Prueba Subaru XV 2018, un SUV con alma de todoterreno (con vídeo)
Subaru no es una marca que de mucho de hablar, y eso se debe a que el protagonismo lo centra sus productos. Ya he podido probar el más reciente de todos ellos, el Subaru XV 2018, un SUV con alma de todo terreno.
Parece que todo el mundo está ansioso por comprarse un SUV, uno de esos coches altos y con pinta de todoterreno que prometen acompañarnos al fin del mundo si es que así nos lo proponemos. Pero la gran verdad es que no todos llegarían allí donde queremos, ni siquiera se aproximarían. Esta vez no estamos ante uno de esos casos. El Subaru XV 2018 se presenta en el mercado español cargado de importantes novedades, las cuales ya he podido conocer y probar.
Antes de mancharnos las botas de barro es de recibo conocer un poco más acerca de una marca que acumula mucha más experiencia que sus rivales en esto de los SUV. Los japoneses siempre han contado con coches "diferentes", con un marcado carácter campero y aventurero. El XV expresa dicho espíritu en el formato más pequeño de toda la familia, y a día de hoy ya deja más de 700.000 unidades vendidas en todo el mundo desde que fuera lanzado en el año 2012.
Para el caso particular de España, estamos hablando del modelo más vendido de Subaru. El XV presenta unas medidas sumamente atractivas, 4,46 metros de largo por 1,8 de ancho, estas lo posicionan en el duro y competitivo segmento C-SUV europeo, el que actualmente sufre una mayor expansión de ventas, no solo en nuestro país si no a nivel continental.
Es por esto que la renovación del XV debía ser tan importante que consiguiera situarse como una de las alternativas a los Nissan Qashqai, Hyundai Tucson o SEAT Ateca entre otros. Es decir había que traer un modelo completamente nuevo, reformado desde los cimientos para así poder contar con las últimas innovaciones y tecnología.
Y justamente eso es lo que ha hecho Subaru. Ha diseñado una plataforma desde cero, siendo el primero en estrenarla en el viejo continente. Esta estructura modular se denomina SGP (Subaru Global Platform), y será la que empiecen a usar el resto de modelos de la compañía según se presenten sus renovaciones. Con ella se consigue no solo ahorrar costes de producción, sino también mejorar en apartados donde antes el XV no es que fuera especialmente bueno.
Pero antes de saltar a las cuestiones mecánicas y dinámicas hay que conocer qué es lo que ha cambiado a nivel usuario. Bien, por fuera está claro que presenta un nuevo diseño, pero no tan profundo como cabría esperar. Sí que es cierto que los cambios estéticos le han sentado bien, pero los japoneses se han mantenido muy discretos a la hora de lavarle la cara al Subaru XV. Han sido más atrevidos en el tema colores, que son los que aportan ese toque rejuvenecedor.
De puertas para dentro notamos más cambios. El salpicadero es completamente nuevo, con nuevas formas y materiales. Ha ganado en calidad de acabados, hasta el punto de sorprender. Todo da aporta un buen gusto al tacto y la sensación de durabilidad es muy elevada. Estéticamente hablando la evolución es notable, menos sobriedad y más vistosidad. Me gustan los cambios, y sobre todos los detalles, con esas costuras en contraste. Un soplo de aire fresco.
Eso sí, la distribución de los elementos no ha cambiado. Todo está donde estaba. En la consola central destaca la pantalla. Su tamaño varía entre las 7 y las 8 pulgadas y a diferencia de la anterior queda mejor integrada en toda la superficie. Al ser más grande que su predecesora ha obligado a modificar las salidas de la ventilación, el único elemento que cambia con respecto a la generación anterior.
Esta pantalla alberga gran cantidad de sistemas, incluido la cámara trasera de aparcamiento y una excelente conectividad tanto Android Auto y Apple CarPlay. Dentro de esa amplia gama de sistemas hay algo con lo que no podremos contar ni siquiera como opción, el navegador. Subaru España ha decidido no incorporarlo en el XV, por lo que si queremos que algo nos guíe a nuestro destino tendremos que depender del Google Maps de nuestro teléfono móvil, el cuál tendremos que conectar a través del puerto USB. Sinceramente resulta muy moderno, pero lo veo poco práctico. No me termina de gustar.
Si seguimos hablando de pantallas, todavía quedan dos más por mencionar. Una de ellas situada en lo alto del salpicadero. Ésta ya estaba en el anterior modelo, y una vez más nos presenta información relativa a la conducción, trabajo de la tracción total, ángulo de inclinación, y también la temperatura, que se controla a través del módulo que si sitúa en la parte baja de la consola. No es un display que tengamos que mirar a cada momento, pero resulta llamativo.
La tercera pantalla se encuentra en el cuadro de instrumentos, el cual todo hay que decirlo, no cambia en exceso. En este caso sí que aporta información más valiosa para la conducción, como consumos, medias, nivel de carburante, temperatura del motor, e incluso la actuación de los asistentes a la conducción y diferentes elementos de seguridad.
