IndyCarMarcus Ericsson rescata a Ganassi y gana la Indy 500; 9º lugar de Álex Palou

23 años después de la victoria de Kenny Bräck, las 500 millas de Indianápolis vuelven a elevar al olimpo a un piloto sueco. Desde la quinta posición en parrilla, Marcus Ericsson ha culminado el extraordinario mes de Chip Ganassi Racing con una histórica victoria, tras batir en las vueltas finales a Pato O'Ward y Felix Rosenqvist, las dos estrellas de McLaren SP. El ex-piloto de Fórmula 1 supo responder cuando las dos principales bazas de su equipo sufrieron diferentes infortunios en pits que les alejaron de una posible posible, terminando Scott Dixon en 21ª posición y Álex Palou en un noveno lugar que sabe a mucho y a poco a la vez.

El inicio de la carrera deparó una salida super compacta, pero limpia. Teniendo en su poder las dos primeras plazas, Ganassi tenía claro el plan de inicio para controlar la carrera. De este modo, Palou superó a Dixon en la recta trasera de la primera vuelta, y ambos procedieron a intercambiar posiciones en varias ocasiones durante el primer stint con Rinus VeeKay a su vera. Por detrás, Ericsson ganaba la cuarta plaza sobre Ed Carpenter, y Will Power pasó de ganar cuatro puestos a perderlos paulatinamente. Los ocho primeros lograron abrir hueco con el resto, siendo los perseguidores liderados por un Santino Ferrucci que había avanzado desde el puesto 15.

El primer turno de paradas llegó con Palou en segunda posición, pero el piloto español logró situarse por delante de Dixon al alargar una vuelta más su detención. VeeKay se puso en medio de ambos, pero su carrera pronto se iría al traste con un accidente en la vuelta 39, al perder el control del coche en la curva 2. Este incidente dejaba a Ganassi controlando las tres primeras posiciones sobre Pato O'Ward, que adelantó justo antes de la amarilla a un Ed Carpenter que empezaría a perder posiciones de forma paulatina en cada stint hasta caer fuera del top 10 al final de la carrera. El mexicano, además, superó a Ericsson poco después de una resalida en la que Takuma Sato brilló adelantando por fuera a tres coches.

Apenas iniciado el segundo periodo de paradas, la carrera se hundió por completo para Palou en la vuelta 70, cuando el accidente de Callum Ilott pilló al español a apenas unos segundos de entrar en una calle de pits que quedó cerrada. Para completar su infortunio, Palou se estaba quedando sin gasolina y tuvo que hacer una parada de emergencia (ligero repostaje) antes de poder hacer una parada completa y cumplir el Drive Through. En total, cuatro pasos por pits que le relegaron a la 30ª posición. El gran beneficiado de todo esto fue Conor Daly, el único otro piloto del top 15 junto a Dixon que paró antes de la amarilla, y que pasó del 14º al segundo puesto. El estadounidense no perdió después la oportunidad de liderar algunas vueltas, intercambiando posiciones con Dixon.

De nuevo, el inicio del tercer periodo de paradas coincidió con otro accidente en la curva 2, en este caso de un Romain Grosjean que rodaba al borde del top 10. Daly había sido el único en la vuelta del líder en parar antes, y se ubicó líder de nuevo. En las detenciones masivas, Ferrucci se situaba tras Dixon y O'Ward, mientras que Ericsson perdía varios puestos hasta el octavo lugar y un recuperado Josef Newgarden se hundía fuera del top 10 al calar el coche. La resalida de la vuelta 112 derivó en un gran ataque de O'Ward para superar a los dos líderes, que Ferrucci casi consigue replicar. Dixon respondió recuperando poco después la punta, mientras Daly y Rosenqvist se asentaban como amenazas.

