Si no puedes vencerles, cópiales: Renault se 'chinifica' para dominar Europa
Renault acelera su transformación con François Provost al mando: busca recortar costes, producir coches al ritmo «China-speed» y reforzar su alianza con Geely, todo sin renunciar a su identidad europea ni a su expansión fuera del Viejo Continente.

El nuevo consejero delegado de Renault, François Provost, no quiere cambiar el rumbo de la compañía, sino acelerar su marcha. Su objetivo: aplicar «velocidad china» al desarrollo de nuevos modelos, reducir costes «a doble dígito» y reforzar las alianzas con socios asiáticos como Geely, sin perder la identidad europea.
Renault lleva años en plena transformación, pero la llegada de François Provost a la presidencia marca un punto de inflexión. En la presentación del nuevo Clio en Múnich, el directivo francés dejó un mensaje nítido: no habrá giro estratégico, sino un aumento de ritmo.
«No se trata de rediseñar el plan, sino de ejecutarlo más rápido», dijo. Su meta es clara: rebajar costes de producción en dos cifras y responder a un mercado eléctrico cada vez más agresivo.
Dacia seguirá siendo la opción de bajo coste para grandes masas, mientras Renault subirá de nivel
La fiebre por el «China-speed»
Provost quiere que la marca del rombo trabaje a la velocidad de los gigantes asiáticos. «No tenemos tiempo que perder», apuntó, y puso un ejemplo que ya se ha convertido en lema interno: el próximo Twingo eléctrico ha pasado de boceto a modelo listo para producción en apenas 21 meses, cuando antes Renault necesitaba cuatro años.
Esta aceleración no solamente abarata el desarrollo, también evita que Renault se quede atrás frente a clientes que cambian de gustos a la velocidad de un clic.
Para conseguirlo, Renault mira a Oriente. La cooperación con el grupo chino Geely, con el que comparte el proyecto de motores Horse Powertrain, se intensificará. La idea es compartir plataformas, tecnología y proveedores para ganar eficiencia.
Eso sí, Provost insiste en que los modelos destinados a Europa seguirán montándose con un 70 % de componentes de origen local, bajo el principio «local for local», un equilibrio delicado entre pragmatismo industrial y orgullo continental.
Más allá de Europa
Aunque el Viejo Continente sigue siendo el mayor mercado de Renault, la nueva hoja de ruta amplía el mapa. Sudamérica e India están en el punto de mira. La toma de control total de la planta de Chennai, antes compartida con Nissan, es la primera pieza de una expansión que busca diversificar ingresos y reducir la dependencia de Europa, un mercado saturado y cada vez más competitivo.
En paralelo, Provost quiere diferenciar con más claridad las dos grandes marcas del grupo. Dacia seguirá siendo la opción de bajo coste para grandes masas, mientras Renault subirá de nivel con más tecnología, mejores acabados y equipamientos de seguridad avanzados. El nuevo Clio, con hasta 29 asistentes de conducción, es el reciente ejemplo de esta ambición.

La industria del automóvil vive un momento de vértigo: electrificación forzada, márgenes estrechos y rivales chinos que lanzan modelos a un ritmo imparable. En ese contexto, Renault ha optado por la vía pragmática. No se trata de perder identidad, sino de absorber lo mejor de sus competidores.
«Las leyes en la industria automotriz están cambiando en este momento. El tamaño es menos crucial, la tecnología y la velocidad son cada vez más importantes», resume Provost.
O, dicho de otro modo, si no puedes vencer a los rivales chinos, únete a ellos (o cópialos). El rombo francés quiere hablar el idioma de la velocidad y la eficiencia… aunque ese idioma tenga cada vez más acento mandarín.
Fuente: Ecomento.de