Tras probarlo, este práctico SUV eléctrico de 376 km de autonomía, ha sido uno de los que más me ha sorprendido

Trabajando en este sector, lo cierto es que somos muy afortunados, pues tenemos la oportunidad de probar coches de todo tipo, con multitud de motores, tamaños y colores. Después de unos días a bordo, unos gustan más que otros, y esta opinión puede ser puramente personal ya que, al fin y al cabo, cada uno tiene sus gustos. Pero, por otro lado, también existen las sorpresas: de un coche que sabías que te iba a gustar, finalmente no es tan bueno como esperabas o viceversa. Y precisamente esto último es lo que me ha pasado en mi última revisión.

Concretamente ha sido con el Ford Puma Gen-E. Sí, un SUV 100% eléctrico y de pequeñas cotas (4.214 mm de longitud). En los últimos años he podido poner a prueba varias versiones del Ford Puma, pero de gasolina. Hasta ahora nunca con el eléctrico. Pero el resultado ha sido pasar de un coche que esperaba que me gustaría -como otros Puma- a ser uno de los que más me ha gustado tener.

Así es el Ford Puma Gen-E en cuanto a diseño

Estéticamente hay que decir que el Ford Puma es un coche que llama la atención por lo desenfadado y juvenil que se ve. Sus faros delanteros hacen las veces de unos curiosos «ojos saltones». Esto combinado con las líneas redondeadas de la carrocería lo hacen ser realmente «cuqui» en lo que a apariencia se refiere. El Ford Puma Gen-E puede decorar su carrocería en seis colores diferentes: Amarillo Electric, Blanco, Negro Agate, Plata Solar, Azul Digital Aqua o en Rojo Fantastic.

Con la llegada de la versión eléctrica, el Ford Puma conserva sus dimensiones (4.214 mm de longitud, 1.805 mm de anchura y 1.550 mm de altura), pero altera levemente su imagen exterior. La variante ‘cero emisiones’ se presenta con un frontal totalmente nuevo. En él se incluye un renovado parachoques, pero sobre todo una parrilla totalmente cerrada y decorada con el mismo color de la carrocería. En el centro de la misma se ubica el emblema de la marca norteamericana.

Sus faros delanteros estrenaron un pequeño rediseño para incorporar una firma lumínica nueva, aunque posteriormente también se incluyó en las versiones de gasolina. Mirando su perfil, las líneas redondeadas cobran casi todo el protagonismo, aunque esto también se lo llevan sus llantas de 17 o 18 pulgadas, decoradas en plata o negro.

Por último, su zaga es posiblemente la parte más continuista del conjunto. En él apenas existen puntos que hagan confirmar que estamos ante la versión 100% eléctrica del crossover. Bien es cierto que sí obtiene un elemento nuevo, y este es su bajo parachoques. Aquí desaparece por completo el tubo de escape y presenta un conjunto más limpio en lo estético.

Un interior reconocible pero con grandes novedades

Donde sí estrena importantes cambios el Ford Puma Gen-E es en su habitáculo. El salpicadero ha sido totalmente renovado con un nuevo diseño. En él se acomoda ahora su nueva instrumentación digital de 12,8 pulgadas, la cual tiene unos gráficos modernizados y muy claros. El centro del conjunto lo protagoniza un panel multimedia de 12 pulgadas y que está levemente girado en favor del conductor.

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Bajo esta pantalla central se acoplan tres botones físicos: una ruleta para el volumen de la radio, selector de modos de conducción, aparcamiento asistido y desempañado de la luna delantera. Ahora, recordemos, todas las funciones de climatización pasan a ser parte de un menú en la panel multimedia. Esto es algo que no termina de convencernos, ya que apostamos más por un módulo específico con botones reales.

También la consola central ha sufrido un pequeño rediseño. Ahora inserta un panel de carga inalámbrica para el smartphone, dos posavasos o un hueco generoso donde dejar objetos personales bajo este «primer nivel». Aquí debajo también se colocan las dos tomas USB para conectar el teléfono o para, simplemente, recargarlo.

En materia de espacio interior, el Ford Puma Gen-E va bastante bien servido en este aspecto. En la primera fila, los ocupantes no tendrán ningún tipo de problema para acomodarse aquí. Los de los asientos traseros, por su parte, no irán mal, pero no será tan óptimo para personas de alta estatura: hasta 1,85 metros podrán viajar cómodamente.

El maletero es de lo más práctico del coche. El principal (trasero) cuenta con dos niveles para el piso. De hecho, bajo este se encuentra un pequeño compartimento que, en el suelo, tiene un desagüe. Esto será útil si hay que transportar ropa u otros objetos mojados. Con ello, el volumen mínimo es de 523 litros. En caso de abatir asientos, esta cifra aumenta hasta los 1.283 litros. Asimismo, bajo el capó delantero tiene un pequeño hueco de 43 litros donde poder almacenar, por ejemplo, los cables de recarga.

