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En los coches del futuro pagaremos más servicios por suscripción, y es inevitable

En la transición del modelo tradicional del automóvil hacia el más genérico modelo de servicios de movilidad algunas cosas van a cambiar. Estábamos acostumbrados a contar con ciertas prestaciones del primer al último día, pero algunas van a pedir pagos frecuentes por mantenerse.

En los coches del futuro pagaremos más servicios por suscripción, y es inevitable
Las pantallas llegaron a los coches para quedarse, luego vendrán los servicios

6 min. lectura

Publicado: 11/10/2020 21:00

Pensemos en un cliente de la vieja escuela. Tras mucho ahorrar y trabajar, algunos amasaron el dinero necesario para comprarse un coche, otros pidieron un préstamo bancario; el objetivo era el mismo, permitirse un coche. Durante cierto tiempo ese cliente es fiel al servicio oficial, hasta que un buen día deja de ir.

A partir de ese momento, ese cliente está prácticamente perdido a menos que necesite algún recambio oficial o le dé por comprarse otro coche de la misma marca. Con el tiempo, hasta los recambios acaban siendo genéricos, y llega un punto en que ya no hay beneficio alguno. El coche puede acabar como clásico, aunque lo más frecuente es que acabe hecho un cubo.

Ese modelo, el de la propiedad, está en retroceso. Los fabricantes y sus correspondientes marcas tratan de acercar como un campo gravitatorio al cliente para que se tire más tiempo consumiendo productos y servicios. Uno de estos servicios, ya muy generalizado, es el de la financiación.

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Google Maps es ¿gratuito? No, pagamos con nuestros datos (a dónde vamos, cuándo, etc.)

Cuando los bancos empezaron a cortar el grifo de la pasta, las propias automovilísticas montaron bancos para el pago por plazos o fórmulas de leasing (lo típico de las tres opciones, devolución, compra o coche nuevo pasado un tiempo). Pero el mundo digital ofrece nuevas posibilidades.

Por ejemplo, los navegadores GPS de los coches necesitan de vez en cuando una actualización de la cartografía. Google Maps, Waze y demás aplicaciones móviles nos han malacostumbrado a que la cartografía sea gratis, aunque lo cierto es que a cambio damos muchos datos a grandes empresas.

Si el producto no tiene precio, tú eres el producto

Así que, si tenemos un navegador integrado, de vez en cuando habrá que pagar por una actualización de los mapas. Sí, ya sé que hay «otras formas», pero ese debería ser el camino correcto, mantener los mapas al día cuesta un dineral, como hacer películas o videojuegos. En algunos coches se vende el navegador, pero sin mapas, y no se paga por tener navegador, se paga por tener los mapas instalados.

También empieza a ser frecuente una fórmula de pago que incluye el mantenimiento en la casa y una garantía ampliada, forma de mantener al cliente atado más tiempo a la postventa. Algunas marcas dan hasta 10 años de garantía limitada por seguir acudiendo a las revisiones en servicios autorizados o concesionarios. Lo cual, si pensamos un poco, tiene su sentido.

El paso siguiente en atar al cliente es mantener ciertos servicios funcionando, sobre todo si requieren conectividad a Internet. El que funcionen las aplicaciones integradas de Twitter, Coyote, Facebook, Stitcher o el buscados de aparcamientos implica, cada cierto tiempo, un desembolso económico muy razonable.

Los fabricantes empiezan a invertir cantidades importantes en el desarrollo de software para su gama de modelos

En algunas marcas, como es el caso de Tesla, algunos equipamientos vienen a bordo como hardware (componentes necesarios), pero los programas necesarios para que funcionen, el software, se paga aparte. Si un coche se vende a otro cliente y no se está al corriente del pago, ese equipamiento no funcionará. Sigue siendo lógico.

Otros servicios avanzados como la localización del coche por GPS, controlar el estado de la carga de los eléctricos, funciones de conducción autónoma o el mantenimiento de una "nube" personal para el cliente también son susceptibles de requerir pagos cada cierto tiempo. Recordemos el caso del Peugeot Instinct Concept, llevaría "nuestra vida" sobre ruedas.

La tendencia está totalmente clara. Poco a poco, para disfrutar al 100% de un coche no bastará con haberlo pagado, sino mantener una serie de servicios con una suscripción. Y no solo eso, incluso todo el coche puede estar bajo un servicio de suscripción, como ya pasa en algunas marcas de gama alta.

¿Y cómo podremos escapar de esto? Con coches nuevos, complicado estará. Siempre nos quedarán los modelos clásicos y preclásicos, esos que hacen lo mismo mientras se están pagando plazos y cuando ya no se ha pagado un céntimo más. O eso, o las automovilísticas hacen como las tecnológicas, ponen ciertas cosas gratis, pero a cambio de saber más cosas sobre nosotros (algo a lo que accedemos todos los días).

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