Prueba Porsche Cayenne 2018: más eficacia y madurez
Hemos estado probado el Porsche Cayenne en su presentación nacional en Oporto. Estas son nuestras primeras impresiones tras conducir un modelo que viene cargado de tecnología en muchos sentidos y que luce un aspecto mucho más maduro que su predecesor.
15 min. lectura
Publicado: 02/03/2018 20:00
En las últimas dos décadas no ha habido ningún otro modelo que durante su nacimiento haya creado tanta controversia como lo ha hecho el Porsche Cayenne. Llegó al mercado en el año 2002 y desde entonces e incluso hasta ahora, no han sido pocos los que han criticado a la marca de Stuttgart ya que muchos se preguntaban “¿cómo es posible que un fabricante de deportivos ahora se ponga a construir todocaminos?”
Fijaos, vieron una oportunidad y la jugada les ha salido muy bien porque este modelo ha sido todo un éxito en ventas, la primera generación que se vendió hasta 2010 consiguió comercializar más de 270.000 unidades, incluyendo la versión diésel cuya comercialización fue otra pequeña “decepción” para los aficionados más radicales. Su segunda generación, que acaba de finalizar su ciclo comercial, ha conseguido vender más de 500.000 unidades
Puede que realmente no valoremos de la manera adecuada lo que significa este SUV para Porsche, ha sido todo un pulmón económico que ha podido financiar proyectos como el Panamera, sus deportivos actuales e incluso parte del desarrollo del Mission E.
Fortaleza exterior
El aspecto del Cayenne siempre ha estado en sintonía con los otros modelos de la gama con los que ha tenido que convivir y en esta nueva generación no es para menos donde encontramos rasgos muy presentes en el Panamera y en menor medida en el 911.
Los grupos ópticos delanteros se encuentran en los extremos del frontal para transmitir una mayor anchura y fortaleza, son de tecnología LED, de serie en la gama. El otro elemento que salta a la vista son la generosa entradas de aire que alimentan el intercooler y radiador. Las entradas en los extremos tienen lamas activas que se abren o cierran según las necesidades de ventilación y refrigeración.
La nueva generación del Cayenne disminuye su altura en 9 mm aunque a simple vista no nos demos cuenta de ello. También aumenta su longitud y anchura en 63 y 23 milímetros respectivamente. Desde el perfil sí que destaca el embellecedor cromado que delimita la superficie acristalada de las ventanillas que contrasta con su carrocería.
La parte trasera tiene tres puntos claves interesantes, el primero es el generoso alerón trasero, que integra una luz de frenos y que en la versión turbo además es un alerón activo, se despliega según las necesidades aerodinámicas, como una frenada contundente o cuando alcanzamos altas velocidades.
Los otros dos elementos que destacan son, la nueva luz de freno trasera que se extiende de una lado a otro de la zaga y la salidas de escape, con dos salidas para la versión de acceso, cuatro salidas redondas para la versión S (la que te enseñamos en el vídeo) y cuatro salidas ligeramente cuadradas para la versión tope de gama, la Turbo.
Dato homologado | Porsche Cayenne | Porsche Cayenne S | Porsche Cayenne Turbo |
---|---|---|---|
Potencia | 340 CV | 440 CV | 550 CV |
0- 100 km/h | 6,2 s | 5,2 s | 4,1 s |
Consumo medio | 9,2 - 9,0 l/100 km | 9,4 - 9,2 l/100 km | 11,9 - 11,7 l/100 km |
Precio desde | 87.579 € | 107.127 € | 160.613 € |
Interior con mucha calidad y tecnología
Al acceder a las plazas delanteras, un volante de tres radios nos da la bienvenida. Inspirado en el del todopoderoso 918 Spyder e idéntico a los que lucen el 911 y Panamera. Los materiales que emplea transmiten calidad al tacto, tanto el cuero, como los botones y los detalles metálicos. El volante incorpora una ruleta en su parte inferior derecha que hace las funciones de selector entre los distintos modos de conducción que ofrece, de los que hablaremos más adelante.
Las levas solidarias al volante tienen un buen tacto aunque no tengo la sensación de que sean de metal, están bien acabadas aunque como digo echo en falta un tacto más metálico en ellas. La instrumentación es prácticamente digital al 100%, el tacómetro en el centro del tablero como herencia del pasado, es el único elemento análogico. Tanto a su izquierda y derecha, pantallas digitales que muestran mucha información, simulan ser otras esferas o mostrar información ampliada del vehículo o el sistema de navegación.
Pero la pantalla protagonista del habitáculo es sin lugar a dudas la del sistema multimedia de 12,3 pulgadas de Porsche Connect. Para sacarle todo el rendimiento a sus posibilidades hay que dedicarle tiempo, muestra información relacionada con la navegación, fuentes de audio, teléfono, modo de conducción y altura al suelo así como opciones de climatización.
La pantalla aglutina mucha información y posibilidades por lo que se puede prescindir de muchos botones. Algo parecido han hecho en el túnel de transmisión, junto a la palanca de cambios, donde se han agrupado los botones correspondientes al módulo de la climatización y un acceso directo a los ajustes de la suspensión y ESP.
A excepción del negro piano de los listones embellecedores del salpicadero, no encuentro ninguna pega a sus plazas delanteras, con un diseño muy limpio, y calidad en todos los detalles que ofrece. Los asientos tienen un acabado excepcional y recogen el cuerpo garantizando comodidad en largos recorridos por su mullido y postura de conducción, idéntica a la de un turismo.
