Científicos descubren que el gran enemigo del diésel… podría ser justo lo que lo salve en Europa

Los propietarios de coches diésel saben que el agua es un gran enemigo de los motores con esta tecnología. El líquido elemento causa importantes problemas, pero ahora un estudio ha determinado que ambos líquidos podrían no ser tan malos. Incluso, reducir las emisiones.

Científicos descubren que el gran enemigo del diésel… podría ser justo lo que lo salve en Europa
Los motores diésel son muy exigentes en el mantenimiento, pero el agua es un gran enemigo. - Volkswagen

7 min. lectura

Publicado: 09/12/2025 15:00

Los propietarios de coches diésel saben, o deben saberlo, que el agua no se lleva muy bien con el combustible de sus coches. El líquido elemento es un importante enemigo para esta tecnología, ese que se debe de mantener lo más alejado posible y que sólo es posible que penetre en el motor cuando repostamos o por un fallo en el bloque. No será la primera vez que algunas estaciones de servicio han sufrido problemas de filtraciones en sus depósitos y los conductores, sin saberlo, han llenado sus depósitos con una mezcla de gasoil y agua.

Un importante problema que, sin duda alguna, te obligará a gastarte una importante cantidad de dinero en la reparación, porque lo habitual suele ser arrancar y comenzar a andar con el vehículo hasta sentir los primeros indicios de que algo no va bien. Síntomas como la pérdida de potencia justamente después de repostar es uno de los más claros de que no ha ido bien el repostaje, por lo que apagar el motor rápidamente permite reducir la factura de reparación. Los 1.000 euros no te los quitaría nadie, y lo peor es que la minuta puede superar los 6.000 euros, si no tienes que comprar un motor nuevo, en cuyo caso hablamos de entre 9.000 y 15.000 euros.

El agua puede entrar en el motor cuando se reposta gasoil adulterado o en mal estado.

Reducir las emisiones de NOx es clave para que el diésel sea fuerte en Europa

Dependiendo del coche, claro está. Sin embargo, un estudio ha determinado que añadir agua al diésel rebaja las emisiones contaminantes y, especialmente, los óxidos de nitrógeno y las partículas en suspensión en los gases de escape. Como explican fuentes alemanas, el hallazgo en sí no es nuevo, porque se lleva mucho tiempo investigando en esta línea, pero sí cómo se ha logrado que el agua y el diésel sean más compatibles, poniendo el reto ahora en superar otros detalles, que no son pocos.

El estudio señala que el principio de esta asociación imposible parte de una mezcla selectiva de agua y diésel, de manera que el vapor de agua el que se encarga de absorber el calor y reducir las elevadas temperaturas que se dan en la cámara de combustión, un momento en el que proceso que permite que las emisiones de NOx generadas se reduzcan hasta en un 60 %.Los científicos han explicado en la revista «Springer Nature» que es consecuencia de unas microexplosiones que hacen que el combustible que sale de los inyectores se transforme en una niebla y ésta se descomponga en partículas extremadamente pequeñas debido a la rápida evaporación del agua que contiene.

Sin duda, es un importante avance en la reducción de emisiones contaminantes y especialmente frente al perseguido diésel por parte de Europa, pero todavía existen importantes problema antes de que se pudiera implementar a gran escala. El problema que acarrea no es menor, porque lo que los estudiosos en la materia no han podido solucionar es clave para su futuro comercial, y es cómo conseguir la estabilidad de la emulsión de agua en diésel. Sí, porque diésel y el agua se separan de forma natural, ocasionando problemas en las mecánicas, por lo que se es clave encontrar la fórmula que les mantenga unidos.

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Ya lo avisaba BMW, el diésel tiene un largo futuro por delante

El estudio habla de una sustancia emulsionante que mantenga la mezcla estable durante un período prolongado, haciendo un símil comparativo con una ensalada: vinagre y aceite son como el agua y el gasoil, por lo que ese elemento que les puede mantener juntos es la mostaza. Las conclusiones apuntan que existen surfactantes, compuestos químicos que reducen la tensión entre el agua y el aceite, que pueden mantener las mezclas estables hasta dos meses.

Demasiado poco tiempo. Esta es una pregunta que no tiene respuesta, como también también la forma de crear la proporción correcta de agua, diésel y emulsionante que entre en el cilindro.

Los expertos apuntan que los efectos de una mezcla de combustible diésel en el interior de los cilindros son complejos, puesto que la presión máxima puede aumentar o disminuir ligeramente según el contenido de agua, un retraso en el encendido suele ser mayor y la combustión se hace más suave, lo que se traduce en una eficiencia ligeramente mayor y también menor al aumentar el consumo específico de combustible debido al menor contenido energético. Una consecuencia negativa es que aumenten las partículas de combustible no quemadas, si la proporción de la emulsión no es correcta.

Sin embargo, a pesar de que este avance todavía esconde más de una pregunta sin resolver, está claro que tiene importantes ventajas en términos de eficiencia para los motores diésel. Incluso, lo interesante es que no se necesitaría realizar grandes modificaciones a nivel técnico en los motores, quizás un depósito adicional para el agua y una serie de tuberías, que puede alargar la vida de los diésel mucho más en el tiempo. Un importante avance coincidiendo con la extensión de la vida útil de la combustión tradicional a la que ahora se ha abierto Europa.

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