Entre stints, la carrera transcurría de forma muy estática, atenazada por las temperaturas y el viento sureste que ya había causado estragos. Durante este periodo, Scott Dixon alcanzó las 645 vueltas lideradas en la Indy 500, superando el récord histórico de Al Unser. Las cuartas paradas vieron a McLaren SP aprovechar mejor sus tardías detenciones para que Rosenqvist llegase a estar brevemente delante de Dixon y que O'Ward lo lograse permanentemente. De nuevo volvió a llegar otra amarilla, aunque esta después de las paradas, cuando Scott McLaughlin sufrió un fuerte doble impacto en las curvas 3 y 4. En este periodo, Sato, Newgarden y Jimmie Johnson fueron tres de los seis pilotos que optaron por parar y jugársela a la aparición de más amarillas.

La frenética resalida, a 42 vueltas del final, devolvió a Dixon al liderato mientras otros peleaban: Palou ya asomaba por el top 15 y se situó duodécimo en el reinicio. Solo transcurrieron unas 15-20 vueltas hasta que se iniciaron las últimas paradas, y en ellas se produjo el giro de guión definitivo: Dixon se pasó de frenada en la entrada a los pits y excedió el límite de velocidad, lo que le condenó a cumplir un Drive Through y perder toda opción de victoria. Rosenqvist paró seis vueltas antes que O'Ward y lo aprovechó para ponerse delante, pero por detrás apareció un fulgurante Ericsson, quinto antes de las paradas, para superarles a ambos.

El piloto de Ganassi empleó después los doblados de forma muy inteligente, y cuando O'Ward llegó al segundo puesto, tenía una desventaja de tres segundos. Todo parecía vendido a favor del sueco, pero la propia Ganassi se robó a si misma con el accidente de Jimmie Johnson a solo seis vueltas del final en la curva 2. A raíz de ello, salió una bandera roja para proteger un final sin coche de seguridad. Carpenter caló el coche en pits cuando se reanudó la prueba, y con solo dos vueltas por delante, la resalida más importante del año fue un festival de cambios de dirección por parte de Ericsson. O'Ward lanzó su última ofensiva con un exterior al inicio de la última vuelta, pero no consiguió consolidarlo. Antes de que el sueco entrase en la curva 3, el accidente de Sage Karam en la 2 terminó por contar la historia.

La carrera terminó con bandera amarilla, pero poco importaba. Era el día de Marcus Ericsson, que ha revalidado una trayectoria llena de dificultades y altibajos con un triunfo redentor como pocos en su cuarta temporada de IndyCar, y que le sitúa además como líder del campeonato gracias a la doble puntuación y el desastre de todos los pilotos de cabeza. El amargo segundo puesto de O'Ward queda compensado en parte por la buena suma de puntos, y el cuarto de Rosenqvist por su primer gran resultado oval, aunque perdiese el podio final en favor de un gran Tony Kanaan, beneficiado por retrasar de forma considerable su última detención tras rodar todo el día en el top 10, y en la que podría haber sido su última Indy 500 si no llega a un acuerdo con nadie para 2023.

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Con buenas remontadas desde la segunda mitad de parrilla, Alexander Rossi alcanzó el top 5, y tanto Hélio Castroneves como Simon Pagenaud situaron los dos coches de Shank entre los ocho primeros. Entre medias, un Conor Daly al que el sexto puesto le dejó con ganas de más. Álex Palou, con 42 vueltas lideradas en su haber, acabó un complicado día en novena posición, tras perder (Castroneves) y ganar (Ferrucci) un puesto en la resalida final, y sale de Indianápolis con la misma desventaja de 14 puntos respecto al líder con la que empezó el evento la pasada semana. Mucho mejor que un desvencijado Dixon que acabó el día fuera del top 20 y rumiando su enésimo infortunio. La segunda victoria tendrá que seguir esperando.

La temporada no cesa ni se toma un respiro tras la Indy 500: la próxima semana tendrá lugar el Gran Premio de Detroit, el último en el circuito semiurbano de Belle Isle antes de desplazarse a la ciudad, y el 12 de junio se disputará el Gran Premio de Road America.

Fotos: IndyCar Media