Prueba DFSK 580, derribando prejuicios (con vídeo)
Nos ponemos al volante del DFSK 580, uno de los todocaminos más desconocidos del mercado español. Te invitamos a descubrir este SUV chino de siete plazas y algunas de sus curiosidades a través de nuestra prueba en vídeo ¡Que vienen los chinos!
En esta ocasión probamos un modelo desconocido para el gran público, el DFSK 580. Es un modelo de origen chino, un SUV con siete plazas, con un motor potente y cambio automático que está a la venta por menos de 22.000 euros. Es un precio de derribo y os voy a contar unas cuantas curiosidades sobre él como que tiene motor japonés, caja de cambios alemana e incluso puede llevar etiqueta Eco.
Me vais a permitir que haga una pequeña introducción de qué es DFSK, prometo ser muy breve. El origen de DFSK es la marca china Dongfeng que es uno de los grandes fabricantes automovilísticos no sólo en China sino a nivel mundial. Llevan 50 años haciendo coches bajo su marca y también fabrican para el enorme mercado chino modelos de Peugeot, Citroën, Nissan, Kia y Honda. Así que experiencia no les falta en esto de hacer automóviles.
Los coches que Dongfeng vende fuera de China los comercializa bajo la marca Dongfeng Sokon, que abreviadamente se queda en DFSK. Esta marca está presente en 70 países de todo el mundo y son bastante populares en Asia y Latinoamérica. Desde hace un tiempo han comenzado su andadura en países como España, llegando con una gama de vehículos comerciales y en fechas más recientes han ampliado su oferta con turismos como este DFSK 580 y, más recientemente, el DFSK F5.
Hecha esta pequeña introducción a la marca me centro en este 580 que muestra un diseño bastante moderno aunque algo impersonal. Si tapamos el logo podría pasar por un diseño de muchas marcas generalistas, un logotipo que propone de forma metafórica dos golondrinas revoloteando en el viento del este. Hay que señalar aquí que, en chino, “Dongfeng” significa “viento del este”.
Hay dos niveles de equipamiento que se llaman Luxury e Intelligent lo que nos posibilita disfrutar de faros de led, pilotos traseros con intermitentes dinámicos, techo solar panorámico con cortinilla eléctrica, llantas de aleación de 17 pulgadas y por algún extraño motivo las pinzas de freno van pintadas en rojo sin venir a cuento.
Este SUV tiene 4,68 m de longitud y es el todocaminos con siete plazas y cambio automático más barato del mercado español (21.995 euros). Los SUV de siete asientos que suponen sus rivales más directos por tamaño y concepción son el Nissan X-Trail (25.050 euros), el Mitsubishi Outlander (25.400 euros), el Peugeot 5008 (30.650 euros), el Skoda Kodiaq (31.950 euros) y el SEAT Tarraco (33.380 euros).
Esa orientación económica del DFSK 580 no se nota dentro del coche o, al menos, no se nota a simple vista. Resulta sorprendente ver que en general todo transmite una buena sensación de calidad visual. El diseño se ve moderno, la tapicería de cuero es de serie aunque obviamente es cuero sintético, hay hasta 30 huecos repartidos por el habitáculo para dejar cosas…. En fin, parece bien resuelto. Al tacto las cosas cambian porque en realidad todo es de plástico y algunos elementos no muestran demasiada solidez y hay unos cuantos grillos.
Es conocido que en China tienen una visión de la propiedad intelectual bastante… laxa, por decirlo de alguna manera. Por eso hay muchos detalles interiores de este 580 cuyo diseño se parece sospechosamente al de otros fabricantes. La pantalla del sistema multimedia y la forma de la palanca de cambios se parece claramente a las de BMW, el módulo de climatización tiene una clara inspiración Mercedes y hay muchos botones demasiado parecidos a los que usa Toyota, por poner algunos ejemplos.