Precio y acabados del Ford Puma Gen-E para España

El Ford Puma Gen-E está disponible en España con dos acabados principales. En el más accesible se incluyen elementos como las llantas de 17 pulgadas, faros Full-LED, cristales traseros tintados, pantalla central de 12 pulgadas o el sistema de mantenimiento en el carril. El precio de partida para esta opción es de 34.707 euros, sin contar ayudas o descuentos disponibles.

Un paso por encima se sitúa la opción «Premium» con llantas de 18 pulgadas, retrovisores electrónicos calefactados, nivelación automática de faros o protectores de estribos con logos. El precio de partida de esta variante es de 37.007 euros, también sin incluir ayudas o descuentos.

Mecánicamente, el Ford Puma Gen-E incluye una única opción mecánica en todo el catálogo. Esta se compone de un motor eléctrico de 168 CV y 290 Nm asentado sobre el eje delantero. Este, a su vez, se encuentra alimentado por una batería de 43 kWh de capacidad, la cual es capaz de homologar hasta 376 km de autonomía media.

Así se mueve el Ford Puma Gen-E en la vida real

He podido pasar unos días poniendo a prueba el Ford Puma Gen-E y lo cierto es que ha sido un coche que me ha sorprendido notablemente. Bien es cierto que las versiones con mecánicas más tradicionales ya me habían convencido con anterioridad. Todas ellas guardan una puesta a punto bastante dinámica y, a grandes rasgos, casi deportiva. Esto es algo que suele hacer muy bien la marca norteamericana en todos sus modelos.

Visto esto, el Puma Gen-E lo tenía todo para triunfar, ya que por mera concepción, los coches eléctricos pueden tener un paso por curva aún más asentado que los de gasolina, debido a que su centro de gravedad es más bajo. Y exactamente así ha sido. El Puma Gen-E ha dado en el clavo con casi todo y, bajo mi punto de vista personal, ha superado incluso a sus variantes de gasolina.

Como aperitivo de lo que viene, su asiento principal puede regularse hasta una altura eminentemente baja. Esto genera una mayor sensación de deportividad. La posición de conducción acentúa aún más esto gracias a un volante que sale en una posición muy horizontal. Al encender su mecánica eléctrica y salir (seleccionando la «D» en el selector situado ahora tras el volante), queda claro que estamos ante un coche realmente interesante.

Su capacidad de aceleración es realmente buena, como en casi cualquier coche eléctrico, todo sea dicho. Pero la dirección ofrece un tarado eminentemente rígido y con cierto peso (que no duro e incómodo), lo que hace sentir al conductor mucho más seguro en las diferentes maniobras a bordo.

Sus suspensiones también presentan una puesta a punto excelente, pues no son ni muy duras como para ser incómodas, ni muy blandas pues provocaría importantes balanceos en curvas. Lo cierto es que su tarado es muy bueno, ya que sirve para todo tipo de ocasiones. Esto, junto con el punto mencionado anteriormente, hacen que el Ford Puma Gen-E tenga un equilibrio excelente entre todos sus apartados.

De cara a un uso eminentemente urbano, lo cierto es que puede ser una opción perfecta. El Puma Gen-E tiene un tamaño idóneo para estos trazados, pues sus cotas son especialmente buenas para callejear en zonas estrechas o aparcar en espacios algo justos. A la conducción rutinaria también ayudará el sistema de frenada regenerativa o «One Pedal». Con él, el uso de los pedales se restringirá a el mero uso del acelerador: pisas más para acelerar o lo sueltas para frenar.

Incluso para llevar a cabo viajes de medio o largo recorrido, el Puma Gen-E es un coche excepcional. Bien es cierto que a altas velocidades se dejará notar el ruido aerodinámico, pero no llega a ser incómodo. Por otro lado, su aceleración realmente generosa será buena para casos en los que hay que incorporarse a una rotonda, entrar en una autopista por la vía de aceleración o llevar a cabo un adelantamiento.

Otro de los puntos positivos por los que me ha gustado mucho el Ford Puma Gen-E ha sido por el consumo energético de su mecánica. Tras una semana de pruebas, este marcó una media general de 14 kWh/100 km tras hacer un uso totalmente normal con el coche. Por ciudad esta media puede bajar notablemente hasta los 11 kWh/100 km, aunque en vías rápidas se ubica fácilmente entorno a los 16 kWh/100km.

Con su recarga no he tenido ningún tipo de problema en los diferentes cargadores donde lo he enchufado. En la mayoría la autorización e inicio del proceso ha sido casi instantáneo y, de hecho, he visto potencias de 100 kW, lo máximo que admite por homologación el modelo. Con esta cifra no será complicado pasar del 20 al 80% de la capacidad tras unos 20 o 25 minutos de enchufe, aproximadamente.