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Presentación BMW Serie 2 Gran Tourer: Diseño, y habitabilidad

Si hay algo por lo que destaque un buen monovolumen es por el espacio. Este no solo tiene que ser mayor que el de otros modelos, sino que también tiene que saber aprovecharlo. Y esto es algo de lo que puede presumir el BMW Serie 2 Gran Tourer.

Presentación BMW Serie 2 Gran Tourer: Diseño, y habitabilidad

12 min. lectura

Publicado: 21/07/2015 09:00

Como ya os dije en la primera parte de la presentación del BMW Serie 2 Gran Tourer 2015, estamos ante un rara avis dentro de la gama actual y de la historia de BMW. Una marca que siempre ha sido tachada por crear algunos de los deportivos utilitarios más sobresalientes de la historia, se lanza ahora a la creación de un segmento completamente nuevo para ellos: el de los monovolúmenes.

Las unidades con paquete M podrán disponer de una paleta de colores propia

La verdad es que no es la primera vez que vemos algo parecido en la marca alemana, ya que hace 16 años, allá por el 1999, vimos por primera vez un BMW con formato SUV. En aquella ocasión como en esta, fueron muchas voces las que se alzaron en contra de esta política, pero el tiempo ha dado la razón a la marca, y no dudo que la nueva familia de monovolúmenes alcance la misma fama y reconocimiento que las unidades X. Aunque eso sí, a una escala mucho más pequeña en cuanto a volumen de ventas.

Diseño

Ahora bien, ¿estamos ante un verdadero BMW? La respuesta más rápida y sencilla que te puedo dar es que sí, aunque con matices. No es un BMW al uso, me explico: no es el típico coche de la firma con el que puedas adentrarte en un puerto de montaña a “darle zapatilla”. Hay que ser realistas, el Serie 2 Gran Tourer está pensado para que las familias puedan recorrer largas distancias sin ningún problema y con ese toque de calidad que BMW sabe aportar a sus coches.

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Uno de los factores que hacen al Serie 2 Gran Tourer un BMW auténtico es su diseño. Seguro que la mayor parte de las personas lo reconocerían como BMW nada más verlo, aun con las insignias tapadas. Los diseñadores han puesto mucho empeño en que esto sea así. Monovolumen sí, pero BMW también. No creáis que es fácil diseñar un coche de este tipo, que suelen estar tildados de cajas con ruedas. Hacerlo atractivo ya es complicado, algunos lo consiguen como el Citroën Picasso, así que hacerlo con identidad propia de BMW es casi imposible.

Pero vaya si lo han conseguido. Desde el frontal a la trasera se nota claramente que es un BMW. Lo digo por la parrilla ovoide del frontal, por su capó con nervaduras claramente marcadas, por sus faros con los tradicionales ojos de ángel, por sus parachoques pronunciados, más si cabe si hablamos de las unidades que incorporan el acabado M Sport, lo que viene siendo el paquete aerodinámico M de toda la vida.

El Gran Tourer crece de tamaño con respecto a su hermano pequeño

En el lateral lo primero que llama la atención es la gran superficie acristalada. Esta deja pasar una inmensa cantidad de luz a todo el habitáculo, algo que siempre merece la pena, pero que a la vez puede llegar a incordiar por el calor que puede llegar a generar. Es aquí donde encuentro un punto que podría ser mejorado, y es que no solo los monovolúmenes, sino todos los modelos en general deberían traer de serie las lunas traseras sobretintadas. Pero dejando a un lado esto el lateral también cuenta con ese diseño típico de BMW, con nervios pronunciados y juegos de llantas con un gran diseño y tamaños de hasta 18 pulgadas.

La trasera es la menos convencional, también es la más complicada de rematar porque a los monovolúmenes se les exige ciertos argumentos para ser considerados como tal. Uno es la altura del coche, otra es la amplitud de la boca de carga del maletero, dos aspectos que no cuadran mucho a la hora de diseñar un coche bonito y que suelen provocar que los vehículos familiares acaben pareciéndose a furgonetas. Aun así los diseñadores de BMW se las han apañado para que podamos reconocer a la zaga como una zaga de la marca. Sobre todo esta sensación viene dada por los faros traseros y por los parachoques, que una vez más se muestran especialmente potentes al incorporar el paquete M.

