Prueba Volkswagen T-Roc Cabrio 2022, toda una experiencia
El Volkswagen T-Roc Cabrio se actualiza estética, tecnológica y mecánicamente. En términos generales sigue siendo el mismo coche enfocado al más confortable paseo, pero con notables mejoras añadidas, especialmente en su apartado de materiales y tapizados interiores. Hemos podido poner a prueba la variante con acabado Style y motor 1.5 TSI de 150 CV.
Volkswagen supo sacarse de la manga una nueva carrocería poco indagada por otros fabricantes, la de los SUV descapotables. Aquello sucedió hace ya más de 3 años, y ahora, con motivo de la puesta a punto de mitad de ciclo del Volkswagen T-Roc, también se actualiza la variante con techo de lona. La más chic y señera de cuantas posibilidades existen.
Hace algo más de un año ya pudimos poner a prueba la experiencia que suponía el circular con un SUV descapotable. Aquello lo hicimos con la primera versión del Volkswagen T-Roc Cabrio, ahora este modelo se ha puesto a punto actualizando varias facetas de su interesante línea, tecnología y mecánicas.
Un exterior e interior más que acertados
En primer lugar, y en términos generales, el T-Roc Cabrio sigue siendo el mismo que ya pudimos conocer hace algunos años. Para esta ocasión, y si miramos su frontal, el SUV actualiza ciertos elementos de diseño, como el parachoques, en el cual ahora se acogen nuevas molduras y decoraciones, aunque su posición para las luces diurnas sigue siendo tan característico y personal como siempre. La parrilla también evoluciona muy levemente y sus faros, los cuales ahora siempre equiparán tecnología LED, ya que en la versión previa sí que existían los faros halógenos.
Pasando al perfil del mismo, he de decir que apenas existen cambios con respecto a la versión previa, más allá del diseño de sus llantas, las cuales ahora pueden ser de entre 17 y 19 pulgadas; además de la pequeña moldura insertada en ambas aletas delanteras (exclusivo del R-Line). Adicionalmente, el nuevo T-Roc incorpora 4 nuevos colores para la carrocería: Pyrite Silver metallic, Ascot Grey solid, Petroleum Blue metallic y Kings Red metallic.
La trasera también acoge importantes novedades sobre el aspecto del T-Roc Cabrio 2022. En primer lugar y como principales modificaciones encontramos unos faros LED con una nueva firma lumínica y un parachoques rediseñado donde se ubican unas molduras decorativas que emulan unas salidas de escape -por supuesto, nada más lejos de la realidad-. En otro orden de cosas, el resto de elementos, como el logo de la compañía alemana así como el propio nombre del modelo, continúan coronando el centro del portón del maletero. En la zona superior, la propia carrocería forma un pequeño alerón tipo “cola de pato” muy llamativo y particular.
Pasando al habitáculo del T-Roc Cabrio 2022, los cambios con respecto a la generación previa son mucho más notables. Uno de los más relevantes y que a menudo pasa más desapercibido, es una mejora sustancial en los materiales y paneles que recubren el interior. En la versión previa los plásticos duros tomaban prácticamente todo el protagonismo, de la mano de un negro piano que invadía muchas de las superficies. Aunque este material sigue siendo bastante más generoso de lo que nos gustaría, lo cierto es que se ha reducido mucho las áreas donde se ubica.
Como digo, ahora la presencia de zonas acolchadas es infinitamente mayor. Los paneles de las puertas presentan esta mejora, así como el propio salpicadero. Por otra parte, los plásticos y molduras decorativas ahora tienen un tacto mucho más agradable, denotando así el importante salto de calidad. Además, sus asientos ahora pueden tener tapicería bitono, la cual le sienta fenomenal.
