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Salvemos los utilitarios: tiempos complicados para los segmentos A y B en la UE

Uno de los segmentos más populares en Europa ha sido desde hace un siglo el de los utilitarios o coches urbanos, suficientes para uso familiar y de 4 metros o más cortos. La próxima década será muy dura para ellos.

8 min. lectura

Publicado: 03/06/2019 21:35

La supervivencia de los coches pequeños se va a poner un poco cuesta arriba en los próximos años.

Ahora nos parece muy normal que los fabricantes afincados en Europa tengan coches del segmento A y B. Estos coches han pasado de simples formas baratas de transportarse a ser pequeños grandes coches. Adiós a los interiores pelados y motorizaciones de broma, los hay hasta Premium y para todos los bolsillos.

Eso no va a ser así siempre. Estos segmentos son muy poco rentables, la competencia es muy alta y los clientes son muy sensibles a cualquier incremento de precio. Además, la moda de los crossover o SUV ha hecho mermar sus volúmenes y el interés de los fabricantes en ellos. Deben venderse en grandes cantidades para resultar rentables.

Si estás leyendo esto y tienes en propiedad un coche del segmento A o B, un consejo: cuídalo. Puede que el día que quieras reemplazarlo no te salga a cuenta uno nuevo y tengas que irte a un coche más grande y más caro de mantener en todos los sentidos. Los coches pequeños se enfrentan a varias amenazas:

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Modelos como el Audi A1 nos recuerdan que el segmento B ya ni se parece al que era hace solo 10 años

  • Aumento de precios a medio plazo para que cumplan las limitaciones de CO2 que impone la Unión Europea a partir de 2021
  • Decreciente interés en los jóvenes por poseer coches y una bomba demográfica en ciernes
  • Segmento poco rentable si se compara con crossover del mismo tamaño o un poco más grande
  • Aún faltan unos años para que las versiones eléctricas sean competitivas con las de gasolina
  • El cliente quiere pagar poco por estos coches, pero quiere tener a su vez tecnología, seguridad, etc
  • A los fabricantes no les salen a cuenta para rebajar las emisiones medias de CO2, compensa más vender eléctricos de emisiones 0

Según datos de la consultora LMC Automotive citados por ANE, en los primeros años de 2020 el segmento B tendrá un volumen a repartir en la UE de 3 millones de unidades al año y el segmento A se quedará en 0,9-1 millones, en este último la situación es más preocupante. No son tantos coches si se habla de tantos fabricantes, sobre todo si un puñado se lleva la mayoría de las ventas y apenas deja espacio para los demás.

Para contrarrestar esas amenazas, hay que replantearse estos segmentos tal y como son hoy. Ya vimos una primera oleada de extinción de motorizaciones diésel, en el segmento A ya no queda ni uno, y en el segmento B les quedan pocos telediarios. Las motorizaciones alternativas están ganando mucho terreno y la gasolina siempre ha tenido su cuota.

¿Puede ser rentable un utilitario eléctrico? Renault ha demostrado que sí con el ZOE, de hecho, es el único eléctrico de gran venta que tienen

Aquí van unas posibles soluciones:

  1. Compartir plataformas y desarrollo: los fabricantes tienen tecnología de sobra para poder sacar varios modelos del mismo molde, no solo dentro de un mismo grupo, también entre distintos fabricantes, fórmula muy exitosa en vehículos industriales ligeros.
  2. Hibridación ligera: quitando Toyota, que le salen las cuentas por economía de escala, hay que ir hibridando los motores de gasolina, pero con cabeza. Suzuki ha demostrado la viabilidad del sistema SHVS siendo un jugador pequeño y con un sobreprecio simbólico.
  3. Potenciar las fórmulas de pago por uso y propiedad compartida: los modelos cambian porque la juventud -cliente tradicional de coches pequeños- cambia. Si no hay dinero ni ganas para mantener coches en propiedad, habrá que ofrecer alternativas y nuevas modalidades de uso.
  4. Facilitar las cosas: que la UE o estados miembros hagan políticas que vuelvan a hacer interesantes para los europeos tener coches pequeños, sobre todo en áreas urbanas. Japón en su día apostó por los minicoches (kei cars) y la fórmula sigue siendo exitosa.
  5. Que duren más: estirar los ciclos de vida de las generaciones actuales para que los sustitutos ya sean eléctricos, tenga una autonomía decente y estén al alcance del bolsillo común.

Seguro que a los mandamases de la industria se les ocurren estas y otras ideas, pero ahí las dejo.

El Toyota Yaris es el híbrido líder de su categoría, que usa una tecnología cara pero asequible tras haberse empleado ya en coches más caros. Sus emisiones de CO2 son muy ajustadas

Los segmentos A y B van a seguir siendo necesarios en Europa

En otros países no hay problemas de espacio, en las ciudades europeas sí los hay, y aunque se esté desincentivando el coche privado por todas partes, el tamaño correcto es bueno para las zonas urbanas. Siguen siendo una forma de transportarse con poca competencia.

Nuestras generaciones lo tienen ya un poco olvidado, pero en los tiempos de escasez la movilidad la proporcionan primero las motocicletas y en segundo lugar los utilitarios. Lo de que vaya todo el mundo en SUV es un síntoma de que eso ya está muy atrás y que se tiende a poseer el coche más grande que se puede mantener. Eso no está saliendo gratis en términos medioambientales, y los dueños tienen que pagar un coste de propiedad más alto (con mayor o menor gusto).

Conclusión: hasta que las cosas se estabilicen, veremos una reducción de modelos disponibles y una tarta repartida entre menos competidores. Los modelos más económicos dejarán de serlo con una menor competencia y mayores costes para cumplir con el medio ambiente. Cuando ya sea normal que un utilitario sea eléctrico, las aguas volverán a su cauce, pero llevará tiempo.

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