Mazda lo ha probado en competición y le sale bien: su motor que captura CO₂ planta cara al coche eléctrico
Mazda sigue trabajando incansablemente en tecnologías que permitan seguir ofreciendo coches de combustión en el futuro, pero con menores emisiones. Los de Hiroshima ya han probado su motor diseñado para reabsorber el CO2 que emite. Lo que han explicado apunta a una verdadera revolución nipona.

Mazda está convencida de que a la combustión tradicional le queda un largo tiempo por delante, y que es cuestión de investigar y dedicar recursos en forma de tiempo y, sobre todo, dinero. Es justamente lo que están haciendo desde hace mucho, la única marca que ha demostrado que sus motores de gasolina pueden ser los más eficientes, y con un gran diferencia comparados con los de un inmenso número de fabricantes superando todas las normas de emisiones anti-contaminación en Europa.
Porque, aunque sea difícil de creer, los últimos motores de Mazda que han desafiado al downsizing. Esa es una de las soluciones que hace únicos a los Mazda, y en los que se han inspirado para la última gran novedad en el campo de la mecánica que están probando en las carreras de resistencia japonesas. Las Super Taikyu se han convertido en un escenario para demostradores de tecnologías, como los nuevos motores de combustión de hidrógeno en los que trabaja Toyota, y donde los de Hiroshima también están realizando ensayos de un nuevo motor capaz de absorber el CO2 que genera.

Así funciona el motor de Mazda que reabsorbe su propio CO2
Mazda, que no hace mucho tiempo, mostró una mínima parte de la tecnología desarrollada con este fin, ha desvelado mucho más tras someter a un Mazda3 de carreras a la séptima ronda de carreras celebrada el pasado fin de semana en el Circuito de Fuji. Cuatro intensas horas en una conducción muy exigente de un prototipo que, a primera vista, no muestra nada que lo haga ser técnicamente diferente a otro ejemplar destinado también a la más alta competición, aunque todo cambia cuando se echa un ojo por debajo.
Lo que se ve nada tiene que ver con un motor de carreras y, mucho menos, con uno convencional. Lo que hay es, técnicamente, mucho más complejo, cajas y mangueras de alta presión para lograr un propósito realmente innovador, que ninguna marca se ha atrevido antes. Un sistema que se presentó en la pasada edición del Salón del Automóvil de Japón, y del que el fabricante ha explicado el funcionamiento. Por ejemplo, que el dispositivo que absorbe el CO2 generado contiene una estructura porosa de un material denominado zeolita, un silicato de aluminio con cavidades microscópicas, que tiene la gran ventaja de actuar como un filtro purificador.
Pero, para que ello sea posible, porque las partículas de CO2 no se dirigen directamente hacia este material, los ingenieros de Mazda han desarrollado una estructura con dos carriles paralelos, cada una con un ventilador y un separador, para desviar una parte de los gases de escape hacia cada ramal, haciendo pasar a estos gases por un proceso de deshumidificación y por el separador donde se encuentra la zeolita. El sistema está preparado para cambiar de separador cada vez que uno esté lleno, de manera que así se va realizando la función de purificación. Una vez que los gases de escape ha sido sometidos a esta limpieza, vuelven al sistema de escape.
Mazda muestra los inexplorados límites de la combustión térmica
Mazda también ha desvelado qué es lo que ocurre con ese dióxido de carbono que se ha rescatado de los gases de escape, y del que no se sabía su destino. Sin embargo, ahora sabemos que los separadores que almacenan ese CO2 retirado de los gases de escape se calientan a una temperatura para enviarse a un depósito que también contiene zeolita. La marca japonesa no ha explicado qué ocurre en este depósito, pero cabe pensar que el CO2 seguirá sometiéndose a un proceso continuo de filtrado hasta hacer el material lo más puro posible.
Los japoneses diseñaron este innovador motor para extraer hasta medio kilo de carbono puro. Pero Mazda ha ido más allá utilizando diésel HVO 100, un combustible respetuoso con el medio ambiente, por lo que la reducción del carbono es aún mayor. Sin precisar cifras, Mazda seguirá probando esta tecnología durante un largo tiempo, aunque eso no garantiza que vea la luz de la producción de volumen algún día. Quizás, el hecho de que Europa decida de prohibir la combustión en 2035 evite la llegada de esta tecnología prometedora, con un CO2 restante para fertilizantes o producción de biocombustibles.