Entrando en el área tecnológica, el T-Roc Cabrio inserta la instrumentación digital o Volkswagen Digital Cockpit con 10,25 pulgadas, además de la pantalla central de información y entretenimiento, la cual también aumenta su diagonal hasta las 9,2 pulgadas. La fluidez y velocidad de respuesta han mejorado notablemente en esta actualización aunque me sigue chocando el hecho de no poder poner el mapa del navegador en ambas pantallas al mismo tiempo. El módulo de climatización también ha cambiado, haciéndose mucho más acorde a lo que muestran otros modelos de la compañía, como el Volkswagen Tiguan o el Volkswagen Passat. Este incluye funciones táctiles pero me parecen muy intuitivas y muy buenas.
En el ámbito de la habitabilidad interior, el T-Roc Cabrio sigue obteniendo unas cifras de espacio muy buenas en la primera fila de asientos y algo menos amplia en la segunda fila (algo normal al tratarse de un descapotable de 2 puertas). Los pasajeros de la primera fila gozarán de multitud de huecos portaobjetos, así como unos asientos con calefacción, algo de agradecer para las épocas de más frío.
Las filas traseras, por su parte, cuentan con un buen espacio para la cabeza (lógicamente, cuando está puesto el techo) y con un entorno algo más justo para las piernas. Pasajeros de hasta 1,75 metros de estatura no tendrán problemas en viajar cómodos aquí, aunque echo en falta un reposabrazos central para terminar de acomodar a sus ocupantes. Sus respaldos no son nada incómodos y poseen una posición muy buena, al contrario de otros modelos descapotables del mercado que sus respaldos son muy verticales y son realmente incómodos para viajar.
Terminando el repaso con el volumen del maletero, este es notablemente más pequeño que en la versión “normal” de 5 puertas. Aquí la boca de carga podrá llegar a ser un impedimento a la hora de almacenar y transportar grandes bultos. La altura del hueco no es muy grande, pero sí lo son su profundidad y su anchura; sobre estos datos no habrá mayor inconveniente. Su capacidad es de 280 litros y la segunda fila de asientos se podrá abatir, aunque el hueco que dejarán será apenas un cuadrado en medio pensado para guardar objetos muy largos, como unos esquíes, por ejemplo.
Pero, ¿qué nos depara el nuevo T-Roc Cabrio en su faceta más particular? La capota del T-Roc Cabrio está fabricada de lona y, una vez puesta, su espacio interior será bastante bueno y no molestará a los pasajeros traseros. Esta demora un total de 9 segundos y se puede llevar a cabo la acción a una velocidad máxima de 30 km/h. Esto se ejecuta mediante un botón instalado en la consola central junto al de apertura o cierre de todas las ventanas; ambos botones están situados muy atrás y llega a ser bastante incómodo accionarlos en caso de que tengamos abatido el reposabrazos central, bajo mi opinión personal deberían estar más a la mano del conductor. A este respecto, nada ha cambiado con esta actualización y el T-Roc Cabrio sigue siendo el mismo que ya probamos hace más de un año.
Acabados, mecánica y precios
El Volkswagen T-Roc Cabrio está disponible bajo dos opciones de acabado; una primera más enfocada en el estilo y la distinción (Style) y una segunda que apunta hacia un cliente que busca la deportividad de su diseño (R-Line). Para el primer existen tres combinaciones mecánicas: 1.0 TSI de 110 CV y cambio manual, 1.5 TSI de 150 CV con cambio manual o el mismo bloque junto al cambio automático DSG de 7 relaciones. En el caso del R-Line la opción más accesible se elimina y únicamente se podrá elegir la caja de cambios que más convenga sobre el bloque de 150 CV.
Las diferencias entre un acabado y otro saltan a la vista con solo acceder al configurador oficial de la marca. El Style presenta una imagen más tímida y menos equipada, este está disponible desde 33.365 euros; mientras que el R-Line inicia su andadura en los 43.320 euros, pero con una mayor dosis de extras y opcionales que se equipan de serie, amén de una imagen más vistosa.
