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Toyota sigue viendo vida más allá del coche eléctrico y apuesta por esta gasolina que contamina un 75 % menos

ExxonMobil y Toyota se han asociado para probar combustibles de baja emisión de carbono en motores de gasolina, ofreciendo potencialmente una forma para que los conductores reduzcan las emisiones sin necesidad de cambiar a un vehículo eléctrico.

Toyota sigue viendo vida más allá del coche eléctrico y apuesta por esta gasolina que contamina un 75 % menos
Toyota y ExxonMobil desarrollan una gasolina ecológica.

5 min. lectura

Publicado: 17/04/2023 18:00

El transporte es uno de los principales contribuyentes a la emisión de gases de efecto invernadero a nivel global, y los vehículos que usan combustibles fósiles como la gasolina y el diésel son los principales responsables.

En este sentido, ExxonMobil y Toyota se han unido para desarrollar una gasolina menos contaminante que podría reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero de los motores de combustión interna.

Un 75 % menos de gases contaminantes

Según Andrew Madden, vicepresidente de estrategia y planificación de ExxonMobil, esta nueva gasolina se hace a partir de materiales más limpios y, a consecuencia de ello, tiene la capacidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los motores de combustión interna en un 75 % en comparación con la gasolina convencional.

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Así lo indican los resultados iniciales de las pruebas ya completadas. Además, los combustibles resultaron compatibles con los vehículos de Toyota, lo que aumenta la posibilidad de una solución fácil de implementar que podría competir con los coches eléctricos en el futuro.

Toyota cree que es un error monopolizar los esfuerzos en el coche eléctrico.

Actualmente, los combustibles se encuentran en la fase de pruebas y requerirían el apoyo de políticas gubernamentales antes de estar disponibles comercialmente. Madden revela que se trata principalmente de una mezcla de materiales existentes como biomasa renovable y etanol producido mediante procesos más limpios.

Además, Madden señala que «tener una solución para combustibles líquidos que podamos usar en la flota existente, dentro de un marco político que permita que el mercado innove, es la forma más económica de descarbonizar el transporte».

Tanto Exxon como Toyota tienen largas historias de pruebas de tecnologías para reducir las emisiones de transporte que no cumplieron con las expectativas.

Exxon promocionó durante años las algas como una alternativa sostenible al diésel antes de abandonar la idea, mientras que Toyota gastó mucho dinero en una pequeña línea de vehículos impulsados por hidrógeno que han tenido poco éxito entre los consumidores.

Mientras tanto, los vehículos eléctricos, que no requieren combustibles fósiles para funcionar, se están convirtiendo rápidamente en algo habitual.

Sin embargo, los coches eléctricos todavía se enfrentan obstáculos significativos para su adopción masiva, como la disponibilidad de estaciones de carga, los largos tiempos de recarga y el alto coste de los nuevos vehículos. Además, no son cero emisiones si se alimentan con electricidad de la red, que típicamente se genera a partir de una mezcla de fuentes que incluyen gas natural y carbón.

Política de emisión de ciclo de vida

Los nuevos clientes de vehículos eléctricos tienen derecho a créditos fiscales en los Estados Unidos, España y muchos otros países. Pero, en opinión de Exxon y Toyota, sería mejor una política que se enfocada en las llamadas emisiones del ciclo de vida, que tendrían en cuenta la dependencia de los vehículos eléctricos en la red eléctrica.

Un estándar de emisión del ciclo de vida también recompensaría los combustibles de baja emisión producidos por compañías como Exxon y los conductores de motores de combustión interna.

Toyota está adoptando un enfoque de «portafolio» para reducir las emisiones que incluye vehículos eléctricos e impulsados por hidrógeno, pero también se deben hacer esfuerzos para descarbonizar las flotas existentes para cumplir rápidamente con los objetivos climáticos, según Tom Stricker, vicepresidente de sostenibilidad y asuntos regulatorios.

«No importa cuál piense que podría ser el ritmo de la transición de la electrificación, habrá 1000 millones, si no cientos de millones de vehículos en las carreteras durante bastante tiempo», dice. «Los combustibles bajos en carbono serán bastante importantes para lograr esas reducciones de gases de efecto invernadero rápidamente», concluye.

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