La amplitud de la banqueta de asientos posterior permiten que dos pasajeros de casi 2,0 metros de altura viajen con comodidad. Un tercer ocupante no viajará cómodo por la dureza del respaldo de su asiento, que es abatible y porque tendrá que abrir las piernas para sortear el túnel de transmisión y el módulo de climatización trasero. Según la envergadura de los pasajeros traseros, tres ocupantes podrían viajar sin chocar entre sí sus hombros si tiene una pequeña estatura o si no son adultos.
La fila de asientos posterior puede moverse hacia delante, reduciendo el espacio disponible para las piernas y aumentando el espacio del maletero que respecto a la generación anterior ha aumentado en 100 litros. Según los datos homologados hablamos de una capacidad desde 770 hasta hasta 1.710, con los asientos plegados
El piso del maletero está casi enrasado con la boca de carga, en su lateral izquierdo tiene una redecilla y espacio para dejar objetos pequeños y si tenemos dificultades para cargar el equipaje tanto por su tamaño o peso, podemos bajar y subir ligeramente el maletero gracias a la suspensión neumática del eje trasero.
Impresiones de conducción
Conducir el Cayenne es una delicia, el trabajo de suspensión es magnífico y tiene como objetivo la comodidad de sus ocupantes o la mayor efectividad en tramos revirados. La postura de conducción es ligeramente más elevada en comparación a turismo, lo que ofrece una mayor visibilidad. El retrovisor interior es muy pequeño, pero a través de él se ve toda la luneta trasera.
En cuanto me he montado en el Cayenne, he querido salir lanzado y experimentar la deportividad de la que Porsche hace gala, pero primero he querido probar algunas diferencias entre los modos de conducción. Conduciendo en el modo normal, el Cayenne es silencioso, con una gran aislamiento acústico y acomodando a los pasajeros, con suaves movimientos de carrocería.
La dirección siempre es directa y precisa en todos los modos, aunque activando el modo Sport o Sport Plus parece que esta se endurece ligeramente. En realidad no puedo asegurarlo pues el feeling del coche cambia considerablemente y puede que este sugestionado por la sonoridad del motor y las sensaciones que se viven a bordo.
No parece que pese casi dos toneladas, responde muy bien a las indicaciones del volante, gracias en parte a que en el eje delantero equipa unas barras estabilizadoras que compensan la inclinación de la carrocería cuando afrontamos curvas reviradas. La física hace que la carrocería se recline hacia el exterior de la curva y estas actúan en contraposición para mantener la trazada y no tener la sensación de que nos vamos para fuera. Se trata de una de las funciones del Porsche Dynamic Chassis Control (PDCC) del modelo.
Los cambios de marcha podemos realizarlo desde las palanca de cambios o desde las levas solidarias tras el volante. Presionándolas podremos subir o bajar relaciones, la caja de cambio Tiptronic S funciona con rapidez casi como una caja de doble embrague, aunque esta es de convertidor de par, según la marca este tipo de transmisión encaja mejor con el concepto del vehículo.
La transmisión tiene 8 marchas y las dos ultimas son de desahogo, es decir, para recudir consumos. La suspensión neumática adaptativa y su nueva tecnología de tres cámaras puede adoptar una configuración puramente deportiva o totalmente confortable.
Gracias a la puesta a punto del chasis es fácil aprovechar toda la potencia que ofrece su propulsor y realizar cambios desde las levas resulta adictivo, además gracias a la dirección activa del eje trasero el Cayenne ofrece una agilidad en las curvas y una estabilidad en los cambios de carril a velocidades altas, más propia de un vehículo compacto de que de un SUV. Además, gracias a este elemento el diámetro de giro se reduce mejorando su maniobrabilidad a bajas velocidades.
El Cayenne también ha sido concebido para superar terrenos sin asfaltar, el chasis puede ajustar su altura en tres niveles (alto, medio y bajo) y hay modo especiales para offroad como Gravel, Mud, Sand, Rocks, para gravilla, barro, arena y rocas sueltas. No he tenido ocasión de probarlas aunque he realizado una breve ruta por caminos donde el Cayenne no ha tenido dificultad alguna por superar las pendientes y superficies irregulares por las que he transitado.
Conclusiones
Tras mi primera experiencia con él, desde luego por las sensaciones que transmite este modelo es sin lugar a dudas el todocamino de Porsche, el Cayenne S me parece la opción más equilibrada por las prestaciones que ofrece, la versión Turbo debería estar reservada a todo aquel que literalmente quiera "un deportivo elevado", aunque hay que reconocer que el motor de acceso de 340 CV tiene prestaciones más que decentes para lucir orgulloso la insignia de la marca en su capo.
Esta nueva generación es mucho más completa y madura que la versión saliente, más calidad interior y mayor tecnología. Lo que más me ha gustado tras mi primera impresión ha sido su comodidad y la sensación de seguridad que transmite al ser conducido, y su carga tecnología aplicada a la conducción.
Como punto en contra principal solo encuentro una cifra de acceso de 87.579 euros que fácilmente superara la barrera de los 90 y que probablemente se acerque a los 100.000 si lo equipamos con los extras más interesantes. Eso sí, si puedes permitirte este modelo, vas a tener la seguridad de haber acertado.
- Comodidad
- Tecnología
- Precio de acceso
¿Te interesa el Porsche Cayenne?
Desde 108.619 €
Ahorra hasta 7.419 €