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Prueba Volkswagen T-Roc 2.0 TDI 150 CV, nuevo pero viejo conocido

Por el garaje de Motor.es ha pasado una de las alternativas más recomendables del catálogo del Volkswagen T-Roc: el motor TDI de 150 CV. Este, además de comodidad y practicidad, brinda un extra de bajos consumos, lo que lo posiciona como una de las mejores compras actualmente.

Prueba Volkswagen T-Roc 2.0 TDI 150 CV, nuevo pero viejo conocido
El Volkswagen T-Roc 2.0 TDI es una de las mejores opciones del catálogo del SUV alemán.

13 min. lectura

Publicado: 06/08/2023 19:00

Volkswagen supo dónde “atacar” en el momento en el que puso en el mercado el primer T-Roc, un SUV que venía a cubrir las peticiones de muchos clientes que hasta entonces se decantaban por un Volkswagen Golf. El nuevo todocamino era mucho más lógico y práctico y, además, contaba unos apéndices estéticos del todo sobresalientes. Ahora, la firma alemana ha puesto al día a su nuevo modelo estrella, con múltiples elementos continuistas y otros nuevos que no hacen más que mejorar un conjunto de por sí acertado.

El primer lanzamiento del Volkswagen T-Roc se saldó con una nota, por lo general, positiva por parte de los muchos seguidores de la marca. En términos generales, lo único que se echaba en falta era una mejora en los niveles de acabados; al fin y al cabo era un coche no especialmente asequible con unos tapizados y recubrimientos mejorables. ¿Han puesto a punto estos elementos? Lo comprobamos.

El Volkswagen T-Roc ha recibido recientemente un lavado de cara con el que ha actualizado parte de su fisionomía.

Estéticamente, el nuevo T-Roc evolucionó de forma leve, con unos nuevos parachoques retocados, aunque continuistas, así como unas molduras renovadas. Asimismo, en su apartado exterior también incluyó unos nuevos colores para su carrocería y unos renovados juegos de llantas que van desde las 17 hasta las 19 pulgadas y que pueden estar decoradas en gris o negro. No obstante, todo esto dependerá en cierta manera del acabado escogido (Life o R-Line) para el modelo en cuestión, lo cual diferirá en ciertos aspectos exteriores.

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Lo mismo sucede en el habitáculo, donde las líneas y elementos continuistas son el gen principal de todo. No obstante, este espacio es el que más novedades recibe. En primer lugar, un nuevo volante con los botones táctiles de los que tanto presume la marca y que, en mi particular opinión, preferiría los botones “normales” ya conocidos por todos.

También recibe un nuevo panel de instrumentación digital, el cual ahora siempre vendrá de serie. En este caso existen dos alternativas de diagonal: 8 pulgadas (Volkswagen Digital Cockpit) o 10,25 pulgadas (Volkswagen Digital Cockpit Pro). Este último, además de un mayor tamaño, también adopta nuevas funcionalidades y posibilidades de personalización.

En el habitáculo se han mejorado los acabados y tapizados, así como su doble pantalla digital.

Del mismo modo, la pantalla central de info-entretenimiento ahora puede ser de 8 o 9,2 pulgadas, dependiendo igualmente de lo escogido. Su fluidez es notablemente mejor que la anterior, así como sus menús y elementos también han mejorado. Continúa teniendo conexiones móviles a Apple CarPlay y Android Auto, ahora también de forma inalámbrica.

En otro ámbito de cosas, también se ha modificado el módulo de climatización, en el que ahora se incluyen botones y regulaciones táctiles. Bajo este se ubica un panel de carga inalámbrica para smartphone y dos puertos USB-C.

En el resto de aspectos, el Volkswagen T-Roc sigue siendo el viejo conocido de siempre, aunque bien es cierto que ha mejorado significativamente el acabado y tacto de los materiales interiores, especialmente el tapizado que se ubica sobre el salpicadero.

Los asientos delanteros envuelven a la perfección todo tipo de fisionomías y son realmente cómodos ante cualquier viaje.

En cuanto a espacio y habitabilidad, todo sigue igual. En la primera fila hay diferentes espacios donde guardar numerosos objetos personales, así como un espacio personal bastante holgado. En la segunda fila, como suele suceder, lo mejor será que viajen únicamente dos pasajeros (uno en cada extremo) ya que al incluir un tercero en el asiento central (mucho más estrecho e incómodo) hará que todos viajen más apretados e incómodos. El respaldo central incluye también un siempre agradecido reposabrazos.

Tampoco encuentra cambios su espacio de carga. El maletero continúa contando con 445 litros de capacidad mínima. No obstante, esta cifra será menor en el caso de los modelos equipados con tracción total, situándose en 392 litros. Sin embargo, no es el caso que hoy nos ocupa, ya que la unidad que hemos podido probar equipaba el motor TDI de 150 CV enviados al tren delantero.

