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¡Sorpresa! La Agenda 2030 no te obligará a tener un coche eléctrico (ni que tires el tuyo)

Si crees que la Agenda 2030 va en contra de tu libertad o tu bienestar, te han tomado el pelo. No es así, y para comprobarlo, basta con molestarse en leerla. Bienvenidos al desmontaje de un gran bulo contemporáneo de la «conspiración globalista».

¡Sorpresa! La Agenda 2030 no te obligará a tener un coche eléctrico (ni que tires el tuyo)
Objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 - Naciones Unidas (ONU)

9 min. lectura

Publicado: 18/09/2023 21:00

Seguramente has leído, escuchado o visto que la Agenda 2030 es la fuente de todos los males de nuestra época, y de todas las penurias que nos esperan dentro de pocos años. Que si el decrecimiento forzoso, no consumir carne, que solo habrá coches eléctricos para ricos, confinamientos climáticos en ciudades de 15 minutos, etc. Todo es mentira.

Hará siete años, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la «Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», que se compone de 17 objetivos y 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. Todo el que ha dicho esas cosas ni ha abierto la primera página, y se nota mucho. La dejo enlazada, es pública y de acceso libre.

Entre los 17 objetivos encontraremos cosas tan «insoportables» como erradicar la pobreza, el hambre y las desigualdades, que haya educación de calidad, proteger la vida submarina, energía asequible y no contaminante, salud y bienestar... Es precisamente lo que las abyectas élites mundiales se supone que no quieren más que para ellos -dentro de la conspiranoia, claro-.

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¡Infórmate!

Los conspiranoicos dirán que existe otra Agenda 2030, la que no vemos, que es tan cierto como que la Tierra es plana, que «nos fumigan» o que Elvis Presley sigue tomando copas en el Caribe

El Foro Económico Mundial hizo ocho predicciones para 2030, pero mucha gente se las ha tomado al pie de la letra, como si fuesen futuras imposiciones, pero cosa distinta es la «Agenda 2030» más allá de la coincidencia en el año

Por lo tanto, haciendo una lectura un poco más allá de la primera página y de que el término «Agenda 2030» resulte incómodo ideológicamente para algunos, descubriremos que todos los males que se le achacan no tienen relación alguna. Es que solo falta que se ligue el reggaeton -o peor aún, el trap- a la agenda de marras.

Tampoco hay ninguna relación entre la Agenda 2030 y el lema «no tendrás nada y serás feliz», cuyo origen es bien distinto: un ensayo del año 2016 realizado por la política danesa Ida Auken, en relación a la economía colaborativa, y popularizado tras el Foro Económico Mundial de Davos. Es más, la Agenda 2030 postula algo radicalmente distinto en el objetivo 1 (Fin de la pobreza), meta 1.4:

«Para 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los más vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de las tierras y otros bienes, la herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías y los servicios económicos, incluida la microfinanciación».

Reuters realizó en 2021 una investigación «fact check» que desmontó esta disparatada teoría de que élites y poderosos pretendan que no tengamos nada en propiedad

La Agenda 2030 tampoco tiene relación directa con el Acuerdo de París, que es anterior y trata de limitar el calentamiento global del planeta de 1,5 ºC a 2 ºC respecto a los niveles preindustriales, esto es, del siglo XVIII, mediante compromisos de la mayoría de países del mundo. Para ello, hay que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4).

En la Unión Europea, se ha impuesto la prohibición de matricular en territorio comunitario turismos y furgonetas que emitan gases de efecto invernadero en 2035. Solo tres tecnologías permitirán tal cosa: vehículos eléctricos (a baterías o de pila de combustible de hidrógeno) y el uso de combustibles sintéticos neutros o hidrógeno con combustión interna.

Sí aún quieres usar un vehículo de combustión interna en 2035, nadie te lo impedirá, salvo en zonas concretas de ciudades concretas -tanto en España como en otros países de la UE-

Esa prohibición da un mensaje a los fabricantes, para que favorezcan esas tecnologías sobre las tradicionales, pero no afecta a quien tenga ya un vehículo de combustión interna o lo vaya a tener. No habrá expropiaciones, ni prohibiciones generalizadas, ni nada similar. Antes habría que pisotear una larga lista de leyes y derechos constitucionales. Es un bulo muy burdo, y muchos «han ido a por ello».

Para el que quiera montarse películas sobre 2030, le recomiendo «Demolition Man» (1993), que predijo un futuro en el que habrá coches eléctricos, nada de incorrección política, y la policía quedará únicamente para perseguir a los que cuenten chistes verdes

Es más, existen serias dudas de que en 2035 haya demanda de vehículos de combustión interna en Europa, una vez se hayan vuelto más económicos -en cualquier sentido- los eléctricos, incluyendo la compra, debido a la dificultad de cumplir la normativa de escape Euro 7 -y revisiones posteriores-. En segmentos muy concretos habrá una demanda muy débil, pero no será mayoritaria. Será por elecciones de los consumidores en gran medida, no por personas indeterminadas con poderes transnacionales e ilimitados.

Tampoco encontraremos ninguna «conspiración globalista» en el objetivo 7, «Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna», aunque para llegar a esa conclusión, pues hay que leérselo. Sin duda, un esfuerzo ímprobo para quien solo aprobó en la EGB el recreo. Podría seguir así hasta el aburrimiento, es un bulo como el vídeo de Ricky Martin y la mermelada de 1999. Sí, el vídeo que nadie ha visto, porque nunca existió.

El mundo cambiará mucho en solo 10 años, pero no vamos camino de una pseudo dictadura comunista distópica -un ejercicio olímpico de gimnasia mental-

Por lo tanto, conviene de vez en cuando acudir a las fuentes originales y no creerse la primera tontería en un grupo de Telegram o hilos de Twitter/X escritos por iletrados, troles o completos tarugos. También es conveniente informarse mejor, que no deja de ser una responsabilidad ciudadana, porque en la sociedad de la información no somos simples sujetos pasivos, y tenemos derecho a elegir.

Y por nuestro bien, conviene ejercerlo para no ser presas de la desinformación. En pleno siglo XXI, resulta tan fascinante como desconcertante la enorme cantidad de bulos y sandeces totales que se han movido como la pólvora, y este es uno más en la lista. Se nota mucho que la estupidez y sus adláteres no tienen un depredador natural que los diezme, es más, campan a sus anchas cuando se supone que el conocimiento es universal y accesible como nunca antes lo ha estado.

Fuente: Reuters

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