GP AzerbaiyánCarlos Sainz rompe su maldición en 2025: primer podio con Williams y "una lección de vida"
Carlos Sainz firmó en Bakú su primer podio con Williams y lo definió como el más especial de su carrera. El madrileño celebró una actuación impecable, fruto del trabajo duro tras un difícil inicio de temporada.

Carlos Sainz no estaba guardando un grato recuerdo del 2025 y de su debut con Williams… hasta hoy. La mala fortuna, los múltiples problemas y todos los malos momentos han dado su fruto hoy en el Gran Premio de Azerbaiyán con la firma de su primer podio con los de Grove.
Calificado como el propio Carlos como «el mejor podio de su vida», no ha sido nada fácil conseguirlo. Ha tenido que mantener la sangre fría en la salida ante un chacal como Liam Lawson justo a su lado, y ha sabido mantener el pulso en la resalida del Coche de Seguridad ante Max Verstappen.
«Hemos demostrado a todo el mundo el paso tan grande que hemos dado desde el año pasado»
A partir de ahí, resistir y mantener un ritmo constante, que finalmente fue clave para estar en la pomada. Sus principales rivales estaban justo detrás, los Mercedes, atrapados detrás de Liam Lawson, pero la estrategia de George Russell jugó a su favor. El británico, que comenzó con neumático duro, alargó su parada hasta los compases finales de la carrera.
Sainz no pudo hacer eso saliendo con el neumático medio, y se las vio, desde la distancia, con el de Mercedes para tratar de pelearle la segunda posición. El tren de Liam Lawson le garantizó mantener el podio, y el kiwi se convirtió en su principal aliado. Pilotos más rápidos como Norris, Leclerc o Tsunoda no pudieron con él.
Tampoco pudo pasarlo Andrea Kimi Antonelli, que perdió un valioso tiempo con Lawson que posteriormente iría a favor de Carlos. El madrileño tuvo un ritmo muy parecido al italiano, lo que le permitió respirar tranquilo en las últimas vueltas tras haber sido víctima del undercut de Russell, algo que advertía por radio a su equipo.
Explosión de felicidad
Pasar de segundo a tercero no le importó lo más mínimo, y celebró el podio con la efusividad que requería el momento tras un duro año de debut: «No puedo describir lo feliz que estoy. Es incluso mejor que mi primer podio».
«Hemos peleado duro todo el año, y por fin hoy hemos probado que, cuando tenemos la velocidad que hemos tenido todo el año y todo sale bien, podemos hacer cosas increíbles juntos. Hemos clavado la carrera, ni un error, y hemos batido a coches que ayer no esperaba batir», ha comentado el madrileño tras el Gran Premio en Bakú.
Como bien ha dicho Sainz, esto no es fruto de la casualidad, sino del trabajo duro de todo el año, y de pasar por travesías por el desierto en diferentes ocasiones que la suerte le pudo sonreír, y le dio la espalda. «Estoy muy orgulloso de todo el mundo en Williams por empujar en este año tan difícil».

El trabajo duro tiene su recompensa
«Hemos demostrado a todo el mundo el paso tan grande que hemos dado desde el año pasado. Vamos hacia arriba, en la dirección correcta», ha señalado Sainz, dejando una reflexión bonita e inspiradora no solo para las carreras, sino para la vida.
«Hemos tenido muchos incidentes este año, mucha mala suerte, que nos ha dificultado convertir el ritmo en resultados. Ahora entiendo por qué: este primer podio tenía que venir así. Así es la vida. Te trae esos malos momentos para darte uno muy bueno, y es mejor de lo que esperaba».
«Es toda una lección de vida: sigue creyendo en ti mismo, en tu equipo, en tus procedimientos, en todo lo que haces, porque tarde o temprano, dará sus frutos», indicó un emocionado Sainz antes de recibir el primer trofeo con los colores del equipo Williams.
Fuente: DAZNFotos: Williams Media