Muchos detalles resultan familiares y quizá gracias a eso es por lo que da una buena impresión visual. Además hay algunos elementos de equipamiento interesantes como el acceso sin llaves y arranque por botón, el freno de estacionamiento eléctrico o incluso una cámara en el parabrisas que graba nuestros trayectos. No hay ausencias destacadas salvo que el volante no tiene ajuste en profundidad y es algo que se agradecería que tuviera.
En cuanto al sistema multimedia, aunque estéticamente se parece al de BMW lo cierto es que el sistema en sí mismo no tiene nada que ver. La pantalla táctil de 9 pulgadas tiene una calidad de imagen mediocre y poco brillo por lo que no se ve bien cuando la luz incide directamente. Tiene muchas funciones como navegador con mapas de iGo o un sistema de cámaras de 360 grados que no tiene gran resolución pero sigue resultando práctico para estacionar. Extrañamente la radio no tiene una función RDS que es la que indica en pantalla el nombre de la emisora y elige la mejor señal FM disponible.
Uno de los grandes puntos fuertes de este SUV asiático es la habitabilidad. La segunda fila de asientos es muy espaciosa tanto en longitud como en altura y sólo peca de ser algo estrecho para tres personas. Además el suelo es plano, no hay túnel de transmisión que reste espacio para los pies. Los asientos de los extremos cuentan con anclajes Isofix para sillitas infantiles y hubiera estado bien contar con tomas USB o una toma de 12V para cargar dispositivos pero sí que encontramos varios elementos de confort como las salidas de ventilación, los bolsillos tras los respaldos o el reposabrazos.
Además podemos jugar con el espacio ya que el respaldo es ajustable en inclinación y la banqueta es deslizable longitudinalmente en dos secciones. Es algo que resultará útil si van pasajeros en las dos plazas adicionales porque sí, viene una tercera fila de asientos y es de serie. Este DFSK tiene la particularidad de que el acceso a la tercera fila debe hacerse preferentemente por el lado derecho porque es el asiento de este lado el que tiene el mecanismo que nos permite abatir y deslizar el asiento para entrar. Salvo por ese detalle lo cierto es que el acceso es bastante bueno porque la puerta es muy grande y se abre en casi 90 grados.
En estas dos plazas me he vuelto a llevar una sorpresa porque en este segmento estos asientos suelen ser muy poco útiles por su tamaño y están destinados principalmente a niños. Pero en este SUV chino hay una buena altura y anchura y el espacio para las piernas es razonable. Caben pasajeros de hasta 1,80 m de estatura. Sin duda esta tercera fila es de las más amplias y usables de este segmento, quizá las mejores por espacio.
En lo que respecta al espacio de carga, llama la atención que el portón es grande pero la boca de carga no tanto. No puede llevar un sistema de apertura eléctrica y una vez abierto el portón queda muy bajo así que hay que tener cuidado para no llevarse algún coscorrón en la cabeza (lo digo por experiencia). Con las tres filas de asientos operativas el espacio de carga resultante es muy pequeño como sucede en todos los coches de este segmento.
Quitar y poner asientos se hace de manera muy sencilla y con cinco plazas el espacio de carga es muy largo y ancho pero no demasiado alto debido a la posición de la cortinilla enrollable. Hay algo menos de 400 litros aunque como las formas son cuadradas se puede aprovechar bien el todo el hueco y el maletero está razonablemente bien rematado, mejor de lo que se puede esperar en un coche de corte económico.
Se puede aumentar el volumen de carga hasta superar los 2.000 litros con las dos filas traseras abatidas y permite introducir objetos de hasta dos metros de longitud. Hay un detalle muy bien pensado en este Dongfeng Sokon que es que la cortinilla se puede guardar en un compartimento bajo el piso cuando se desmonta. Así que en general en el maletero deja un buen sabor de boca en este DFSK.
