Las marcas tradicionales temen y esperan la llegada de modelos procedentes de China. Coches que pretenden hacerse un hueco en la cada vez más congestionada oferta automovilística. Las primeras unidades en llegar, tiempo atrás, no causaron el efecto deseado, pero ahora aterrizan modelos como el Omoda 5. Un SUV muy interesante que puede causar estragos en el mercado más popular de todos, el de los C-SUV. El CUPRA Formentor y el Toyota C-HR tienen mucho que temer.
Omoda ha llegado con fuerza a Europa. España es el primer país que visitan y el 5 es su primer producto. Un todocamino compacto con unas medidas muy equilibradas. 4,4 metros de largo y 2,63 metros de distancia entre ejes. Su habitáculo es espacioso para un máximo de cinco pasajeros. Las plazas traseras son cómodas y altas, lo que facilita la entrada de personas mayores y acomodar a los niños en las sillas infantiles. El maletero no es el más grande de todos, 360 litros en el peor de los casos. Bastante menos que un MG HS, por ejemplo.
Dos son los equipamientos disponibles: Comfort y Premium. Sin duda alguna recomiendo dar el salto al acabado superior. Apenas son 2.000 euros más en la factura final y a cambio se obtiene toda la carga tecnológica posible. La calidad es no es mala, superior al estándar de la categoría, aunque deben pulirse algunos detalles de ajuste. El sistema de infoentretenimiento es sencillo y basa toda su apuesta en la conectividad para teléfonos móviles. Justo, pero suficiente.
Mecánicamente hablando, los 185 caballos del Omoda 5 cumplen bastante bien. La entrega de potencia es buena y apenas hay molestias o vibraciones. El cambio aprovecha bien la fuerza del motor y sólo puedo destacar un consumo más alto de lo habitual teniendo en cuenta los estándares europeos. El gasto medio es de 8 litros por cada 100 kilómetros recorridos, aproximadamente. Dinámicamente dista mucho de ser el mejor de la categoría por una dirección excesivamente asistida.