En términos generales, el T-Roc Cabrio, aunque se escoja su versión más básica, incorpora un importante número de elementos que normalmente se muestran como “extras”, por lo que el catálogo de opciones se reduce significativamente a completos paquetes en los que incorporar más tecnología de conectividad o de confort.
Prueba de conducción
Volkswagen supo dar en la tecla con el lanzamiento de esta variante de carrocería, y es que los alemanes han hecho un coche para disfrutar de un buen paseo, y lo han hecho fenomenalmente. La unidad que hemos podido probar durante nuestra cesión del modelo ha sido junto al acabado Style y la variante mecánica 1.5 TSI de 150 CV y cambio automático DSG de 7 relaciones. Un motor más que apropiado para un vehículo que no busca la deportividad, sino las sensaciones de conducción.
El T-Roc Cabrio es una variante hecha por y para el placer de la conducción. Gracias a esto, los “peros” que se le podrían sacar al modelo quedan completamente desvanecidos frente a unas sensaciones de conducción totalmente distintas a lo que hayamos probado en un descapotable hasta ahora, ya que, por regla general, estos suelen presentarse como variantes deportivas o prestacionales. Nada de eso sucede aquí, y Volkswagen lo borda.
Dar un paseo de domingo sobre un T-Roc Cabrio puede convertirse en toda una experiencia nueva para nosotros, por muchos descapotables que hayamos usado con anterioridad. El SUV de techo de lona nos deja con una suavidad de conducción muy elevada. Sus consumos son más que ajustados y la comodidad interior es elevada. ¿Qué más queremos?
El modelo cuenta con 4 modos de conducción: Eco, Normal, Sport e Individual. Lo más conveniente será siempre circular en modo Normal, aunque la respuesta de la caja de cambios se siente lenta y en adelantamientos o maniobras que requieran de una mayor agilidad, siempre terminaremos por insertar el modo Sport, al menos el de su caja de cambios automática. Pero es que el T-Roc Cabrio no busca el correr y el ser un coche rápido, sino más bien tranquilo y cómodo.
Sus suspensiones se pondrán más o menos rígidas dependiendo del modo de conducción elegido, siempre y cuando instale los amortiguadores adaptativos DCC, los cuales tienen un sobre precio de 1.030 euros (muy recomendables). Estos podrán hacer que el paso por curva en una ruta por nuestra serranía más próxima, sea más o menos plano; aunque como digo, la comodidad siempre primará en todos los movimientos que hagamos con el T-Roc Cabrio. No obstante, no me entendáis mal, ya que el T-Roc Cabrio con el motor de 150 CV puede correr, aunque no dotará a sus ocupantes de unas sensaciones deportivas.
Circulando sin capota a velocidades legales, se podrá llevar a cabo una conversación sin necesidad de alzar demasiado la voz, incluso a 120 km/h. Sin embargo, para los ocupantes de las plazas traseras el viento sí será un inconveniente en cuanto salgamos de una zona urbana, ya que el parabrisas derivará toda la aerodinámica hacia esta zona; por lo que, si vamos a salir de la ciudad y queremos descapotar, lo mejor será tomar este coche como un bonito -y gran- biplaza. Lo cierto es que con la capota puesta, el T-Roc no resulta más ruidoso o menos aislado que el modelo de techo fijo del que deriva, aunque, como es lógico, sí que se cuela más ruido en el habitáculo, especialmente aerodinámico, aunque nada desmesurado.
Las cifras de consumo presentadas por el T-Roc Cabrio durante la semana de cesión del modelo no han dado ninguna sorpresa. Esta es una mecánica muy probada y que todos sabemos su notable eficacia bajo todas circunstancias. En ciclo urbano, la media obtenida fue de 8,3 litros, nada mal si tenemos en cuenta los continuos para-acelera en momentos puntuales de atascos. En carretera abierta esta cifra puede llegar a bajar con facilidad y situarse alrededor de los 5,5 litros de media. Unas cifras notables para un coche muy especial.