Prueba SEAT Ateca 2.0 TDI, ¿sigue mereciendo la pena el diésel? (Con vídeo)
Tantas opciones mecánicas han complicado la decisión de qué coche comprar. La duda que pesa sobre el diésel es cada vez mayor, pero ¿merece la pena seguir comprándose uno? Para resolver la duda probamos el SEAT Ateca diésel, de lo mejor del segmento.
La pregunta que más nos hacéis es: ¿qué coche me compro? Antes todo era mucho más sencillo: diésel o gasolina. Sin embargo, ahora hay más opciones: microhíbridos, híbridos, híbridos enchufables, eléctricos, a gas, de hidrógeno. Las dudas surgen ante tantas alternativas, pero siempre queda la duda de ¿sigue siendo recomendable comprar un diésel? Pues para resolver esa duda contamos con el SEAT Ateca, una de las mejores opciones que hay en la categoría.
Desde que el motor diésel fuese inventado en el año 1894, mucho ha evolucionado una tecnología que hoy parece estar demonizada por nuestros políticos y sus asesores. El motor diésel ha experimentado constantes mejoras hasta convertirse en la precisa maquinaria que es hoy. Por el momento nada es capaz de igualar sus consumos, ni siquiera los motores de gasolina más precisos y eficientes del mercado. Si quieres recorrer muchos kilómetros sin repostar, no hay nada mejor que un diésel. No queda otra, ¿pero merece la pena a día de hoy?
Con el precio de combustibles por las nubes y el coste de la electricidad completamente disparado, no resulta fácil saber qué elegir. El precio medio de un litro de gasolina de 95 a día de hoy es de 1,94 euros, mientras que el diésel está en torno a los 1,92 euros el litro. Apenas dos céntimos separan la gasolina del diésel, no parece mucho, pero cuando hablamos de llenar un depósito de 50 litros como el que tiene el SEAT Ateca, y repetimos la operación constantemente, podemos ver como sí hay diferencias.
Más que nada porque un diésel consume mucho menos que un coche de gasolina. Durante las dos últimas semanas hemos estado haciendo pruebas de consumo y el resultado siempre ha sido el mismo: el diésel consume menos. En nuestros recorridos las medias han oscilado entre los 4,4 y los 6,1 litros a los 100 kilómetros. Tras más de 1.000 kilómetros de prueba el dato medio de consumo se ha quedado en unos más que aceptables 5,1 litros a los 100 kilómetros. Lo que quiere decir que con los 50 litros de depósito del Ateca podríamos rodar casi 1.000 kilómetros sin tener que parar a repostar.
Si nos vamos a la versión de gasolina correspondiente, es decir al Ateca 1.0 TSI de 110 caballos con cambio manual de seis marchas, el consumo es considerablemente mayor, pudiendo registrar medias en torno a los 6,7 litros si hacemos un ciclo mixto y una conducción cuidadosa. Aunque sigue siendo un dato excelente, hay que tener en cuenta que con el mismo depósito no superaremos los 750 kilómetros de autonomía. Es decir, que alcanzar los 1.000 kilómetros de autonomía nos costará 97 euros en el caso del Ateca diésel y 114 euros en el caso del Ateca de gasolina, unos 17 euros más.
En cuestión de consumo un diésel es completamente imbatible, no hay otra tecnología capaz de alcanzar semejantes cifras de autonomía por el precio de venta. Actualmente en España el eléctrico con mayor autonomía homologada es el Mercedes EQS 450+ con 741 kilómetros de rango, que tiene un precio mínimo de 118.060 euros, mientas que puedes tener un Ateca diésel con 1.000 km de autonomía desde 27.620 euros. Es decir, te puedes comprar cuatro Atecas y todavía te sobrarían 8.120 euros para combustible con el que podrías recorrer 84.500 kilómetros.