Esto me da pie a hablar de una de las novedades más importantes de la segunda generación del XV, la seguridad. A partir de ahora, y de serie en toda la gama, el XV dispondrá de la tecnología Eyesight, la misma que ya emplea el Outback y que hace un tiempo tuvimos ocasión de conocer y probar en profundidad. Gracias a un conjunto de cámaras y sensores el coche controla el perímetro para así avisarnos o actuar de forma independiente en caso de peligro.
Entre los asistentes hay que mencionar: Sistema de frenado precolisión, control de crucero adaptativo con función atascos, control precolisión del acelerador, advertencia del cambio involuntario de carril con recuperación de la dirección y el indicador del ángulo muerto. Con todos ellos el XV se convierte en uno de los coches más seguros de su categoría, de hecho es el coche más seguro de la historia en los crash test japoneses, y hay que recordar que llega de serie en toda la gama.
Dado que estrena plataforma, y con ello medidas, el XV ha ganado unos centímetros extra en esta generación. Tres de ellos se destinan a la distancia entre ejes, que a su vez se traduce en una mejor habitabilidad. Los que más lo van a disfrutar son los ocupantes de la fila trasera que dispondrán de mucho espacio para las piernas y la cabeza. Solo el pasajero central irá algo más incómodo ya que la plaza es más estrecha y con el inconveniente de un túnel de transmisión algo elevado.
En realidad todas las plazas son confortables gracias a unos asientos muy bien elaborados, mullidos y con buenos soportes laterales. Aunque la forma es igual en todos los casos, los tres niveles de equipamiento: Sport, Sport + y Executive, permiten cambiar, entre otras cosas, la calidad del material con el que se hacen, desde una mezcla de telas de alta resistencia hasta piel tratada para soportar ese trato campero que se le presupone al usuario de un XV.
El espacio de carga siempre es algo a valorar en cualquier coche. El volumen mínimo del XV es ahora de 385 litros, cinco más que la generación anterior, este dato es capaz de crecer hasta los 835 litros si abatimos la segunda fila de asientos en una proporción 60:40. Bien es cierto que no es el más grande de su segmento, pero resulta un hueco muy aprovechable ya que presenta unas formas muy rectas.
En el apartado mecánico Subaru sigue apostando por unos motores de configuración Bóxer, pero obviamente han sido revisados y renovados hasta tener el 80% de sus piezas completamente nuevas. Esto no solo los hace más respetuosos con el medio ambiente, sino que también son más ahorradores que sus antepasados. La gama estará conformada por solo dos versiones, y ambas son gasolina. Los diésel serán eliminados de la gama, y solo durante unos meses más podrán estar disponibles, aunque unidos al modelo anterior. Por su parte los bloques de gasolina dispuestos son: un 1.6 litros de 114 caballos y un 2.0 litros de 156 caballos.
Ambos estarán unidos a una tracción total y a caja de cambios automática de tipo variador denominada Lineartronic. En el caso del 1.6 contará con seis velocidades con función LOW, que actúa a modo de reductora. Y en el caso del dos litros habrá un total de siete velocidades que podrán gestionarse mediante unas levas instaladas tras el volante. Se trata de un cambio con un marcado corte confortable como así indican las cifras de rendimiento de ambas unidades.
Dado que se presupone una vida cargada de excursiones camperas, el XV viene preparado con una serie de armas para afrontar terrenos de alta dificultad. La principal es la altura libre con respecto al suelo, nada más y nada menos que 22 centímetros. A esto debemos sumar la tracción total simétrica de Subaru, el sistema X-Mode, el control de descensos, los carenados de los bajos...es decir una serie de elementos que acostumbramos a ver en un todoterreno de los de toda la vida.
Prueba Subaru XV 2018
Al XV se han empeñarlo en catalogarlo como un SUV, y aunque estrictamente hablando lo es, más bien podemos denominarlo como un todoterreno por todo lo que es capaz de hacer una vez salimos del asfalto. Desde siempre esta ha sido su principal cualidad, pero ahora ya puede contar otras más.
Subaru asegura que su nueva plataforma es entre un 70 y un 100% más rígida que la anterior, que a su vez repercute en una reducción de las oscilaciones en un 50%. Bien, la verdad es que no sé si las reducciones se reducen a la mitad, pero lo que si puedo asegurar es que estamos ante un coche completamente diferente, con un comportamiento que mejora considerablemente en terrenos donde antes flaqueaba.
En carretera y ciudad se muestra como un coche muy refinado y cómodo, con una calidad de rodadura de las mejores de su segmento. Con solo esto ya es como si estuviéramos a bordo de otro coche, pero es que además hay que reconocerle como un SUV muy dinámico. El XV toma ahora las curvas de una forma muy diferente, con una agilidad impropia de un SUV. Las oscilaciones ya no son tan acusadas y el paso por curva es muy rápido gracias a diversos factores.
