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Conducción de invierno, todos los detalles de una revisión efectiva

En unas semanas llegará el invierno, una estación del año en el que los coches sufren más las intemperies del tiempo. Incluso, en algunos puntos de nuestra geografía se alcanzan temperaturas de congelación, por lo que es conveniente realizar una revisión que permita mantener el mejor estado posible. En este práctico te enseñamos a lo que tienes que prestar una especial atención.

Conducción de invierno, todos los detalles de una revisión efectiva
Una revisión profunda de nuestro coche garantiza un perfecto funcionamiento en invierno - La Nueva Crónica

5 min. lectura

Publicado: 31/10/2020 12:00

No será el primer invierno en que te podrías ver atrapado por la nieve y por temperaturas extremadamente frías, de congelación, en algunos puntos de nuestra geografía. El invierno, como el verano, son estaciones del año que hacen más mella en nuestros coches, por lo que es conveniente revisar algunos puntos clave para que su estado de funcionamiento sea el más correcto posible.

Con las bajas temperaturas es conveniente revisar puntos clave. Por ejemplo, para los que realizan trayectos en zonas de alta montaña, se recomienda el montaje de neumáticos de invierno, que ofrecen una mayor capacidad de agarre, no necesitando de instalar cadenas en algunos casos. Y es que una de las cualidades de estas gomas es su perfil más abierto que los de verano o los de toda temporada.

El estado de la batería en invierno es fundamental, limpiando los bornes si el vehículo permanece mucho tiempo parado

Aún así, se recomienda insuflar 0,2 bares de presión más sobre la que manda el fabricante en esta época del año. Un pequeño aumento que permite disponer de un mayor agarre en un asfalto cubierto de nieve, pero si solamente se encuentra húmedo o seco, basta con dejar la presión recomendada.

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¡Infórmate!

La batería es otro de los puntos clave a revisar de este interesante práctico. Los químicos que contienen y que se encargan de generar la energía para arrancar o alimentar los sistemas del coche sufren con el frío extremo, por lo que es necesario comprobar el estado de carga con un voltímetro, a pesar de que los coches más modernos envían esta información a una aplicación móvil. Un valor inferior a 12 Voltios significa que debe de recargarse o sustituirse. Revisar el funcionamiento de la iluminación exterior también es clave.

En las regiones más frías, donde se alcanzan temperaturas de congelación, conviene proteger las juntas de goma de las puertas. Un frío extremo ataca este material, hasta el punto de menguar la estanqueidad de las juntas, haciéndose propicias a la entrada de frío o de agua en el habitáculo. En este caso se recomienda utilizar soluciones de glicerina o polvos de talco que protegen significativamente de estos daños, evitando la aplicación de productos que contienen silicona.

Proteger las juntas de goma de las puertas del frío invierno ahorra problemas de estanqueidad de agua y térmica

Revisar los limpiaparabrisas es también uno de los obligatorios. Si las escobillas dejan rayas en el parabrisas, es necesario sustituirlos. Este es el indicio de que no realizan correctamente con su cometido, aunque también pueden acumular más suciedad de la cuenta, por lo que se deben limpiar con un paño humedecido, repasar las veces que sean necesarias y comprobar nuevamente el efecto que dejan en el parabrisas. A la vez se debe de revisar el nivel del líquido limpiaparabrisas y añadir limpiador con anticongelante. Así evitaremos que se congele.

Una de las claves más importantes en el entorno del motor es el propio líquido refrigerante. Para muchos, este líquido no requiere de mantenimiento pero se equivocan. Se recomienda drenar el sistema y sustituir el líquido que acumule entre 50.000 y 200.000 kilómetros, asegurándose así de que se mantienen las propiedades químicas en perfecto estado.

Porque el refrigerante también contiene una importante dosis de anticongelante, garantizando que la botella no sufra la inclemencia más agresiva del frío, congelar y explotar la botella. Con una capacidad de entre 5 y 10 litros, la proporción ideal de líquido refrigerante y anticongelante es de 50:50 o 60:40, si bien no es necesario agregar este último, ya que la gran mayoría ya vienen agregado.

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