Volvo trabaja en una solución revolucionaria para transformar el futuro de los coches eléctricos, empezando por las ruedas
Algunos fabricantes aconsejan a los propietarios de coches de combustión que monten neumáticos para eléctricos. La razón es la mayor eficiencia de las gomas, pero en realidad no es oro todo lo que reluce. Volvo trabaja con compatriotas suecos para reducir el elevado desgaste de las ruedas de los modelos de cero emisiones.
Con los coches eléctricos llegó una nueva modalidad de neumáticos nunca vistos. Con una banda de rodadura más fina de la cuenta y más altos, estos parecían que estaban llamados a convertirse en característicos de los modelos de cero emisiones como aventuraban desde Múnich.
El antiguo BMW i3 fue el primer modelo en montar esta configuración por dos motivos: uno, la mayor altura era fruto de un importante refuerzo en sus flancos para soportar el enorme peso de las baterías, al mismo tiempo que contribuía a aumentar la altura de la carrocería al suelo para evitar daños. Dos, la menor sección de la banda de rodadura permitía disminuir el rozamiento con el suelo, por lo que la eficiencia era mayor.
El desgaste de los neumáticos para eléctricos es una realidad que atajar
Hasta aquí, ambos factores eran correctos, pero el elevado par motor de la nueva hornada de coches eléctricos obligó a aumentar la superficie de contacto, por lo que adiós a la eficiencia. La solución pasó por nuevos compuestos en las gomas que, aunque ayudan a alargar la autonomía, los materiales se degradan más rápidamente y causan un polvo fino muy contaminante.
Este será fruto de mediciones en la futura norma Euro 7, estableciendo límites en los valores para los diferentes tipos de neumáticos que no podrán ser superados, por lo que ya se valoran filtros. Volvo también es consciente de ello, embarcándose en un proyecto con compatriotas suecos que se encargará de buscar solución a la generación de los microplásticos procedentes de los neumáticos.
¿Un modo de conducción que reduce el desgaste de los neumáticos?
La marca sueca, que cuenta con el respaldo del Centro Sueco de Electromovilidad, dedicará un equipo a desarrollar métodos para medir cómo el desgaste de los neumáticos se ve afectado por una serie de características específicas como el peso, los motores, baterías, la tracción a dos ruedas o a las cuatro ruedas y la influencia de los modos de conducción son claves.
Mats Gustafsson, investigador principal del VTI que dirigirá el nuevo proyecto, explica que el peso y la potencia del motor son problemas que influyen directamente en el desgaste de los neumáticos de coches eléctricos pero, al mismo tiempo, es relativamente fácil controlar vehículos eléctricos de forma rápida y con gran precisión. Quién sabe, quizá en el futuro los coches eléctricos dispongan de un botón para reducir el desgaste de los neumáticos, un modo de conducción que coincida con el "ECO", pero eso está por ver.