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Italia quiere frenar al coche eléctrico chino con un nuevo sistema de incentivos inspirado en el usado por Francia

Las autoridades italianas dan la razón a los franceses, que quieren parar los pies a la invasión china de eléctricos baratos. La idea de los transalpinos pasa por ayudas a la producción local o penalizar la producción sin ciertas garantías medioambientales.

Italia quiere frenar al coche eléctrico chino con un nuevo sistema de incentivos inspirado en el usado por Francia
Italia quiere frenar el crecimiento de los coches eléctricos chinos

5 min. lectura

Publicado: 03/10/2023 11:30

Italia baraja la posibilidad de impulsar las ideas del gobierno francés: implementar estímulos a la compra de vehículos que consideren las emisiones de carbono en todas las etapas de su proceso de fabricación y distribución. Es la forma que tienen de poner en pared ante el ímpetu oriental, y como no pueden pelear con el precio, van a atacar este flanco.

El esquema que se está considerando se inspira en una iniciativa recientemente adoptada en Francia, según informa la agencia Reuters. El plan pasa por desincentivar la compra de coches eléctricos fabricados en China, cuyas importaciones están ganando terreno en Europa gracias a sus precios más competitivos que el de fabricantes locales.

BYD Atto 3
El coloso chino BYD ha llegado a Europa con coches eléctricos tan interesantes como el Atto 3

Italia abre la puerta a frenar el crecimiento del coche eléctrico chino

El gobierno italiano ve el ejemplo galo como una referencia sensata, asumible, y está evaluando seriamente la posibilidad de adoptar una medida similar. A diferencia de los incentivos convencionales que se centran en las emisiones de los vehículos, las reglas propuestas en Francia se basan en evaluar otros parámetros: cantidad de energía utilizada en la fabricación de sus componentes, ensamblaje y transporte al mercado, así como el tipo de batería que incorporan.

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A pesar de que las normas de competencia de la Unión Europea prohíben favorecer a los fabricantes locales, los criterios planteados en Francia podrían excluir a los automóviles chinos de recibir incentivos. La industria china depende en gran medida de la electricidad generada a partir del carbón, y sus vehículos se transportan a nivel mundial principalmente por vía marítima. De todos es sabido que los barcos contaminan mucho, y en la suma final, los eléctricos llegados desde Asia penalizarían las emisiones por este motivo.

En busca del marco legal para evitar el auge del coche chino

París ha afirmado que los criterios adoptados cumplen con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ya que se permiten excepciones por razones de salud y medio ambiente. Por su parte, el gobierno italiano busca establecer un plan a largo plazo para impulsar su industria automovilística en colaboración con todos los grupos locales relevantes, incluido Stellantis, el principal fabricante de automóviles en Italia. El gobierno está presionando para que la producción anual de vehículos en el país alcance la cifra de un millón de vehículos.

MG4 Electric
El MG4 Electric es uno de los coches eléctricos chinos más vendidos en Europa

Las conversaciones, que se espera que continúen hasta finales de año, también abordan la implementación de nuevas ayudas en Italia. El ministro de Industria, Adolfo Urso, declaró el mes pasado que aproximadamente el 80% de los incentivos otorgados a los italianos se destinaron a la compra de vehículos producidos en el extranjero. Una revisión del marco de incentivos debería respaldar tanto la transición hacia vehículos más respetuosos con el medio ambiente como impulso de la producción nacional de automóviles en Italia.

Los que no se han pronunciado aún en esta materia son los representantes del gobierno español, uno de los mayores fabricantes de coches de toda Europa. La transición a la movilidad eléctrica va mucho más despacio que en la mayoría de países del entorno y algo deberían hacer.

El gobierno en funciones de Pedro Sánchez tiene aún que hacerse con el poder de facto cuando cuajen los pactos, si es que acaban siendo positivos para su mandato. Si se fuese a nuevas elecciones, probablemente en enero, se retrasarían las decisiones y es algo que requiere cierta premura. Hay mucho en juego y deberían ofrecer alguna respuesta a una situación en la que otros gobiernos vecinos, socios, y con problemáticas afines ya han movido ficha.

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