectores para elaborar una agenda de transición desde la combustión interna hacia modelos sin emisiones. La vía propuesta no es la de las prohibiciones, sino la de los incentivos voluntarios.

A partir de 2040 ni Reino Unido ni Francia permitirán las matriculaciones de modelos de combustión interna, aunque sean híbridos-eléctricos de gasolina. Austria cree que se puede llegar antes a ese escenario, tomando como ejemplo Noruega (2025), Holanda (2035) o Irlanda (2030), que lo harán antes.

La década que viene es el punto de inflexión en el que la industria del automóvil espera que despeguen a un nivel muy superior de ventas los eléctricos y los híbridos enchufables. Varios fabricantes también creen que se puede alcanzar a medio plazo el punto en el que se venden más enchufables que térmicos.

El escándalo de las emisiones de Volkswagen, a poco de cumplir su segundo aniversario, está haciendo más por la popularización del coche eléctrico que muchos intentos del sector público en la misma dirección durante años. El consumidor está tomando nota.

A nivel europeo estamos asistiendo a una rápida debacle de las motorizaciones diésel en relación a las de gasolina, están acumulando una muy mala fama. La opinión pública se está dando cuenta del impacto que tienen las emisiones contaminantes, que, de haberse respetado los estándares europeos, habrían tenido efectos menos importantes.

Las normas Euro se hicieron para limitar los componentes tóxicos del escape de los turismos, industriales ligeros, motocicletas, industriales pesados, etc. El problema de dichas normas es que como la homologación se hace en laboratorio, los fabricantes han hecho todas las trampas que les han dejado, o que los reguladores no han descubierto.

Los austríacos quieren un cambio de modelo por la vía "pacífica", sin acosar al consumidor. En Alemania el modelo va a ser un poco más duro, porque los tribunales pueden empezar a dar la razón a los ecologistas y provocar prohibiciones o limitaciones en la circulación en 16 grandes ciudades a partir del año que viene.

En el mercado español, los casos de Madrid y Barcelona son muy relevantes. Aunque las limitaciones para circular son muy puntuales, pocos días al año, ya ha afectado a los hábitos de compra. Marcas como BMW, Toyota o Lexus han notado un importante incremento de ventas de híbridos, pues esquivan varias de esas restricciones.

El movimiento de Alemania y Austria puede ser un ejemplo para más países, que harán reuniones con los fabricantes y acordarán reprogramaciones o incentivos para retirar del mercado -o que cambien de manos- coches más contaminantes. A fin de cuentas, los coches que acepten los concesionarios no se van al desguace.

Fuente: Bundesministerium für Verkehr, Innovation und Technologie

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