¿Adiós a la prohibición de los coches de combustión? Ursula von der Leyen lo tiene claro y no gustará a las marcas
Europa se reúne este viernes 12 de septiembre para intentar definir, de nuevo, el futuro de la industria automovilística. Las marcas en su mayoría piden cambios de cara al 2035, pero la presidenta de la Comisión Europea tiene en realidad otros planes.

Los últimos días han sido un hervidero de noticias con las últimas novedades automovilísticas de las marcas para Europa. El IAA Mobility de Múnich, sin embargo, también se ha aprovechado para que los máximos dirigentes de las marcas mostrasen su opinión sobre una reunión que tiene lugar este viernes 12 de septiembre.
En ella, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reúne con los fabricantes y con otros actores de la industria en lo que se conoce como “Diálogo Estratégico”. Muchas marcas, con BMW y Mercedes a la cabeza, van a esa reunión para derrocar, de alguna forma, la prohibición del 2035.
A partir de ese año, como deberías saber, ya no se podrán vender en Europa vehículos impulsados por motores de combustión. Sin embargo, todo el sector está dividido sobre lo que se debe hacer y si se deben implantar nuevas excepciones.

Europa parará los pies a las marcas alemanas
No es que todos los fabricantes alemanes estén a favor de corregir el rumbo de Europa a partir del 2035, pero son sin duda el baluarte principal. Y seguro que serán la principal resistencia a la que se tenga que enfrentar Von der Leyen en la reunión de este viernes.
No obstante, todo apunta a que la Comisión Europea se mantendrá firme en sus posiciones iniciales. En Alemania, el medio Spiegel ha accedido a un documento de estrategia que seguirá su líder en la reunión con las marcas.
Europa pretende mantener la prohibición de 2035, entendiendo que las condiciones que se deben producir para el cambio todavía son factibles. Eso sí, se harán “pequeñas excepciones” que, a buen seguro, saldrán a relucir en los próximos días.
Pero tampoco esperes que se tome una decisión inmediata, ya que la Comisión deberá presentar primero un exhaustivo informe que no llegará hasta la próxima primavera. Además, los fabricantes no llegan ni mucho menos con un consenso a la reunión, por lo que el debate está garantizado.

Ursula von der Leyen debería tratar algunas cuestiones para garantizar que el proceso llegue a buen puerto. Por ejemplo, la flexibilización para que se sigan vendiendo vehículos con tecnología híbrida enchufable, incluidos los extensores de autonomía, o la instauración de la categoría de los “E-Cars” para que las marcas tengan mayores garantías para desarrollar y vender coches eléctricos pequeños (y baratos).
La Comisión no cederá más en la flexibilización de las emisiones de CO2, ya que lo hizo recientemente para este 2025. Pero deberían presentar propuestas firmes para establecer una cadena de suministro de baterías local, aumentar el número de coches eléctricos en flotas de empresa, aliviar la carga de los camiones neutros en CO2 en los peajes, establecer incentivos mayores para la producción y fortalecer la posición europea en el desarrollo de software automotriz.
Europa quiere que las marcas remen en la misma dirección, que se olviden de la fragmentación en su cooperación y de la duplicación de esfuerzos. Algo que irá en beneficio de todos y que permitirá alcanzar, como dice el documento, una «industria automotriz europea competitiva y próspera».
Fuente: Spiegel