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Cómo mantener bien el parabrisas y los cristales del coche durante el verano

El verano es una de las estaciones en las que el parabrisas de nuestro coche sufre más, por diferentes motivos. Sigue estos consejos para evitar males mayores y para no ver comprometida tu seguridad al volante.

Cómo mantener bien el parabrisas y los cristales del coche durante el verano
Te damos unos consejos para mantener el parabrisas limpio durante el verano

8 min. lectura

Publicado: 11/08/2023 14:00

Las temperaturas extremas que vivimos en verano no pueden llegar a afectar al conductor o a los pasajeros del interior del coche. El propio vehículo también sufre: mecánica, neumáticos, pintura, habitáculo…

Uno de los elementos del automóvil que más sufre durante el verano, siendo además uno de los más expuestos, es el parabrisas o, extendiéndolo aún más, los cristales. Durante estos meses de temperaturas elevadas, estos sufren mucho, pueden romperse y son más difíciles de mantener limpios.

Si a todo esto le sumamos que es época de grandes desplazamientos por carretera, los riesgos al conducir en estas condiciones desfavorables se ven aumentados.

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Esta estampa es muy habitual en los coches durante el verano, con el peligro que conlleva

Por qué es tan importante tener los cristales en buen estado

Además de poder sufrir daños, como roturas, grietas o suciedad excesiva, la seguridad se puede ver comprometida si el parabrisas no está en buen estado, ya que compromete la visibilidad al volante y puede afectar a determinadas tecnologías del vehículo.

Y es que el 90 por ciento de la información que recibe el conductor viene directamente de la vista, por lo que si el parabrisas no está en perfectas condiciones, nos costará ver a través de él. Además, los sistemas de seguridad ADAS ubicados en el parabrisas podrían no funcionar correctamente.

Por ejemplo, sistemas como el de cambio involuntario de carril o de frenada de emergencia utilizan sensores en el parabrisas que monitorizan lo que sucede por delante del coche. La suciedad acumulada o un cristal en mal estado impedirían su correcto funcionamiento, con los problemas de seguridad que puede acarrear.

No te la juegues y, al más mínimo defecto en el parabrisas, acude al taller para su reparación

Previsión y mantenimiento de los cristales

Durante estaciones como el verano (y el invierno), las temperaturas extremas y las diferencias térmicas generan mayores tensiones en los cristales, por lo que cualquier pequeño impacto podría convertirse en una rotura irreparable en poco tiempo.

El especialista en parabrisas Carglass nos recomienda reparar el parabrisas lo antes posible, ya que ese pequeño impacto puede ser fácilmente reparable y puede recuperar «el cien por cien de sus condiciones y rigidez original».

Muchos seguros incorporan una cobertura específica para el parabrisas, echa un vistazo a tu póliza para ver si está incluida.

Aunque pasen más desapercibidos, es igualmente importante llevar las escobillas en buen estado, a pesar de que la lluvia no sea tan frecuente. Arrastrar el polvo o los insectos en el parabrisas con unas escobillas desgastadas harán que este no se limpie correctamente y reduzca considerablemente nuestra visibilidad al volante.

No te olvides tampoco de controlar los niveles del líquido limpiaparabrisas, ya que en verano se usa con mayor frecuencia debido al polvo en suspensión tan frecuente en zonas de playa y montaña, y también por los insectos.

Llevar las escobillas en buen estado es importante, igual que revisar frecuentemente el líquido limpiaparabrisas

Los enemigos del parabrisas: insectos, arena, resinas…

Por definición, entre los mayores enemigos de los cristales del coche durante el verano son, precisamente, los insectos. Estos acaban estampados con el parabrisas con mayor frecuencia en verano y no siempre es fáciles de quitar. Deberemos usar el limpiaparabrisas frecuentemente para que no se sequen los restos de insectos y no dañen las escobillas.

Como decíamos, el polvo y la arena de la playa son muy frecuentes en la carrocería y cristales del vehículo en esta época del año. Se recomienda no activar los limpiaparabrisas (ni los elevalunas) en el momento de llegar al coche, ya que se podrían rayar y dañar los propios cristales. Lo recomendable es echar agua por encima para retirar la mayor parte de esta arena, antes de realizar una limpieza más profunda. Se recomienda, en este sentido, llevar una garrafa de agua en el maletero.

Aparcar el coche debajo de un árbol en verano tiene sus pros y contras: por un lado, el árbol dará sombra y hará que el vehículo se caliente menos. Sin embargo, también puede significar encontrarnos el coche lleno de excrementos de pájaro, resinas o frutos maduros, los cuales son más complicados de limpiar (también en la carrocería). Tenlo muy en cuenta.

Y aunque en verano llueva mucho menos, ten en cuenta que una tormenta de verano podría ensuciar aún más el parabrisas, ya que estas lluvias suelen estar más cargadas de polvo y los cristales habrían acumulado más suciedad previamente.

Es muy importante saber escoger el momento de usar el limpiaparabrisas para evitar reflejos molestos del sol

Trucos de limpieza para los cristales

Una forma de evitarnos tantos problemas con los cristales del coche, y que es más habitual en verano, es usar un tratamiento repelente de lluvia para el parabrisas. Gracias a este producto, se consigue que los insectos y la suciedad no se queden tan pegados al parabrisas y sea infinitamente más sencilla su limpieza.

Un buen truco para limpiar los cristales y quitar estas 'suciedades veraniegas' tan molestas es humedecer una toalla con agua y algún jabón o producto de limpieza doméstico. Déjalo actuar durante la noche y al día siguiente saldrán mucho más fácil. Si son manchas más adheridas, se recomienda usar un poco de bicarbonato de socio en un paño de microfibra.

Un último consejo, a modo de prevención: es importante escoger bien cuándo usamos los limpiaparabrisas, ya que si hay demasiada suciedad acumulada, al utilizarlo (y más si no hemos cumplido con algunas de las recomendaciones anteriores, como las escobillas en mal estado) se generará una capa todavía peor y se reducirá nuestra visibilidad, sobre todo con el sol de frente. Circulando a 120 km/h, estaremos recorriendo más de 30 metros por segundo sin ver bien lo que sucede por delante.

Fotos: Carglass / Freepik

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