Le Mans 2023, cuando Enzo Ferrari sonrió de nuevo

A miles de kilómetros, un teléfono rasga el silencio en la oscuridad de la noche:

- Pronto? (¿Dígame?)

- Buona notte, sono Coletta, Commendatore (Buenas noches, soy Coletta, Commendatore)

- Cosa? (¿Qué?)

- Pier Guidi ha commesso un errore per evitare un'auto incidentata ed è uscito di pista. Abbiamo perso la testa di gara (Pier Guidi ha cometido un error por evitar a un coche accidentado y se ha salido de pista. Hemos perdido el liderato de la carrera)

- E l'altra macchina? (¿Y el otro coche?)

- Ruota in posizione avanzata (Rueda en posiciones delanteras)

- Speriamo bene, Coletta. Buon lavoro (Tengamos esperanza, Coletta. Y buen trabajo)

Ferrari dejó a un lado la resistencia para centrarse en la Fórmula 1

La comunicación quedó cortada súbitamente. Antonello Coletta sabía que debía redoblar su ingenio y trasladar a sus ingenieros y mecánicos los ánimos necesarios para recuperar la cabeza de carrera. Con un coche o con otro. Pero sabía que no iba a ser fácil. En ese momento lideraba un Peugeot con el Ferrari autor de la pole position en segundo lugar. Lo normal sería llegar al liderato, pero esto era Le Mans.

Una conversación así podría haber tenido lugar hace 49 años, si en 1974 la Scuderia Ferrari hubiera puesto en pista aquél 312PB/74 que llegó a probarse. Pero Mauro Forghieri logró convencer finalmente a Enzo Ferrari para que diese total prioridad a la Fórmula 1 y dejase de lado la resistencia. Las derrotas ante Ford desde 1966 y luego con Porsche desde 1970 habían supuesto una sangría dolorosa. Pero era específicamente la cuestión monetaria la que obligaba a una decisión.

Y antes de que llegase Luca di Montezemolo para dirigir el equipo, Forghieri, un gran valedor de la resistencia, acabó por vencer la voluntad de Enzo Ferrari. Se acabó la resistencia. Se abriría entonces un periodo dorado en la Fórmula 1, dando la razón a sus «colaboradores» y a la propia FIAT, dueña de Ferrari, que quería centrarse en ese mundial que daba mayor repercusión. El de los monoplazas.

Así que Enzo Ferrari pasó el resto de sus días viendo días felices y tristes desde 1974 a 1988, año de su muerte, en la Fórmula 1. Al principio fueron auténticos días de vino y rosas, con la era de Lauda y extendida hasta Scheckter con mundiales. La era más gloriosa en vida de Enzo. Y luego con la felicidad, aunque magra en resultados, de ver a Gilles Villeneuve al volante. Tras su muerte, llegaron años grises con atisbos de esperanza como 1985. Pero ya no hubo más mundiales. Y mientras tanto, Le Mans se había desgajado para siempre del patrimonio deportivo de Ferrari.

Y eso que a Enzo Ferrari, si una carrera le centraba el interés, era esa. Todos los esfuerzos del Reparto Corse estaban volcados en los coches de Le Mans hasta la carrera, y sólo después se centraban en los monoplazas. Signo claro de las preferencias del dueño del equipo, en realidad. Eso no significa que no fuera consciente de que la Fórmula 1, o siendo más precisos, los Grand Prix, fueran la cumbre de la competición desde que él mismo fuera piloto. Pero Le Mans le había dado el gran empuje a su marca, cuando en 1949 ganaron por primera vez.

Aquello no fue una participación oficial. Enzo Ferrari, cuya marca sólo contaba con dos años de antigüedad, tenía sus preocupaciones. Pero no Luigi Chinetti, que tenía que confirmar la venta de un 166MM a Peter Mitchell-Thomson, 2º Baron Selsdon. Y el gran despliegue al volante de Chinetti hizo que no sólo el coche se vendiese, sino que Ferrari confiase finalmente en su producto. Sus coches eran los mejores. Ya no había duda de ello.

