Motor.es

#SegundaMotoPrueba Victory Magnum: Introducción y precio (I)

El motorista fantasma se tranquiliza y se vuelve artista con la Victory Magnum, una moto bagger con un diseño poco menos que espectacular, una placa que identifica la serie y una línea tan americana como atemporal. Promete un largo viaje por carreteras secundarias donde la vista no alcanza a ver el horizonte y los kilómetros parecen infinitos.

Prueba Victory Magnum: Introducción y precio (I)

7 min. lectura

Publicado: 22/02/2016 10:30

Dentro de la relativamente corta existencia de Victory, la marca está tratando de penetrar en nuestro mercado con propuestas más que interesantes. Primero pudimos comprobar el estilo y la calidad de la Gunner y hoy nos subimos en uno de sus modelos ‘Bagger’, la Victory Magnum, una moto tan descomunal como atractiva. Es una de esas máquinas que parecen haber nacido para ser admiradas y si te atreves con ella (literalmente porque en vacío pesa 356 kilos), hay algo que en tu interior te dice que no debes bajarte hasta haber recorrido cientos de kilómetros.

La primera toma de contacto visual asusta. No sólo porque la moto es grande sino por la pintura especialmente cuidada (rojo cereza Ness Midnight) y los adornos que parecen simular el fuego de una forma artística. Sé que detrás del diseño de esta moto ha habido un especial cuidado de cada detalle.

Es probable que el responsable de diseño de la marca sea una persona entusiasta y que cada moto sea un regalo para su creador o su equipo en particular. Parte de ello se confirma con una chapa que identifica el modelo con un número de serie. Ahora ponen en mis manos el cuidado de una máquina única.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

¡Infórmate!

Así te verán por el retrovisor. Cruce y largas con tecnología LED

Si racionalizo la compra de la Victory Magnum entiendo que sea un producto difícil, en primer lugar por su precio que parte de 23.450 euros pero que puede crecer en función de los accesorios que uno le ponga. Incluso existe la Victory Magnum X-1 con un equipo de audio mejor que en la Victory convencional, una pintura específica y otros detalles de equipamiento que incrementa la factura hasta los 25.800 euros.

Faros LED, control de crucero, ABS... De todo

Son motos tan exclusivas como costosas, aunque una cosa está garantizada: es difícil ver otra igual en la misma calle, en el mismo barrio e incluso en la misma ciudad. Y con ella vas a llamar la atención de los más curiosos y de otros moteros.

Además está equipada con tecnología de vanguardia, comenzando por un potentísimo faro LED para la luz de cruce y para la de carretera. Incluso el piloto trasero se alimenta de esta tecnología con un diseño exquisito en forma vertical integrado en la carrocería y acabando en forma de pico. El cuadro de instrumentos parece salido de un automóvil; si se me permite, un poco ‘retro’ pero con aires modernos, como la retroiluminación en azul o los números curvados. Justo debajo, un pequeño display horizontal servirá para funciones multimedia como la radio.

Un gran disco de 300 mm parece pequeño montado sobre la gigantesca llanta de 21"

Por supuesto, se puede manejar a través de una de las piñas, aunque en nuestro caso la radio estaba desconectada y nos hemos quedado con las ganas de probarla porque con 100 W y 6 altavoces, promete un sonido espectacular. Incluso existe un accesorio para poder aumentar la potencia todavía más si uno quisiera.

Llanta de 21 delante. La más grande de las 'Bagger'

Incorpora ABS (pinza de cuatro pistones en el doble disco de 300 mm delantero y de dos pistones sobre un disco del mismo diámetro detrás) y control de crucero y una descomunal llanta delantera de 21 pulgadas que Victory proclama el mayor neumático de una ‘Bagger’ de serie. El tamaño de la moto va en consonancia a la enorme llanta, que además de ser un elemento de diseño, representa la majestuosidad de la Magnum.

Mide 2.657 mm de longitud y tiene una batalla de 1.670 mm. Es posible que en una plaza de parking no quepa aparcandola detrás de un coche, ya que su longitud supera la anchura de muchas plazas comunitarias. El ángulo de inclinación es de 29º y por fortuna tenemos una altura de asiento muy baja: 654 mm. Perfecto para llegar con ambos pies al suelo sin problema, sea cual sea la estatura del piloto.

La trasera rebosa personalidad en cada ángulo. El piloto e intermitentes son de LED

Para poder conseguir esto último se ha tenido que recurrir a un neumático trasero de medidas particulares: 180/60 R16. Esta llanta, que parece pequeña, carece de importancia en el plano estético pues la carrocería la tapa en tres cuartas partes. Pero ello ha contribuido a ganar un rebaje de la parte trasera necesario para poder disponer de la descomunal llanta delantera (25 mm en total).

El motor es el clásico conocido de la marca: el bicilíndrico Freedom de 106 Ci (o 1.731 cc) con una sexta marcha cuya función es hacer de súper directa u ‘Overdrive’. Se presenta suficiente para mover la pesada máquina. En la Gunner sobraba y en la Magnum, también. Sobre todo porque la moto está pensada más para hacer largas distancias a una velocidad de crucero de entre 120 y 140km/h y en esa velocidad apenas ha recorrido parte del tacómetro en una sexta que promete poder disfrutar de un latido de motor grave. Como se puede apreciar, una moto bien equipada y de carreteras rectas más que reviradas, pero en la siguiente parte de la prueba os contaremos las sensaciones sobre su ‘lomo’. Por cierto, ¿he mencionado ya que tiene entrada hasta para el iPod? Pues eso, que no le falta de nada.

Pixel