Pero no es solo el exterior el que se muestra muy BMW, sino que el interior también lo hace, y en una mayor medida que la carrocería. Lo digo por el aspecto de todo el cuadro de mandos, con las dos esferas casi planas típicas de la marca, de la consola central, que es prácticamente idéntica a la de otros modelos, y por toda la botonera (volante incluido). En todas partes se respira esa atmósfera BMW que sobre todo viene desprendida por la calidad de sus materiales y por la atención prestada a cada detalle.

Zaga típica de BMW, con líneas muy marcadas y faros propios

Habitabilidad

Un monovolumen es síntoma de espacio, es así de sencillo y este tipo de coches deben ser medidos por este término. Aunque es fácil crear espacio (se hace el coche más grande y punto) no lo es tanto saber equilibrar el tamaño con la capacidad. Con respecto a su hermano menor, el BMW Serie 2 Active Tourer, el Gran Tourer estira su carrocería 21,4 centímetros, hasta los 4,556 metros de largo, siendo siete centímetros más corto que un Serie 3 Touring. Si a esto le sumamos una distancia entre ejes de 2,78 metros, nos encontramos con no solo espacio, sino también habitabilidad.

Te sientes donde te sientes notas que el espacio te rodea. Las plazas delanteras son posiblemente las más cómodas de todas, pero las traseras no tienen nada que envidiar. Solo los asientos de la tercera fila pueden obligar a que viajemos un poco más apretados de lo recomendado. Estas solo son viables para recorridos cortos, o largos en el caso de ser empleadas por niños.

Si desplegamos estas dos plazas extra veremos como el espacio del maletero merma de una manera considerable, tanto es así que apenas podremos aprovecharlo. De todos modos en una configuración normal este muestra un espacio de carga viable para 645 litros, ampliables hasta los 1.905 si abatimos la segunda fila de asientos en su formato 40:20:40 o si la regulamos en profundidad. Por cierto el sistema de apertura automática del portón es de serie en toda la gama.

Como buen coche destinado a la familia el Serie 2 Gran Tourer presenta una gran cantidad de soluciones prácticas pensadas para dejar todos esos objetos que solemos llevar cuando viajamos con niños. A los huecos para las botellas y pequeños arcones, se suman unas mesas plegables en el respaldo de los asientos delanteros. Estas no solo se abaten, sino que también son regulables en altura, permitiendo que personas de diferente altura puedas usarla sin problemas. Puede que su sistema de recogida no sea la más bonito del mundo, pero su practicidad está fuera de toda duda.

No solo el exterior es típico de BMW, el interior también cuenta con ese toque propio de la marca

Como ya digo el Gran Tourer está repleto de soluciones de habitabilidad. Pero al ser capaz de incorporar una tercera fila de asientos hay que determinar cómo es de fácil acceder a esta. Bien, la maniobra se realiza plegando y adelantando los asientos de los extremos de la segunda fila. El hueco de acceso que queda no es excesivamente grande, pero lo suficiente como para poder entrar y salir sin problemas, aunque hay que ser ágil. Repito lo anterior, las plazas traseras están pensadas principalmente para niños.

Así que en definitiva podemos decir tranquilamente que el BMW Serie 2 Gran Tourer es digno de llevar el emblema de la marca si hablamos en términos de estilo y calidad. El esfuerzo de los diseñadores por crear un monovolumen con claro aspecto BMW ha dado sus frutos, y es innegable que lo mires por donde lo mires, vas a reconocer fácilmente a un producto alemán.

En cuanto a habitabilidad el Gran Tourer es un monovolumen de pura cepa, mucho espacio, muchos huecos portaobjetos y un una comodidad interior sobresaliente. El volumen del maletero también destaca con sus 645 litros como mínimo. La tercera fila de asientos es práctica y fácil de plegar y desplegar, pero al igual que otros modelos estas presentan cotas de espacio más justas, por lo que si siempre vamos con siete ocupantes, deberemos buscar otro modelo en el mercado, aunque no será BMW.

Espacio y sensación de amplitud. Dos cualidades del BMW Serie 2 Gran Tourer

En la próxima parte de la presentación del BMW Serie 2 Gran Tourer os hablaré detenidamente de la unidad probada, el novedoso 216d. Su motor de tres cilindros puede parecer corto a primera vista, pero seguro que os sorprende. No os lo perdáis, un saludo.

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