Uno de ellos es el Active Torque Vectoring que gestiona la entrega de par a las ruedas, frena las interiores a la vez que le da más fuerza a las exteriores por lo que el coche siempre tiende a mantenerse en la trazada. La dirección también se ha modificado para ser más rápida, para que te hagas una idea tiene la misma desmultiplicación que el Subaru BRZ. Y tampoco podemos olvidarnos de la tracción total, que aporta ese extra de seguridad incluso en pavimentos deslizantes.
Mención aparte se merece las suspensiones. Éstas entregan un compromiso perfecto entre confort, conducción y capacidades off-road. Resulta complicado que con un solo ajuste obtengamos un buen comportamiento en los tres aspectos, pero es así. Es un coche muy cómodo para viajar, con una buena conducción dinámica y con unas mejores capacidades off-road. Sin lugar a dudas es una de las claves de este nuevo XV.
El XV no podrá incluir una rueda de repuesto. Un fallo dado que es un coche un marcado carácter 4x4
En cuanto al equipo motriz, el motor resulta muy suave, muy progresivo en sus respuestas. La unidad probada ha sido el 2.0 de 156 caballos, la cual no es que entregue unas buenas cifras de rendimiento, 10,4 segundos en el 0 a 100 Km/h. Entrega un par máximo de 194 Nm, que garantizan una conducción sosegada. No es un coche con el cual podamos ir como locos, eso que quede bien claro, pero en su favor hay que destacar la comodidad y el ahorro, oficializando un gasto medio de 6,9 litros. Y ya te digo que se pueden conseguir e incluso rebajar.
La caja de cambios es lo que no ayuda nada en absoluto. A pesar de haber sido rediseñada y configurada para mejorar su comportamiento, sigue sin aprovechar las capacidades del motor. Como ya he dicho, conducción sosegada, ir tranquilo y sin pedir demasiados esfuerzos. No hay posibilidad de integrar otra transmisión y solo hay que tener conciencia que tipo de conducción demanda el coche.
Con esto llegamos al terreno donde el XV se siente como pez en el agua, el campo. Es aquí donde notas que todo el desarrollo ha sido pensado para llegar a este terreno, y es aquí donde el XV te sorprende. Es capaz de atravesar obstáculos que con otros coches ni siquiera te plantearías, cruce de ejes, descensos, subidas...es una cabra montesa, algo de lo que siempre ha hecho gala.
Sin lugar a dudas el mejor SUV/todoterreno que hay. Sí, le superan otros modelos más bastos y más preparados para el campo, tales como el Jeep Wrangler o el Mercedes Clase G, pero por su rango de precio pocos podrás encontrar con las mismas capacidades que este. Los ángulos de ataque se muestran muy solventes, con 18º en el frontal, 21,6 el central y 29º el de salida, por lo que quiere decir que si conseguimos que el frontal pase el resto del coche le acompañará, y todo ello sin reductora.
En su defecto se instala un programa electrónico denominado X-Mode. Éste actúa sobre los frenos y el ESP para así poder gestionar la entrega de par. Es la última arma de la que dispone el XV. Una lectura constante de la situación de cada rueda permite controlar la cantidad de fuerza a aplicar sobre cada una. De hecho es capaz de pasar el total del par a una sola rueda, la que más tracción tiene, para así poder sacarnos del problema. Es realmente efectivo.
Y ¿a qué precio sale todo esto? Pues la verdad es que no sale nada caro. El precio de salida del Subaru XV es de 21.900 euros. Este presupuesto incluye un descuento promocional que no está sujeto a la financiación. En el otro lado de la balanza, el XV más caro de todos sale por 28.200 euros, también con descuento. Es decir que por menos de 30.000 euros tienes un coche equipado hasta arriba, seguro y con unas capacidades todoterreno fuera de serie.
Conclusiones
No todos los SUV están pensados para salir fuera del asfalto, el XV no es uno de esos casos. La segunda generación llega al mercado cargada de novedades, importantes novedades que han conseguido transformarlo de forma muy satisfactoria. Sin lugar a dudas destacaría su evolución dinámica, sus eternas cualidades como 4x4 y por su excelente relación precio/producto. Es un mucho mejor coche que su antepasado, en todos los sentidos.
En cuanto a lo que menos me ha gustado debo destacar varias ausencias. La falta de navegador puede resultar molesta, lo mismo que el no poder contar con una rueda de repuesto, arriesgado al hablar de un coche con un marcado carácter campero, sigue sin gustarme el cambio Lineartronic, perezoso y con poca chicha, y tampoco me convence la falta de versiones diésel. Sí que es cierto que el mercado está cambiando, y que Subaru vende mayoritariamente gasolina, pero no conviene obviar que casi el 80% de las ventas de un SUV son diésel.