Unas aptitudes dinámicas muy competentes
Para tranquilidad de todos aquellos que desconfían de un modelo desconocido hay que decir que el único propulsor disponible en la gama del 580 es en realidad japonés. Se trata de un motor de gasolina turbo de origen Mitsubishi con cuatro cilindros y 1,5 litros. Desarrolla 146 CV de potencia y el par máximo es de 210 Nm.
En España, DFSK se guarda un as bajo la manga porque opcionalmente este propulsor puede ser bifuel mediante su adaptación a GLP. El gas licuado del petróleo es un combustible bastante más barato que la gasolina así que ya te adelanto que compensa hacer esa adaptación y además con ella conseguimos la etiqueta Eco.
Todas las versiones son de tracción delantera. No puede llevar tracción total pero la gran mayoría de conductores no la echarán en falta porque a pesar de su carrocería SUV este modelo no tiene una propuesta offroad. En este repaso del apartado mecánico hay que destacar otro elemento y es la transmisión. DFSK emplea una caja de cambios de variador continuo cuyo origen es el fabricante alemán ZF, uno de los especialistas mundiales. Así que, en resumen, motor japonés y transmisión alemana en un coche chino.
La caja de cambios funciona bien y es suave. Aunque es un CVT puede simular seis marchas para hacer una conducción algo más alegre aunque no tiene levas en el volante para hacer los cambios. Esta transmisión tiene mucho resbalamiento y eso hace que a este SUV le cuesta coger velocidad desde parado, pero una vez recorridos los primeros metros se mueve con suficiente brío.
Por este motivo la aceleración de 0 a 100 km/h se realiza en unos muy poco impresionantes 11,7 segundos. Las prestaciones no son brillantes pero sí suficientes siendo capaz de mantener velocidades altas sin dificultad. La velocidad máxima se sitúa en 190 km/h y desde luego no hace falta más. Con el coche cargado, ya sea de pasajeros o equipaje, la conducción deberá ser necesariamente tranquila.
La suspensión es blanda lo cual beneficia al confort pero evidencia mucho balanceo de la carrocería. A pesar de ello es estable, tiene buen aplomo y muestra unas reacciones predecibles y neutras. DFSK recurre a una suspensión trasera de barra de torsión en lugar de emplear un sofisticado multibrazo como en otros coches y la altura libre al suelo es generosa ya que alcanza los 200 mm.
La dirección transmite muy poco al conductor como es ya cada vez más habitual en esta categoría y es necesario manotear mucho para realizar maniobras. También se agradecería que el tacto de los frenos tuviera mayor mordiente, frena correctamente pero hay que pisar mucho el pedal. Además el 580 se muestra más ruidoso que la competencia, no llega a un nivel molesto pero se agradecería una mejor insonorización del habitáculo. A pesar de todo ello el coche tiene un buen nivel de confort de marcha y en general el apartado dinámico me resulta bastante satisfactorio.
El gran inconveniente es que este conjunto mecánico gasta mucho. Estamos hablando de un consumo que fácilmente ronda los 10 l/100 km lo cual resulta una cifra alta. Comentaba antes que hay una opción GLP y es muy recomendable porque la adaptación la hace la propia marca por 1.850 euros y, como el precio del gas licuado es mucho más bajo que la gasolina, ese dinero se amortiza rápido.
Uno de los puntos que siempre se cuestionan de los coches chinos es la seguridad. El DFSK 580 no se ha sometido a las pruebas europeas de impacto así que no hay notas objetivas de Euro NCAP aunque sí ha pasado por los tests chinos (C-NCAP) donde ha conseguido cinco estrellas, la máxima calificación. Evidentemente las pruebas en China distan bastante de las que se hacen en Europa, son mucho menos exigentes.
