La nueva gasolina sintética con la que la F1 espera reducir las emisiones en un 65%

Ya hemos hablado en otras ocasiones de los planes que la Fórmula 1 tiene para el futuro con el objetivo de convertirse en una disciplina con balance neutro de emisiones de carbono a la atmósfera.

Esto guarda relación con su modo de moverse alrededor del planeta y la forma en que operan los circuitos cuando están activos, pero también es vital demostrar que la tecnología de los motores actúa en consonancia con dicho plan.

Y es que, aunque las emisiones contaminantes de los monoplazas actuales de Fórmula 1 constituyan únicamente el 0,7% del total de la actividad de la categoría, suponen el mayor impacto a nivel de imagen, así como en la tecnología del futuro para la automoción comercial.

Objetivo 2030

Con todo ello en mente, la Fórmula 1 trabaja ya para cumplir una meta: utilizar combustible 100% sostenible en 2030. El plan, a diferencia de lo que hace la Fórmula E, no consiste en pasarse a lo eléctrico, sino encontrar el modo de conseguir que los motores híbridos sean ecológicos y, por tanto, aceptables por la sociedad.

Ya en 2022, la gasolina pasará a ser E10, es decir, con un 10% de etanol. El plan pasa por liderar el desarrollo de los llamados combustibles sintéticos, generados con una combinación de procesos que capturan dióxido de carbono de la atmósfera y utilizan bioamasa no proveniente de fuentes de alimentación.

Esto, además de reducir la necesidad de materia prima fósil y hacer posible su reciclaje, permitirá una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 65%, según la propia Fórmula 1.

El combustible sintético que persigue la F1, en 5 claves:

1. 100% sostenible
2. Menos emisiones
3. Más eficiencia
4. La misma potencia
5. Utilizable en cualquier medio de transporte

Igualmente, esto resulta clave para atraer a nuevas marcas a la categoría, siendo en este momento Porsche y Audi las más interesadas en ello. De hecho, la primera construye ya una planta de producción de combustible sintético en Chile.

Si bien este tipo de carburantes no son la solución definitiva al reto de anular por completo las emisiones, sí se espera que permitan alcanzar la neutralidad de emisiones a través de la compensación de las mismas con la mencionada captura de CO2 de la atmósfera, el uso de energía renovable y la disminución u omisión de materias primas como el petróleo, el azufre o el benceno. Y, de ese modo, no tener que renunciar a los motores térmicos.

Fuente: Racefans.netFotos: Unsplash