Está claro que el que busque un EQS 450+ ni va a mirar el Ateca diésel, pero es por poner un poco de contexto las excelentes cifras que consiguen hoy esos diésel que están tan demonizados. La comparativa más lógica es con un Ateca de gasolina, y en ese caso las cifras de consumo no son lo único favorable a tener en cuenta a la hora de optar por el 2.0 TDI del Ateca. Mientras que el Ateca de gasolina correspondiente cuenta con un motor de tres cilindros y un litro, el diésel ofrece un litro más de cilindrada y un cilindro más, lo que quiere decir que sus prestaciones son mucho mejores.
No solo es más potencia, que también es importante, sobre todo es más par, tiene más fuerza. Mientras que el 1.0 TSI ofrece sus 110 caballos a 5.000 revoluciones, los 115 caballos del TDI se encuentran disponibles entre las 2.750 y las 4.250 vueltas. Si tenemos en cuenta el par, el Ateca de gasolina logra 200 Nm entre las 2.000 y las 3.000 vueltas, mientras que el diésel ofrece un 50% más de par, 300 Nm entre las 1.600 y las 2.500 revoluciones. ¿Qué quiere decir todo esto? Pues que el coche responde mejor.
SEAT Ateca 1.0 TSI | SEAT Ateca 2.0 TDI | |
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Motor | Turbo 3 cilindros | Turbo 4 cilindros |
Cilindrada | 999 cc | 1.968 cc |
Poten (rev.) | 110 CV (5.000 rpm) | 115 CV (2.750-4.250 rpm) |
Par motor (rev.) | 200 Nm (2000-3000 rpm) | 300 Nm (1.600-2.500 rom) |
Cambio | Manual 6 velocidades | Manual 6 velocidades |
Tracción | 4x2 (Delantera) | 4x2 (Delantera) |
Consumo medio | 6,7 l/100 Km | 5,1 l/100 Km |
Emisiones | 137 gr CO2/Km | 127 gr CO2/Km |
Depósito combustible | 50 litros | 50 litros |
Autonomía aprox. | 750 Km | 1.000 Km |
Hay que tener en cuenta que el Ateca es un coche familiar. Un maletero de 510 litros de capacidad mínima y una segunda fila muy espaciosa con capacidad para tres adultos. Si acostumbramos a viajar a media o a carga completa vamos a notar una gran diferencia de rendimiento. Al Ateca 1.0 TSI le costará ganar velocidad y adelantar, mientras que en el Ateca diésel se podrán hacer todas esas maniobras sin inmutarnos. Tiene más fuerza durante mucho más tiempo, y gran parte de ese milagro se debe a la caja de cambios.
En el caso de nuestra unidad de prueba contamos un una transmisión manual de seis marchas que sabe aprovechar perfectamente toda la fuerza del motor. Tres primeras marchas cortitas y tres marchas superiores más largas que permiten rodar a 120 kilómetros por hora en torno a las 1.700 revoluciones, justo donde encontramos el par máximo. Seguro que alguno se estará preguntando, ¿merece la pena hacer el salto al cambio DSG? Pues siento decirte que no hay cambio automático en este motor, y que dar el salto al DSG dispara la factura final más de 8.300 euros, aunque hay que tener en cuenta que pasamos de potencia y equipamiento, lo que también eleva el consumo y el precio del seguro.
Hay que reconocer que SEAT ha hecho un excelente trabajo con esta combinación que resulta ideal para el Ateca. Se trata de un SUV muy cómodo, de agradable conducción y que transmite muy buenas sensaciones en todos los entornos. Para mí es una de las opciones más lógicas de la categoría, y de hecho lo es de muchos conductores españoles tal y como demuestran las cifras de ventas mes tras mes. Además de cómodo y buen tacto hay que sumar mucha calidad, amplio equipamiento y generoso espacio. Poco más se puede pedir.
Conclusiones
¿Merece la pena seguir comprando un diésel? Si, claro que merece la pena. Los políticos quieren meternos el miedo en el cuerpo, obligarnos a comprar coches que todavía no son válidos para todo el mundo y que encima tienen, y van a seguir teniendo, unos precios disparados. En el mundo real, en el de a pie, en el tuyo o el mío, el SEAT Ateca diésel sigue siendo una apuesta ganadora.