Prueba Citroën C5 Aircross Hybrid, una etiqueta ECO que vale su peso en oro

Vivimos en una era donde una simple pegatina se ha convertido en uno de los argumentos principales a la hora de comprar un coche. Las normativas de movilidad impuestas desde Bruselas obligan a la creación de Zonas de Bajas Emisiones y protocolos anticontaminación. Si bien estos sólo se aplican en las grandes ciudades, muchos compradores temen que de cara al futuro sus coches se vean inmovilizados por no disponer del distintivo medioambiental correcto. El Citroën C5 Aircross Hybrid es una respuesta a esa cada vez mayor ansiedad.

Los franceses mejor que nadie saben qué es eso de no poder entrar en una ciudad con un coche antiguo. La capital, París, se ha convertido en una zona de guerra para los coches más contaminantes. No los quieren y desde las autoridades se hace todo lo posible para que la gente cambie sus viejos carruajes por modelos más nuevos y electrificados. Muchos usuarios de un Citroën C5 no pueden entrar en el centro parisino, pero no los dueños de los coches nuevos, sino los de los antiguos. La C5 es una denominación con cierta historia dentro de la marca de los chevrones. Aunque no siempre lo hemos conocido con la misma carrocería.

La primera vez que vimos semejante combinación alfanumérica fue en 2001, año en el que Citroën sacó a la venta el C5 original, el heredero del Xantia nada más y nada menos. Tuvo buena acogida, muy buena de hecho, pero todo cambió a partir del 2017. En ese año los franceses dividieron la gama, por un lado el C5 corriente, que hoy ha cambiado su nombre a Citroën C5 X, un trampantojo de berlina y SUV, y el Citroën C5 Aircross, el coche que hoy ocupa toda nuestra atención y que, en ese caso sí, estamos ante un SUV de pura cepa. Hoy vivimos en el restyling de esa primera generación.

Desde el principio el C5 Aircross ha sido bien recibido entre los conductores españoles. Razones y argumentos no le faltan, desde el diseño hasta el equipamiento y el precio razonable. El restyling ya lleva un tiempo con nosotros, fue a principios del 2022 cuando lo recibió. A lo largo de este tiempo lo hemos probado repetidas veces en diferentes configuraciones y siempre nos ha resultado una de las compras más razonables de la categoría. Bien hecho, espacioso y con mecánicas muy resolutivas. A todas ellas se suma ahora una opción más que interesante que puede llamar la atención de muchos.

Principalmente de aquellos que viven preocupados por el distintivo ambiental. En la flota mecánica del C5 Aircross ya había dos versiones con etiqueta CERO. Me estoy refiriendo a los híbridos enchufables con 180 y 225 caballos. Las unidades más prestacionales que combinan un motor térmico, de gasolina y otro eléctrico alimentado por una batería de gran capacidad. Estos modelos disponen de la pegatina más favorable gracias a su holgada autonomía eléctrica, 58 kilómetros en la más favorable de las configuraciones. Desde noviembre del año pasado está disponible una opción intermedia.

También es híbrido, pero en este caso no es necesario enchufarlo. También se puede mover de forma 100% eléctrica, pero su autonomía es muy limitada. El motor de gasolina se enciende superados los 30 km/h o al alcanzar cierto grado de acelerador. Y aunque no dispone de la homologación CERO, ofrece la muy ventajosa etiqueta ECO de la DGT. Citroën lo bautiza oficialmente como C5 Aircross Hybrid. Por un lado consta de un motor de gasolina de tres cilindros y 1.2 litros. Por otra parte se suma un motor eléctrico que se alimenta de una discreta batería de litio con 0,43 kWh de capacidad neta. Es el mismo conjunto que desde hace unos años podemos ver en el Peugeot 3008.

Lo raro es que hasta ahora no había podido acoplarse al Citroën, pero ese problema ya ha quedado subsanado. El conjunto desarrolla un total de 136 caballos de potencia y 230 Nm de par motor. La gestión se deriva a una caja de cambios automática de seis velocidades que envía toda la fuerza al eje delantero sin la posibilidad de equipar un esquema de tracción total. Según la ficha técnica alcanza una velocidad punta de 200 kilómetros por hora con un consumo medio homologado en ciclo combinado de 5,7 litros por cada 100 kilómetros recorrido. Cifra casi idéntica a la obtenida por el diésel de similar potencia.

