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Cuenta atrás para el impuesto al gasóleo/diésel en 2019

Salvo el Partido Popular y Ciudadanos, el resto de los grupos políticos están a favor -por el momento- por elevar la fiscalidad del gasóleo para que pase a costar lo mismo que la gasolina. La duda es si la medida arrancará en enero o a partir de marzo.

6 min. lectura

Publicado: 02/12/2018 21:00

Ahora que las elecciones andaluzas están a punto de terminar, podemos volver a ocuparnos de otros temas de interés más general. El 20 de noviembre el Congreso de los Diputados rechazó en votación una propuesta no de ley (PNL) del Grupo Parlamentario Popular para detener la subida al gasóleo en 2019 o aliviar su efecto sobre los autónomos y profesionales.

La propuesta fue rechazada con los 175 votos de PSOE, Podemos y nacionalistas, superiores a los 168 votos que sumaron PP y Cs

Un parlamentario se abstuvo. Como muestra el diario de sesiones de aquel día, varios parlamentarios recordaron al PP que la iniciativa de subir el gasóleo fue de ellos, así lo recomendaban varios informes, y así lo aceptó Cristóbal Montoro, anterior ministro de Economía.

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El argumento recaudatorio fue tumbado por este otro, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, cada año se producen en España 33.200 muertos a causa de la contaminación del aire; 25.500 por partículas en suspensión (PM), 5.900 por dióxido de nitrógeno (NOx), y 1.800 por el ozono a baja altura. Los motores diésel son los principales responsables de ese aumento, así que el impuesto tiene como objetivo reducir las ventas de ese tipo de motorizaciones.

Como pudimos ver en un análisis reciente sobre las matriculaciones en España -de enero a octubre- la caída del motor diésel en el mercado español ya venía produciéndose antes de que se produjese la moción de censura contra el presidente del PP, Mariano Rajoy, cuando se supo que aumentaría la fiscalidad del gasóleo. Ya ninguna autonomía supera el 50% de matriculaciones a gasóleo, tienden al 30-40%.

Para los que sí tienen un diésel, habrá que rascarse más el bolsillo al reposar. El diferencial entre gasolina y diésel a efectos fiscales es de 9,55 céntimos por litro. Cuando la subida se haya completado, hablamos de 4,8 euros más por tanque si se repostan 50 litros. No obstante, el PSOE anunció que la subida sería progresiva, de 3,8 céntimos por litro en su fase inicial.

En otras palabras, la subida inicial sería de 1,9 euros por cada 50 litros. Lo recaudado será utilizado, en parte, para facilitar la masificación de los coches eléctricos, pero en 2020. Lo cierto es que el Gobierno de España apenas está dedicando dinero en ayudas a la compra de vehículos más limpios, y cuando las ayudas salen se agotan muy rápidamente.

¿Y la subida, para cuándo?

Lo primero, el incremento de los impuestos al gasóleo es una medida incluida en los Presupuestos Generales del Estado de 2019, que aún tienen que ser votados en el Congreso. De momento, el Gobierno no cuenta con los apoyos para sacarlos adelante, pues necesita a Podemos y nacionalistas para tener mayoría sobre PP y Ciudadanos.

De quedar aprobados, la subida comenzaría el 1 de enero de 2019. En caso contrario, quedarían automáticamente prorrogados los PGE de 2018, que no contemplan dicha subida. Los tiempos parlamentarios implican que mínimo hasta marzo de 2019 no sería posible aprobar los PGE de 2019. Tendremos que estar pendiente del Congreso.

Mientras tanto, las ventas que se pierden de vehículos de gasóleo están convirtiéndose fundamentalmente en matriculaciones de vehículos a gasolina, aunque la venta de vehículos alternativos está subiendo con mucha fuerza, especialmente en Madrid. En ese caso, más que la subida del gasóleo, importan las restricciones circulatorias para los vehículos que no tengan calificación ECO (híbridos y a gas) ni CERO (eléctricos e híbridos enchufables).

Si la subida no se ha producido aún y ya ha producido una estampida de consumidores hacia las alternativas a los diésel, cuando esta sea efectiva bajarán aún más las matriculaciones de gasóleo. En el lado de la oferta también se nota, muchas marcas han retirado los motores de gasóleo de su oferta, o la tienen muy limitada.

Lo malo de esta gasolinización acelerada es que tendrá como resultado más emisiones de CO2 respecto a los vehículos que sean reemplazados -de media-, y eso es precisamente lo que se quiere evitar en el futuro. Es necesario que el Gobierno vaya poniendo en marcha planes de ayuda tangibles para que en vez de tanto gasolina, se vayan matriculando más alternativos y eso contenga o baje las emisiones de carbono.

Tampoco estaría mal dar una seguridad a los usuarios de gas (tanto GLP como GNC) de que la parte impositiva quedará como está durante una temporada, al menos hasta mediados de la próxima década, para que siga aumentando la cuota de alternativos, aún muy baja. Cuando los eléctricos alcancen la paridad en precios con los térmicos, habrá que plantearse otra cosa, pero no antes.

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