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¿Diésel o gasolina? Qué coche comprar para ahorrar el máximo

Si te vas a comprar un coche nuevo, seguramente te hayas preguntado: "¿diésel, o gasolina?" Conoce cuáles son las diferencias más importantes, qué te interesa más y cuáles otras opciones podrías tener en cuenta a la hora de hacerte con un nuevo vehículo.

¿Diésel o gasolina? Qué coche comprar para ahorrar el máximo
Comprar un coche nuevo es complicado, y esta es una de las dudas más habituales.

9 min. lectura

Publicado: 23/12/2019 21:00

Cuando vamos a comprar un coche nuevo es normal que nos surjan una serie de preguntas. No pocas, pero a casi todos las mismas dudas. Nos pensamos si optar por renting o compra, por ejemplo, y por qué tipo de financiación optar. Pero una de las dudas más habituales es el combustible: ¿diésel o gasolina? Incluso con el auge de los eléctricos y electrificados, la duda sigue más viva que nunca.

Si te estás planteando si comprarte un coche diésel o gasolina sabrás que existen diferencias sustanciales no solo en el consumo de combustible, que es un factor clave para optar por una opción o la otra, sino también en otros aspectos como el precio de compra del vehículo. Pero ¿te has parado a pensar en el resto de diferencias? El mantenimiento, por ejemplo, o incluso las prestaciones difieren entre los vehículos diésel y gasolina.

El diésel consume menos, y el combustible es más barato, pero hay otros gastos a considerar.

Diésel o gasolina, diferencias clave a la hora de decidirte si vas a comprar un coche nuevo

Precios y gastos

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El precio de los coches diésel es mayor, siempre, al mismo modelo con motor gasolina y con prestaciones idénticas, o muy parecidas. Esto siempre ha sido así, pero hay que considerar el gasto a medio o largo plazo porque ya sabemos que el consumo es bastante más bajo en las mecánicas diésel frente a sus equivalentes gasolina, y también que el combustible es más económico.

La fórmula clásica para tomar la decisión de comprar diésel o gasolina ha sido tan sencilla, y tan compleja, como hacer el cálculo de costes para un determinado tiempo y kilometraje considerando el sobrecoste del precio de venta del vehículo, e introduciendo los valores correspondientes al precio del combustible, en relación al consumo, en esta misma ecuación. Pero hay que tener en cuenta más factores que, a menudo, los compradores no consideran.

El mantenimiento es distinto. Mantener un diésel nos costará de media casi 190 euros a los 60.000 kilómetros frente a poco más de 170 euros en el caso de un gasolina, para el mismo kilometraje. Nos iríamos a una media inferior a 259 euros en nuestro diésel, en 120.000 km, frente a algo más de 261 euros en un gasolina. Pero ¿y a los 240.000 kilómetros? De media, poco más de 306 euros en el diésel y poco más de 307 euros en el gasolina, así que las cosas se igualan.

Ahora faltaría considerar otros gastos como el seguro, que a priori no tendrá tampoco distancias que cambien nuestra decisión. Pero también la ITV, por ejemplo, tiene precio distinto: en Madrid, un gasolina nos costará en torno a 45 euros, y un diésel son casi 63 euros.

La ITV, por ejemplo, es más cara para los coches con motor diésel que para los gasolina.

Otros factores a considerar

Lo habitual es que el mantenimiento de un coche gasolina sea más sencillo, y menos habitual, pero los coches diésel suelen ofrecer una mayor longevidad. Por lo tanto, según esto mismo, y lo que comentábamos anteriormente, quizá uno de los factores que más deberíamos considerar a la hora de comprar diésel o gasolina, es precisamente cuánto tiempo, o más bien, cuántos kilómetros vamos a pasar con nuestro coche nuevo.

Y más aún teniendo en cuenta que existen restricciones al tráfico cada vez mayores, y que la tendencia es que se siga presionando desde los organismos competentes para sacar de las ciudades a los vehículos más contaminantes. De hecho, es uno de los motivos que han llevado a que caigan de forma considerable las ventas de los coches diésel, a pesar de las nuevas tecnologías que los hacen mucho menos contaminantes que años atrás.

Los motores diésel tienen una mejor entrega de par, las prestaciones también son distintas.

Entonces ¿me compro diésel o gasolina?

Conociendo cuáles son las principales diferencias que existen entre una opción y la otra, lo mejor es que te sientes con la calculadora en mano y revises, para el tiempo y el kilometraje que tengas previsto que el vehículo conviva contigo, cuáles son los gastos a los que vas a tener que hacer frente. Este será un resultado objetivo, económico y puramente numérico, que te ayudará a decidir qué coche nuevo comprar.

Pero una vez hayas revisado este aspecto, párate también a pensar en que, como comentábamos anteriormente, la normativa evoluciona y próximamente se podrían aplicar restricciones aún más fuertes sobre la circulación de determinados tipos de coches. Considera, por tanto, la normativa de donde vayas a utilizar el vehículo y las previsiones al respecto, para saber si tendrás problemas en el futuro, o no.

Y ten en cuenta también qué tipo de uso le vas a dar al vehículo porque, aunque hay importantes diferencias en el consumo, en función del tipo de recorridos es posible que se reduzcan las distancias entre una mecánica y la otra. Eso, y que hay algunas tecnologías, como la válvula EGR, que pueden provocar averías en tu vehículo según, como decíamos, el tipo de uso que le vayas a dar a tu coche nuevo.

En estos momentos, un coche híbrido es una buena opción de compra y alternativa al diésel y la gasolina.

Hay otras opciones de compra, además del diésel y del gasolina

Si has dado con este artículo quizá sea porque ya tienes claro que, sí o sí, vas a comprar un diésel o un gasolina. Pero deberías tener en cuenta las tendencias del mercado y contemplar la posibilidad de hacerte con un coche híbrido; suelen combinar un motor gasolina con un sistema eléctrico para reducir los consumos y emisiones, y además ofrecen la etiqueta ECO de la DGT.

Otra opción interesante son los coches bifuel, como los vehículos a GLP. En este caso puedes usar gasolina, o bien rellenar el tanque específico de GLP que tiene un precio de prácticamente la mitad, aunque el consumo será ligeramente superior y se pierden prestaciones ligeramente, algo que se hace notable, sobre todo, en coches de poca potencia.

Y por supuesto, existe la opción de los coches eléctricos; no obstante, para ellos el precio de venta sí que es destacablemente superior, además de que las opciones con una autonomía suficiente como para salir del ámbito urbano son todavía muy pocas. Por otro lado, deberás disponer también de infraestructura de carga cercana, si no quieres tener problemas.

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