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Alfa Romeo 4C, Giulietta QV y MiTo QV en el circuito del Jarama

Probamos el emocionante Alfa Romeo 4C en circuito y el escenario no puede ser más atractivo: el histórico trazado del circuito del Jarama ¿Qué será capaz de ofrecer el pequeño coupé italiano? También conducimos las versiones Quadrifoglio Verde del Giulietta y el MiTo, las variantes más picantes de ambos modelos, y conocimos los nuevos Giulietta Sprint y MiTo Junior.

Alfa Romeo 4C, Giulietta QV y MiTo QV en el circuito del Jarama

7 min. lectura

Publicado: 18/12/2014 08:00

Desde que condujimos por primera vez el Alfa Romeo 4C estuvimos convencidos de que el pequeño coupé italiano podría ser un arma muy efectiva en un circuito. Ayer tuvimos oportunidad de comprobarlo, además de subirnos al Giulietta Quadrifoglio Verde y al MiTo Quadrifoglio Verde. Y para conducir los coches más deportivos de una marca con solera nada menos que el asfalto del histórico circuito del Jarama.

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La lluvia hizo acto de presencia a primera hora y cuando salimos a pista con el Alfa 4C el asfalto estaba resbaladizo porque no se había secado completamente. En las zonas más húmedas había que tener tacto a la hora de meter el coche en los giros y sobre todo al pisar a fondo el pedal del acelerador de este coupé de propulsión trasera.

Las reacciones son muy vivas, siendo tan juguetón como un kart. Así lo pudimos comprobar a la salida de las curvas Fangio y Pegio, donde la humedad en esas zonas hacían que la zaga se insinuase ante un exceso de optimismo en las aceleraciones tras pasar el vértice. El 4C es muy divertido, adictivo, pero también muy exigente si se quiere exprimir a fondo.

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En la báscula se queda por debajo de los 900 kg de peso en seco, una ligereza de la que nos beneficiaremos en las frenadas y en la fulgurante capacidad de paso por curva. Los 240 CV pueden parecer poca cosa sobre el papel pero nada más lejos de la realidad: eso supone que este pequeño Alfa tiene una relación peso/potencia de 4 kg/CV, mejor que la de un coupé purasangre como el Maserati GranTurismo Sport de 460 CV por poner un ejemplo.

No es de extrañar, por tanto, que el biplaza ofrezca unas prestaciones más que brillantes y estén al alcance de muy pocos. Este deportivo con bastidor de fibra de carbono y suspensiones firmes alcanza los 100 km/h desde parado en sólo 4,5 segundos y la velocidad máxima es de 258 km/h. Este Alfa es algo serio.

También tuvimos la oportunidad de rodar con las versiones Quadrifoglio Verde del Alfa Romeo Giulietta y MiTo. El trébol de cuatro hojas en los modelos de Alfa, el Quadrifoglio Verde, siempre ha distinguido a sus versiones más prestacionales. El amuleto nació en 1923 cuando una unidad de la casa italiana se impuso en su primera carrera internacional del prestigio, la Targa Florio. Desde entonces todos los Alfa de competición lo llevan y, tras la II Guerra Mundial, también lo adoptaron las versiones de calle más deportivas.

El Alfa Romeo Giulietta QV es el máximo exponente actual vestido con el quadrifoglio, y no en vano bajo el capó late el mismo motor del 4C, el 1.750 TBi de 240 CV. También el mismo cambio automático de doble embrague TCT de seis marchas, muy suave y con levas tras el volante para realizar los cambios de manera secuencial.

Con el Alfa D.N.A. en el modo Dynamic salimos a pista y pronto pudimos comprobar que el Giulietta empuja mucho -0 a 100 km/h en 6,6 segundos- pero con una respuesta del motor muy lineal. La deportividad se siente en todo momento, con una dirección es muy directa y un embriagador sonido del escape que invade el habitáculo. Suena bien, realmente bien.

Con el asfalto ya prácticamente seco, llegó la hora de subirse al Alfa Romeo MiTo QV. El más pequeño de la familia es todo un lobo con piel de cordero, aunque la unidad presente en el Jarama lucía un impactante tono Gris Magnesio. Su corazón es un 1.4 TB MultiAir de 170 CV asociado al cambio TCT.

El tacto esponjoso del freno impone que haya que familiarizarse con el pedal en los dos o tres primeros giros, pero una vez cogido el tacto la frenada no presenta mayores problemas. El MiTo aporta mucha confianza y tiene un comportamiento bastante neutro que permite atacar las curvas sin contemplaciones, con reacciones nobles y predecibles. Es la esencia deportiva de Alfa Romeo en formato concentrado.

En el evento organizado por la marca italiana no había tiempo para aburrirse. Mientras el sonido de los 4C nos abrumaba al pasar a fondo por la recta de meta, en el paddock podían realizarse pruebas de slalom y frenada sobre firme deslizante, cotillear los nuevos Alfa Romeo Giulietta Sprint, una edición que celebra el 60º aniversario del Sprint original, y el Alfa Romeo MiTo Junior, una edición especial con equipamiento exclusivo.

Y, como broche final, la presencia en uno de los boxes de toda una joya del biscione, el Alfa Romeo 8C Competizione. Sólo se fabricaron 500 unidades de este biplaza con motor V8, a finales de la década pasada, y a pesar del paso de los años sigue deslumbrando como el primer día.

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