Dos grandes problemas llevan a revisión a 5 millones de motores de gasolina, ¿estamos ante los límites de la combustión?
Toyota, Honda, Ford, Stellantis y General Motors están viviendo casos de llamadas a revisión por fallos prematuros en sus motores V6 y V8 en Estados Unidos, a los que se podría unir Hyundai.

El motor de combustión ha evolucionado sin parar durante más de un siglo desde la invención del 'carruaje motorizado'. Especialmente desde que a principios del siglo XX se impusiera como la opción a seguir dado que a finales del XIX veíamos una mezcla de coches de gasolina, impulsados a vapor gracias al carbón y los primeros coches eléctricos (también híbridos, uno de ellos con Ferdinand Porsche como ingeniero).
Una ciencia y una industria que ha mejorado (siendo ahora más eficientes y menos contaminantes que nunca) y se ha reinventado hasta ser uno de los principales motores económicos en diversas zonas y países del mundo. Ahora bien, cada sistema de propulsión tiene unos límites y varias marcas se están encontrando de bruces con ello.

Límites de motores de combustión
Estos límites los están sufriendo grandes fabricantes. De entrada, General Motors ha llamado a revisión para revisar 721.000 unidades de su L87 6.2 V8. El gigante americano teme que estos motores, debido a un problema en la línea de montaje, puedan acabar rompiéndose antes de tiempo, siendo estos motores a menudo preparado con modificaciones de mayor o menor grado en Estados Unidos, una práctica relativamente común.
Incluso Toyota, con su enorme y demostrada reputación y fiabilidad, va a reemplazar más de 100.000 unidades de su motor V6 biturbo (utilizado tanto en sus pick ups como en modelos de Lexus) debido a contaminación en el proceso de mecanizado. De un modo similar, otra marca con buena reputación de fiabilidad como es Honda va a llamar a revisión unos 250.000 coches con su V6 3.5 por problemas relacionados con las bielas.
Grandes marcas con problemas en Estados Unidos
Otro gran rival asiático, Hyundai, está estudiando si es necesario llamar a revisión motores presentes en unos 3 millones de coches tanto en modelos de Hyundai como de Kia en Estados Unidos. Esto les podría costar unos cinco mil millones de dólares (4.257.000.000 €), según se estima. Y la lista continúa.

¿De dónde viene el problema? El consenso apunta, en primer lugar, a un dato del que las marcas sacan pecho: la potencia por litro. Cada vez más altas, motores funcionando cada vez a mayores temperaturas y mayor presión dentro de los cilindros. En estos casos, piezas clave como el cigüeñal o los cojinetes están sometidos a cada vez mayores presiones.
Los aceites, cada vez menos viscosos
Tampoco ayuda a la causa que cada vez los aceites que se utilizan y se recomiendan por parte de los fabricantes son de cada vez menor viscosidad. Es decir, la capa de aceite que protege a las piezas de fricciones internas es increíblemente delgada en comparación con los aceites que se utilizaban en el pasado, de cuando se hacían motores 'de los de toda la vida, para toda la vida'.
Con el avance de la tecnología, ahora se hace un mecanizado mucho mejor y mucho más preciso que antaño, pero para que los motores puedan soportar estas presiones y dar el rendimiento que se persigue, se necesita un mecanizado, limpieza y montaje del motor mucho más perfeccionado. Y, si no ocurre, se da lugar a estos escenarios.

5 millones de motores a revisión
Unos 5 millones de motores en Estados Unidos están llamados a revisión en estos momentos - además de los casos de Toyota, Honda o GM, también han llamado a revisión Ford con más de 700.000 vehículos (en su caso, con fugas de aceite y fallos de inyectores) así como Stellantis, con unos 112.589 Jeep llamados a revisión por problemas de arena (procedente del proceso de fundición) en el bloque motor de su anterior propulsor de cuatro cilindros, ya siendo reemplazado. Esto podría costarle a Stellantis unos 426 millones de euros.
Con motores más antiguos, aunque no estuvieran tan perfeccionados - digamos de 15 años para atrás - estos problemas no eran tan comunes al usar un aceite de mayor viscosidad, que crea una capa más gruesa que protege mejor las partes móviles dentro de un motor. Ahora bien, estos lubricantes tienden a aumentar el consumo y las emisiones e incluso no llegar a ciertas partes como debería, lo cual puede crear problemas graves.
Recordemos, por otro lado, que la Unión Europea parece que extenderá el motor de combustión más allá de 2035 - eso sí, reduciéndose las emisiones de CO2 en un 90% en lugar del 100% anticipado. Esto es una gran exigencia a la tecnología motor de combustión frente al motor eléctrico, mucho más sencillo en su estructura. Aunque el coche eléctrico precisamente no tiene por qué estar exento de cuestiones relacionadas con el aceite.
