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Siempre a la altura.
Nuestro vehículo puede sufrir desperfectos en la carrocería, bien a consecuencia de un descuido de otro conductor o de manera premeditada a manos de alguien con intención de vengarse o expresar su profundo malestar. La justicia no actúa igual en ambos casos.
Sí, en el caso de que quede demostrado que hemos rayado el vehículo de otra persona, nos pueden multar y no de manera testimonial precisamente. Pero existen varios condicionantes que merece la pena precisar.
Y es que no es lo mismo dañar la pintura de un vehículo a consecuencia de un descuido mientras aparcamos o circulamos por el carril contiguo, que hacerlo de manera premeditada. En el primer caso, el percance se soluciona a través del seguro del vehículo, rellenando un parte amistoso con los datos de los implicados.
Si la cuantía de los daños causados en el vehículo es inferior a los 400 euros, se considerará falta y no delito
Pero, ¿quién no conoce el caso de un amigo o un familiar que ha sufrido la ira de una expareja, un compañero de trabajo, alguien con quien se enfrentó en el pasado o, simplemente, un gamberro? Sea cual sea la causa, lo cierto es que el Código Penal español contempla esta falta o delito en el artículo 263, que dice lo siguiente:
Deducimos, por tanto, que si la cuantía de los daños causados en el vehículo es inferior a los 400 euros, se considerará falta y no delito. En cambio, si la motivación, metodología o consecuencia es de especial gravedad, la acción se convierte en delito e implica pena de cárcel de duración variable y a criterio del juez.
En el caso de llegar a producirse una sentencia condenatoria, la sanción incluye el coste de reparación del coche, pero además de eso habrá que abonar una multa que se fija en días y tiene en cuenta los daños y la renta de la víctima, pues cuanto menor sea esta última, mayor será la cuantía de la multa.
El sistema otorga un incremento mínimo de dos euros al día, por lo que si la condena es de seis meses -el mínimo estipulado por ley si los daños exceden los 400 euros- el infractor deberá pagar 360 euros. Si, por el contrario, se aplica la máxima pena, 24 meses, el importe mínimo de la multa será de 1440 euros.
Este es un tema complicado de resolver a posteriori, pues no es habitual que lo hayamos presenciado o que contemos con testigos que puedan verificar la identidad del infractor. Por ello, siempre es útil solicitar a la comunidad de vecinos que instale cámaras en el garaje o en la fachada del edificio para persuadir a potenciales ‘agresores’ de atentar contra la integridad de nuestro vehículo.
Sin embargo, los vecinos deben estar de acuerdo y eso no siempre ocurre, por lo que si tenemos la sospecha de nos puede ocurrir o ya nos ha pasado, lo mejor es instalar cámaras en nuestro propio vehículo, una práctica cada vez más común.
Para ello no necesitaremos permiso ninguno y la grabación será plenamente válida como prueba. Además, este tipo de cámara cuentan con un sensor de movimiento que las activa cuando detecta actividad alrededor del coche. Suelen instalarse en los retrovisores y pueden grabar el perímetro exterior del vehículo, asegurándonos una buena protección ante posibles atacantes.
Si nuestro coche ha sufrido desperfectos, independientemente de si hemos podido denunciar al infractor o no, y no queremos pasar por el taller, tenemos algunas opciones con las que solucionar el problema. Eso sí, sólo podremos hacerlo en casos superficiales y que no requieren acciones más especializadas y profundas.
Una vez hayamos limpiado el coche para eliminar impurezas y suciedad, además de ver con total claridad dónde tenemos que actuar, podemos optar por dos métodos:
Es una mezcla de sustancias naturales y sintéticas que tienen como misión producir una abrasión para retirar los restos que han quedado incrustados en la pintura y que puede hacer parecer que tenemos un arañazo. La manera de aplicarlo es con una bayeta de microfibra o una esponja específica. En casos más complejos, una pulidora puede ser igualmente útil.
Su forma es similar a la de un rotulador, lápiz o bolígrafo y se utiliza para zonas muy localizadas. Lo que hacemos es pintar la superficie del arañazo una vez que esta se ha limpiado en profundidad y es muy importante elegir el color adecuado, pues de lo contrario el resultado distará mucho de ser satisfactorio.
Si ninguno de estos métodos es suficiente, no nos quedará más remedio que acudir a un taller de chapa y pintura para solucionar el problema.
Fotos: Pixabay
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