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El brutal Chevrolet Camaro ZL1 original cumple 50 años

El Chevrolet Camaro ZL1 1969, uno de los muscle cars más brutales y desconocidos de todos los tiempos cumple este año nada menos que medio siglo de vida. Su origen es una de las historias más extrañas e interesantes del mundo del motor, puesto que nació fruto de un error del sistema de pedidos de Chevrolet.

El brutal Chevrolet Camaro ZL1 original cumple 50 años
Chevrolet Camaro ZL1 1969 - Varios

4 min. lectura

Publicado: 05/08/2019 12:00

Hoy día son bien conocidas las siglas ZL1, ya que no solo forman parte del legado histórico del Chevrolet Camaro, sino que han protagonizado algunas de las páginas más brillantes de la historia del modelo y la marca estadounidense.

Estas siglas nunca han sido empleadas de manera arbitraria por los responsables de marketing de Chevy, que las han reservado solo para dar nombre a algunas de las versiones más brutales que ha gozado el modelo en sus poco más de 50 años de historia. Como demuestra el actual Chevrolet Camaro ZL1, la versión más potente y rápida de la historia del modelo. Aunque también podemos decir que es el turismo convencional (no derivado de un deportivo o sportscar como el Corvette) más rápido de la historia de Chevrolet.

Chevrolet Camaro ZL1 1969.

Sin embargo, a pesar de que los Camaro ZL1 han sido de las versiones más excitantes que hemos podido encontrar en el catálogo del modelo estadounidense, la historia de su origen es tan asombrosa como desconocida para muchos aficionados, sobre todo los no estadounidenses.

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Como te contamos con todo detalle en su momento, el Chevrolet Camaro ZL1 original nacía en 1969 fruto de una peculiaridad o error inesperado del sistema de pedidos COPO de Chevrolet (siglas de “Central Office Purchase Order” o “órdenes de compra de la oficina central”). Sistema que había sido creado para crear pedidos fuera de serie, vehículos especiales de flotas, como los policiales, que no podían ser fabricados bajo la estandarización del sistema de pedidos regulares de la compañía.

Sin embargo, Fred Gibb, propietario del concesionario Gibb Chevrolet, se unió al piloto Dick Harrell y emplearon este sistema para poder solicitar un Camaro dotado del espectacular motor V8 ZL1 de competición. Un motor que no había sido diseñado para la calle y que en principio no estaba disponible para ningún vehículo matriculable de General Motors, pues además de ser muy potente (en torno de los 500 CV) era extremadamente caro.

Las intenciones de Gibb y Harrell eran crear el arma perfecta para el campeonato de la NHRA (National Hot Rod Association) e increíblemente Chevrolet aceptó el pedido, imponiendo como única condición un pedido mínimo de 50 unidades.

Estas unidades eran tan caras que muchas de ellas terminaron siendo devueltas a Chevrolet y muchas de ellas tuvieron que perder el motor ZL1 para poder ser vendidas (Gibb Chevrolet solo llegó a vender 13). El motivo no era otro que el elevado precio de este propulsor, que si bien era muy similar al V8 427 que comercializaba Chevrolet en ese momento, este era realizado por completo en aluminio y contaba con un precio de 4.150 dólares antes del montaje.

A modo de ejemplo, un Chevrolet Camaro convencional costaba en ese momento 2.600 dólares. El precio de esas primeras unidades del Camaro ZL1, ya montado, superaba los 7.000 dólares.

El carísimo bloque V8 ZL1 de aluminio.

Muchos de los ejemplares originales no lograron sobrevivir hasta nuestros días, de ahí que las escasas unidades fabricadas del Camaro ZL1 ‘69 sean consideradas hoy todo una pieza de coleccionista, al mismo nivel que los fabulosos Yenko Super Camaro de Don Yenko, que contaban con el V8 427 que empleaba en ese momento el Chevrolet Corvette.

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