La carrocería del 580 recurre a paneles de acero de alta resistencia, hay zonas deformables o colapsables en caso de impacto, lleva airbags frontales y laterales, control de tracción y estabilidad, … las cosas básicas están presentes. En cuanto a construcción se ha hecho un trabajo correcto pero le falta equipamiento y asistentes. No puede llevar airbags laterales traseros, airbags de cortina, sistema de frenada de emergencia en ciudad, detección de ángulo muerto, asistente de mantenimiento de carril, alerta de tráfico trasero cruzado… Sin duda la seguridad es un apartado en el que se puede mejorar mucho.
Hoy en día hay docenas de fabricantes de automóviles en China pero seguramente la matriz de DFSK, Dongfeng, es a la que más cariño la mayoría de los chinos y eso se debe al origen de la propia compañía. La primera fábrica de Dongfeng se puso en un pueblecito muy pequeño que se llama Shiyan. No tenía nada, salvo sus montañas donde revoloteaban las golondrinas que terminaron formando parte del logotipo del fabricante.
Esa localización la eligió el Gobierno Chino en los años 60 porque el país pasaba por una época conflictiva y querían buscar un lugar en el interior y de difícil acceso para proteger la fábrica de posibles invasiones extranjeras. Esta fábrica tenía una importancia estratégica porque iba a hacer vehículos todoterreno para el ejército y se desplazaron miles y miles de personas para trabajar allí, en ese pequeño pueblo donde no había alojamientos, no había agua corriente, no había electricidad y no había carreteras.
Así que esos miles de trabajadores llegaban allí y se encontraban que debían construirse sus propias chozas, construir las instalaciones de fabricación, construir escuelas técnicas donde formar a los trabajadores, excavar las montañas con medios manuales, realizar carreteras… Hoy en día Shiyan ha pasado de tener unos 500 habitantes a tener 3,5 millones y esa transformación brutal la inició Dongfeng.
Se fabricaron sus propias casas, se fabricaron su propio centro de trabajo, se fabricaron sus propias escuelas, … todo. Eran cientos de miles de personas que gracias a esa enorme implicación sentían todo el proyecto y por eso tenían mucho cariño a la marca, un cariño que ha ido quedando en la sociedad. Y algo de eso también se aprecia en este 580: es un coche de corte económico pero no se nota rudimentario, no da la impresión de ser un coche en el que se haya querido ahorrar cada céntimo para ofrecer un producto barato.
Tenemos el prejuicio de que algo fabricado en China es sinónimo de algo de baja calidad pero no tiene por qué ser así. Esa percepción ya está cambiando porque a día de hoy casi todo se fabrica allí, tanto lo bueno como lo malo, y en el tema automovilístico también ocurre. Que casi todas las marcas del mundo fabriquen allí sus modelos para ese mercado supone que los chinos aprenden muy rápido los procesos de fabricación. Eso propiciará que veamos una evolución muy rápida y cada vez ofrecerán productos más acordes al estándar europeo. El DFSK 580 es un buen ejemplo de la capacidad china y es un modelo ciertamente interesante que tira por tierra algunas ideas preconcebidas sobre los automóviles del gigante asiático.
Es cierto que este DFSK tiene unas cuantas cosas que pulir como el apartado de seguridad, el consumo o el sistema de infoentretenimiento. También hay que tener en cuenta que la red de concesionarios y talleres aún es pequeña porque llevan poco tiempo en nuestro país pero va creciendo poco a poco y ya hay medio centenar de puntos en toda España.
Pero en otros muchos elementos ya está cerca de lo que proponen las marcas tradicionales en el Viejo Continente. Este SUV resulta un producto a tener en cuenta por habitabilidad, dinamismo o incluso la garantía que se ofrece. Para mayor tranquilidad, si se financia la compra se tienen 4 años de garantía, ampliables hasta 7 años. De todos modos está claro que el precio va a seguir siendo el factor clave. El precio de partida es de 21.995 euros si nos acogemos a la financiación, un precio insuperable para un coche de estas características, e incluso tienen un descuento para familias numerosas que hacen que el precio de partida de este SUV de siete plazas arranque en 19.170 euros.