En términos de acabados y motorizaciones, como bien hemos mencionado, el T-Roc cuenta con dos únicos acabados; uno más accesible llamado Life y otro más equipado y de aspiración más deportiva denominado R-Line. En SUV alemán presenta varias alternativas mecánicas: 1.0 TSI de 110 CV, 1.5 TSI de 150 CV, 2.0 TSI de 190 CV, 2.0 TDI de 150 CV y, como cabeza de lista, un 2.0 TSI de 300 CV perteneciente a la versión R más deportiva. Con la salvedad de las dos más potentes, el resto se podrá equipar con cambio automático DSG o manual de 6 relaciones, así como con tracción total o delantera.

El espacio de carga cuenta con 445 litros de capacidad en esta versión de tracción delantera.

Prueba de conducción

A pesar de todo, el Volkswagen T-Roc es ya un viejo conocido para nosotros. Ciertamente lo hemos podido poner a prueba en numerosas ocasiones, con varias motorizaciones, acabados e incluso junto a su particular carrocería descapotable. Por ello, podemos decir sin posibilidad de equivocación, que el modelo ha mejorado notablemente desde su lanzamiento, en el ya lejano año 2018.

Estéticamente, bajo mi punto de vista personal, creo que el cambio ha sido a mejor. Aunque sus modificaciones sean tímidas o escuetas, ciertamente le sientan realmente bien al conjunto, dándole un toque más agraciado en cualquiera de sus combinaciones. Lo mismo sucede en el habitáculo, del que ya hemos podido mencionar sus modificaciones, y las cuales se sienten realmente bien, tanto al tacto como a la vista.

Sin embargo, una de las mayores virtudes del Volkswagen T-Roc siempre ha sido -y será- su comodidad interior y su buena posición de conducción. El modelo, por su propia concepción, es alto, aunque no tanto como otros modelos de su propia competencia. Es por ello que, a pesar de ser un todocamino, el T-Roc cuenta con una conducción que se intuye deportiva por el mero hecho de ir más bajo.

En la segunda fila podrán viajar cómodamente dos adultos. Contrariamente, su asiento central es más incómodo.

No obstante, sus prestaciones no son de un deportivo. Sus 150 CV rinden maravillosamente bien, y sus cifras de consumos son todo lo que esperaríamos de un modelo de este corte y esta mecánica. Aunque, en su puesta a punto, la aceleración y el ímpetu con el que el modelo sale en ciertos cruces se antoja algo lenta. Es decir, desde que pisas el acelerador hasta que “pasa algo” se siente más lento de lo que nos gustaría. Para ello, la compañía ha creado un particular “modo S” en la propia palanca de cambios y con el que el coche tendrá esa aceleración que tanto echamos de menos en el “modo normal”. Problema resuelto.

En cuanto a confort de marcha, el T-Roc vuelve a cumplir notablemente bien con todo lo esperado. Tras el volante transmite mucha comodidad. Nuevamente he de remitirme a la posición de conducción mencionada anteriormente, ya que esta es una de las “culpables” de que el modelo cumpla con creces con los estándares esperados. La suspensión también cumple con ello, siendo realmente amable ante baches o asfaltos poco cuidados. La dirección, igualmente es bastante suave, quizás más de lo que nos gustaría, ya que en ciertos casos limita el feeling ante la propia dinámica.

Sin embargo, todo ello puede modificarse a través de los modos de conducción, seleccionando el Sport para una mayor respuesta en todos los mandos (aunque el consumo se incrementa notablemente). También se puede situar en modo Eco o en Confort; entre ambos, el primero estará más enfocado en una mayor eficiencia en el consumo de combustible, mientras que el segundo buscará un equilibrio entre eficiencia y comodidad. Alternativamente, también existe un modo Individual por el que se podrán personalizar todos los parámetros.

Uno de los puntos fuertes de este coche es su consumo de combustible que apenas sube de los 5 litros.

En cuanto a consumos, al tratarse de un modelo equipado con motor diésel y de una potencial realmente adecuada, las cifras extraídas cumplen perfectamente con lo esperado. En tránsito urbano, estas se acercarán más a los 5,5 litros; los continuos “para-arranca” de las ciudades juegan un papel fundamental a este respecto. Sin embargo, estos números comienzan a disminuir en cuanto abandonamos estos espacios. En circunvalaciones, como la madrileña M-30, se pueden lograr cifras de 4,2 litros, aunque la velocidad es bastante limitada. En rutas por autopista o autovías, estos consumos circularán en torno a los 5 litros.

Conclusión

El Volkswagen T-Roc con el motor 2.0 TDI es todo lo que cabe esperar de un modelo de este tipo: estéticamente atractivo, cómodo, práctico y poco “gastón”. Contrariamente, y hablando de peros, tenemos que meternos de lleno en el tema de precios. El SUV alemán comienza su precio en 28.000 euros, mientras que el motor y el acabado que hoy hemos podido probar aquí parte de los 41.145 euros. Esta cifra puede crecer notablemente una vez nos metamos de lleno en el catálogo de extras, lo que puede suponer un importante ascenso en la factura final.

El Volkswagen T-Roc parte de los 28.000 euros en su versión de acceso.

No obstante, ¿recomendaría su compra? Por supuesto y sin ningún tipo de duda. El Volkswagen T-Roc TDI es una de las más recomendables opciones dentro del catálogo de motores del SUV alemán, siendo perfecto para personas que, por lo general, suelan viajar mucho.

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