Ferrari confirmó en 2021 su participación en las 24 Horas de Le Mans 2023

En las dos décadas siguientes, y pese a los triunfos en la Fórmula 1, Ferrari y Le Mans quedaron unidos para siempre. Especialmente en el inicio de los años sesenta, cuando de 1960 a 1965 ganaron consecutivamente seis ediciones de la prueba automovilística por antonomasia. Ese último año, cosas del destino, su buen amigo y comercial Luigi Chinetti, a través de la North American Racing Team, salvó la debacle de los coches oficiales y con un 250LM en manos de Jochen Rindt y Masten Gregory ofreció la última gloria absoluta.

A partir de ahí, los sinsabores. Ante una estrepitosa Ford que gastó lo que fue necesario y más para humillar a quien les había repudiado. Después, saciada la sed de venganza estadounidense, ante los Porsche 917 que batallaron con contundencia frente al magnífico 512. El 312PB no fue capaz de lograr Le Mans, por no correr en 1972 y por ser doblegados en 1973. Y llegó el silencio. Hubo intentos privados, fueran prototipos o Gran Turismo, con más o menos opciones. Los 512BB, los F40 LM, los 333SP. Las victorias en GT.

Ferrari nunca estuvo lejos de Le Mans, pero nunca volvía por sí misma. Por derecho propio. Hasta que el 24 de febrero de 2021 se anunció oficialmente el programa de poner en pista un hypercar en la carrera de 2023. Nada menos que 100 años después de la primera carrera, medio siglo después de la última participación oficial. A finales de 2022 se presentó en las Finali Mondiali el modelo: el 499P. Ferrari estaba lista para volver a la máxima categoría de las 24 Horas de Le Mans.

Ferrari ha ganado las 24 Horas de Le Mans 2023

Y es cierto que el famoso y controvertido ‘balance of performance’ que sumó 37 kilogramos a los Toyota –los grandes favoritos- ayudó.Aunque también a Ferrari le pusieron 24 kilogramos más. Todo para igualar prestaciones. Pero cuando el jueves por la tarde, dos Ferrari copaban la primera línea de salida para la carrera, ya empezaron a tambalearse los cimientos de una historia profundamente arraigada. En algún lugar, una sonrisa leve opacada por la presencia de unas gafas oscuras empezaba a mostrar su satisfacción.

Como si no hubieran pasado los años, ni las ausencias fueran tanto. Como si la carrera les hubiera estado esperando durante cincuenta largos años en los que desparecieron personas clave. Mauro, el gran Mauro Forghieri muerto el pasado 2 de noviembre de 2022 hubiera estado ansioso por el retorno. Tantos protagonistas de un pasado ya extinto. Pero quizás, por un momento, todos ellos vieron cuando a las 16 horas del 11 de junio de 2023, el Ferrari 499P pilotado por Alessandro Pier Guidi cruzó la línea de meta en primer lugar.

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El piloto que había cometido el error, entregando de nuevo la gloria en la carrera más importante del calendario automovilístico. En sentido literal: de coches. Y entonces, hubiera sonado el teléfono, porque era obligatorio y era debido.

- Pronto? (¿Dígame?)

- Commendatore, sono Coletta (Commendatore, soy Coletta)

- Mi dica (Diga)

- Commendatore, abbiamo vinto Le Mans (Commendatore, hemos ganado Le Mans)

- Bravo Coletta. Sono felice. Ora dobbiamo lavorare sul monoposto di F1 (Bravo Coletta. Estoy contento. Ahora tenemos que trabajar en el coche de Fórmula 1)

En algún lugar, una sonrisa se ha asomado en los labios de Enzo Anselmo Maria Ferrari. Su nombre ha vuelto a vencer en La Sarthe. Le Mans es de Ferrari. Pero ahora exigiría los esfuerzos en la Fórmula 1. La gran victoria ya está en las vitrinas de Maranello.