El conductor no es el único que puede ser multado, estas son todas las que puede recibir un acompañante
Aunque no lleves el volante, puedes recibir una multa sólo por ir de pasajero. Estas son todas las sanciones que puede recibir un acompañante por comportamientos peligrosos, imprudentes o directamente prohibidos por ley.

Cuando pensamos en multas de tráfico, automáticamente nos viene a la cabeza el conductor. Es lógico: es quien lleva el volante, pisa el acelerador y decide si respeta (o no) las normas. Pero lo que mucha gente no sabe es que los acompañantes también pueden ser sancionados.
Sí, tú, el que va en el asiento del copiloto cantando como si estuvieras en La Voz o el que va detrás comiéndose un bocadillo como si estuviera en el salón de su casa.
Aunque no estés conduciendo, puedes acabar recibiendo una multa si haces cosas que ponen en riesgo la seguridad, incomodan al conductor o directamente van contra la normativa.
Esto es especialmente aplicable a taxis, VTC o vehículos de alquiler con conductor, donde se han dado muchos casos
Las multas que puede recibir un pasajero
A continuación, repasamos las infracciones más comunes que pueden caerle al acompañante.
No llevar el cinturón de seguridad
Parece básico, pero sigue siendo una de las infracciones más frecuentes entre los acompañantes.
Da igual si vas delante o detrás: llevar el cinturón es obligatorio para todos los ocupantes del vehículo. Y si no lo llevas, la sanción es de 200 euros sin pérdida de puntos y no corresponde al conductor pagarla, sino al infractor.
Molestar o distraer al conductor
No hay artículo del reglamento que diga «prohibido dar la chapa al conductor», pero casi. Si el acompañante interfiere en la conducción —ya sea gritando, gesticulando como si dirigiera el tráfico o incluso tocando mandos del vehículo— puede ser multado por conducta imprudente.
En casos extremos, si se considera que pone en peligro la seguridad vial, se le puede aplicar el artículo 36 de la Ley de Seguridad Ciudadana.
¿La multa? Dependerá de la gravedad, pero puede superar los 80 o 100 euros fácilmente. Así que mejor dejar las discusiones intensas para el bar… o para casa.

Sacar medio cuerpo por la ventanilla
Es muy de película, sí, pero también muy ilegal y más frecuente de lo que pensamos. Asomarse por la ventanilla no sólo es peligroso, sino que está prohibido expresamente por el Reglamento General de Circulación.
Quizá creas que es un gesto inofensivo, pero puede desestabilizar al coche, asustar a otros conductores o, directamente, provocar un accidente. La broma puede costarte 100 euros de multa.
Tirar objetos a la vía
No hace falta que tires una colilla encendida para que te multen (aunque eso es especialmente grave y se sanciona con 500 euros y la retirada de seis puntos del carnet de conducir).
Cualquier objeto arrojado desde un coche —una lata, un papel, una botella— puede suponer una sanción. Y no pequeña: 200 euros y cuatro puntos del carnet… pero para el conductor si no se identifica al autor.
Eso sí, si se identifica al acompañante como responsable, la sanción recae directamente sobre él. Y si el objeto provoca un accidente, la cosa puede llegar al juzgado. ¿Merece la pena por no guardar una lata o una cáscara de plátano hasta que llegues a tu destino?
Ir con los pies en el salpicadero
Puede parecer cómodo, sobre todo en viajes largos, pero es peligrosísimo. En caso de frenazo o accidente, el airbag puede causar lesiones gravísimas si no estás bien sentado.
Aunque no siempre se multa directamente esta conducta, las autoridades pueden sancionarla si consideran que afecta a la seguridad. Lo más habitual es que te multen con 100 euros, sin pérdida de puntos, por viajar en una postura inadecuada.
Acompañantes en estado de embriaguez que molestan
Subirte al coche como pasajero después de una buena fiesta no es delito, claro. Pero si vas molestando al conductor, insultas, haces ruidos o impides la conducción de forma clara, puedes ser sancionado por alterar el orden público o incluso por imprudencia si se pone en riesgo la seguridad vial.
Esto es especialmente aplicable a taxis, VTC o vehículos de alquiler con conductor, donde se han dado muchos casos.
Usar el móvil con el altavoz a todo volumen o ver vídeos
Ver TikToks a todo trapo o poner música con el móvil sin auriculares puede molestar seriamente al conductor.
Aunque no hay una norma específica que prohíba esto, la Guardia Civil puede interpretar que supone una distracción y sancionar por alterar la seguridad. La multa dependerá del caso, pero puede rondar los 80-100 euros.

Llevar animales sueltos en el coche
Aunque el animal sea del acompañante, si no va bien sujeto, la responsabilidad recae sobre el conductor, que puede enfrentarse a multas de hasta 200 euros.
Pero si queda claro que el pasajero lo soltó o lo llevaba mal voluntariamente, puede considerarse corresponsable. Y en caso de accidente, también pueden derivarse responsabilidades civiles o penales.
¿Y si viajan más personas de las permitidas?
Esta es una de las situaciones más comunes en desplazamientos improvisados o veraniegos. Si el coche tiene cinco plazas, no pueden ir seis personas «apretaditas». Cada plaza debe estar equipada con su propio cinturón y espacio homologado.
Superar el número de ocupantes permitido se considera una infracción grave, y puede acarrear hasta 500 euros de multa, o incluso la inmovilización del vehículo si no se puede solucionar en el momento. Y ojo, porque en este caso la multa sí recae sobre el conductor.
Esto no sólo es cuestión de sanciones: en caso de accidente, el seguro puede no cubrir a los pasajeros que no estén debidamente autorizados, y eso puede salir mucho más caro que una simple multa.
¿Y si el infractor es un menor de edad?
Este punto merece un apartado propio porque genera muchas dudas. Cuando el que comete la infracción no es un adulto, la ley es clara: la responsabilidad recae en el conductor.
Es decir, si un menor va sin cinturón, no usa el sistema de retención infantil adecuado, saca el cuerpo por la ventanilla o va ocupando una plaza que no le corresponde, la multa se la lleva el conductor del vehículo.
Esto también se aplica si el menor es un pasajero más en un coche que va con exceso de ocupantes. No importa si el adulto que lo acompaña es su madre, su primo o su profesor de karate: la persona que conduce es quien asume la sanción.
Así que si llevas menores en el coche, ya sean tus hijos o no, asegúrate de que todos van bien sentados, con su cinturón o silla correspondiente. No sólo evitarás una multa: estarás protegiéndolos de verdad.
Queda claro que ir de acompañante no te convierte en un invitado VIP con barra libre de comportamientos. Estás en un vehículo en circulación, y como tal, debes cumplir las normas. La clave está en usar el sentido común, mantener una actitud responsable y pensar siempre en la seguridad.
Porque una multa inesperada por algo que parecía «una tontería» puede arruinarte el viaje… o, peor aún, provocar un accidente.