Al volante del Citroën C5 Aircross Hybrid

Huelga decir que por dentro, el C5 Aircross Hybrid es exactamente igual a cualquier otro C5 Aircross. Está disponible en cualquiera de los tres acabados de Citroën, You, Plus y Max. Gracias al restyling del 2022, el habitáculo se modernizó con la incorporación de paneles digitales. Uno cumpliendo las funciones habituales de instrumentación y otro, el principal, insertado en el salpicadero con manejo táctil y un tamaño máximo de 10 pulgadas. No es el mejor infoentretenimiento del mercado, pero tampoco es el peor. Lo mejor es que es sencillo y funcional. Es fácil entenderlo y aprenderlo.

Tampoco hay variedad alguna en cuestiones de habitabilidad. Si bien las unidades híbridas enchufables pierden 120 litros de maletero por culpa de la batería, ese problema no lo encontramos en el híbrido convencional. El baúl sigue ofreciendo 580 litros de capacidad mínima y 1.630 litros de volumen máximo. Como la segunda fila de asientos tiene regulación longitudinal, ese volumen puede variar en función de las necesidades. Una solución práctica que permite reducir o aumentar el espacio para los ocupantes posteriores. De por sí la banqueta ofrece mucha amplitud con la ventaja adicional de un suelo completamente plano y tres asientos individuales con fijaciones ISOFIX.

Como cualquier otro C5 Aircross, esta variante híbrida está pensada principalmente para ofrecer un gran confort de marcha. Con su ya habitual suspensión de topes hidráulicos que reducen las imperfecciones del asfalto, Citroën ofrece un punto de vista más cómodo que dinámico. El coche va bien asentado en la carretera, aunque la dirección está, para mi gusto, excesivamente asistida. Es cómoda y funcional en espacios urbanos a baja velocidad donde maniobrar es un juego de niños, pero le falta algo de tacto y precisión cuando entramos en una zona más revirada.

No te pierdas la prueba en vídeo del Citroën C5 Aircross

Es posible cambiar la configuración del coche a través de los diferentes modos de conducción: Eco, Normal y Sport. La verdad es que se aprecian comportamientos diferentes entre los niveles. En el programa Eco el coche intenta ser lo más eficiente posible. Se reduce la respuesta del acelerador y se suaviza el tacto de la dirección. En el modo Normal se baja una marca y el coche se vuelve ligeramente más vivo en todo el rango de revoluciones. La pegada es mejor y la respuesta también. En el formato más deportivo obtenemos la mejor respuesta de todos los componentes y es el programa más recomendable si queremos sacar todo el jugo al sistema.

Los 136 caballos que se anuncian son bastante discretos. No es un coche con el que tengamos que pensar en un enfoque deportivo porque no es así. La potencia se entrega de forma muy progresiva, aunque tenemos levas tras el volante que nos jugar con el cambio. Un punto positivo. En autopista es capaz de mantener ritmos legales y ligeramente superiores sin problemas. En secundarias, cuando la carretera asciende, igual es necesario jugar con el cambio o modificar el programa. Una vez más, si nos lo tomamos con calma la respuesta es como debería.

En temas de consumo, la ruta propuesta por la organización no ha sido especialmente propensa para obtener los mejores resultados. La cifra homologada en ciclo combinado es de 5,7 litros y creo que es un registro que se puede conseguir sin grandes problemas siempre y cuando seamos cuidadosos con el acelerador y el terreno nos ayude. La media general será superior a los 6 litros, aunque también es cierto que ha habido recorridos más favorables donde la media ha descendido por debajo del umbral de los 5 litros. Como suele pasar con todos los motores de tres cilindros, el consumo es muy sensible al tipo de conducción que realicemos. Algo que habrá que tener en cuenta.

Como ya ha quedado claro, el C5 Aircross Hybrid tiene muchos argumentos a su favor para ser una de las variantes más seleccionadas por los conductores españoles. Lo mejor de todo, cuesta creerlo en los tiempos que corren, es que no resulta especialmente caro. Citroën lo ofrece en una horquilla de precios entre los 33.345 y los 37.850 euros, en función del nivel de equipamiento seleccionado. Resulta más barato que un diésel con un consumo muy similar y con ventajas como disfrutar de descuentos a la hora de aparcar en la calle y la libertad de movimientos en las cada vez más habituales ZBE.

Conclusiones

Todo apunta a que antes o después todos acabaremos con un coche 100% eléctrico en el garaje. Salvo que nada cambie, ese momento llegará para muchos en 2035, así que es conveniente ir entrando en esa era electrificada. El Citroën C5 Aircross es una excelente opción para principiantes y expertos. Un SUV familiar, cómodo, práctico y muy solvente que no sale especialmente caro. Tiene el consumo de un diésel sin tener que depender de un enchufe para sacar su máximo provecho. Le sigue faltando la calidad de otros rivales de la categoría como el Renault Austral, pero en líneas generales saca muy buena nota.