Motor.es

Técnica F1Así influyen los cambios de temperatura en la Fórmula 1

  • Cualquier variación de temperatura tiene su consecuencia en la competición a niveles que posiblemente pasan inadvertidos para todos nosotros.
  • Ante el cambio de fecha del Gran Premio de Azerbaiyán, las condiciones cambiarán por completo en Bakú y los equipos tendrán que adaptarse en consecuencia.

12 min. lectura

Publicado: 24/04/2018 12:30

Para muchos de nosotros, mínimos cambios en la temperatura pasarán desapercibidos. Sin embargo, en la Fórmula 1 pequeñas variaciones de 1 o 2 ºC tienen un impacto considerable en la forma en que los equipos se preparan para una carrera o sesión de entrenamientos. Con el próximo Gran Premio de Azerbaiyán cambiando de fecha y, por tanto, el calor de junio por las temperaturas más tibias de abril, es un buen momento para determinar la influencia de los cambios de temperatura en la competición.

Dos mediciones juegan un papel importante en la F1: la temperatura del aire y la temperatura de la pista. Aunque las dos están relacionadas, no son lo mismo. En un día claro y soleado aumentarán las temperaturas del aire y de la pista. Pero tan pronto como llegue una masa de nubes, la temperatura del aire caerá inmediatamente. Sin embargo, la pista retendrá el calor durante un período de tiempo más largo y se enfriará más lentamente.

Los neumáticos

Dependiendo de los materiales de la superficie, las pistas pueden calentarse más rápido o más lento. Si la superficie presenta un alto nivel de betún, será más oscura y, por lo tanto, absorberá más luz solar y se calentará más rápido. Las variaciones en la temperatura afectan a muchas partes del coche, pero la mayor influencia suele darse en los neumáticos. La temperatura de la pista afecta a la del funcionamiento de la goma, lo que a su vez afecta el nivel de agarre y a la tasa de degradación.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

¡Infórmate!

Los neumáticos de F1 tienen una ventana operativa muy estrecha: el punto óptimo es el que permite su máximo rendimiento en términos de niveles de agarre. Operar debajo de esta ventana no produce los mismos niveles de agarre mecánico o rendimiento, mientras que estar por encima puede causar un descenso en el rendimiento y aumentar el desgaste. Perder la ventana operativa de neumáticos óptima por unos pocos grados puede costar décimas de segundo en el tiempo por vuelta.

Como los neumáticos delanteros y traseros no funcionan a las mismas temperaturas, un cambio en la temperatura de la pista afectará de manera diferente y aumentará o reducirá sus niveles de agarre de manera desigual. Las diferentes temperaturas de la pista también afectarán el equilibrio del coche. Por lo tanto, los equipos modifican la puesta a punto del vehículo para reaccionar ante estos cambios, pero no son sólo los equipos los que reaccionan a esos cambios. Los pilotos también lo hacen, ya que su estilo de conducción tiene su cuota de impacto en las temperaturas de los neumáticos. Los pilotos presionarán más si quieren generar calor en los neumáticos y lo harán especialmente en las curvas de alta velocidad.

La noche de Bahréin, al igual que la de Singapur o Abu Dhabi, hace que predecir la puesta a punto correcta se haga aún más complicado.

Si la temperatura de la pista cambia considerablemente durante una carrera, los pilotos tienen varias formas de lidiar con ello. Además de la energía con la que exigen a sus neumáticos, pueden modificar sus líneas de trazada para adaptarse al equilibrio del coche, ajustar el diferencial (la cantidad de transferencia de par entre las ruedas traseras) o el reparto de frenada en la parte delantera o trasera del monoplaza.

La refrigeración

Mientras que los neumáticos se ven afectados principalmente por la temperatura de la pista, los frenos, la refrigeración y el propulsor están más influenciados por la temperatura del aire. Por lo tanto, los equipos monitorean constantemente tanto la temperatura del aire, como de la pista, pero también las temperaturas de los componentes internos del coche. Esto permitirá que los equipos vean cómo esos componentes evolucionan y cambian a lo largo de las sesiones de entrenamientos o las carreras.

Si el aire ambiente está caliente, se requiere más flujo de aire para mantener la temperatura óptima en la mecánica

Los cambios de temperatura modificarán la cantidad de refrigeración requerida para mantener la unidad propulsora (el motor y los sistemas híbridos) funcionando en la ventana óptima, proporcionando a los equipos la mejor entrega de potencia posible. Si el aire ambiente está caliente, se requiere más flujo de aire para mantener la temperatura óptima en la mecánica y, para ello, los equipos abrirán orificios y rejillas en la carrocería, aumentando así el flujo de aire a través de los radiadores.

Los equipos pueden ejecutar diferentes configuraciones de refrigeración durante un fin de semana de carrera con el fin de adaptarse a las condiciones previstas. Esto es especialmente visible en los fines de semana de carrera como Bahréin, donde las sesiones tienen lugar tanto en las sofocantes horas diurnas, como en las más frías del crepúsculo. Sin embargo, se hace un poco más complicado cuando se producen grandes diferencias entre las condiciones del sábado y el domingo, porque el reglamento de parque cerrado no permite que se hagan cambios en los coches entre la clasificación y la carrera.

Una vez terminada la clasificación, los coches no se pueden tocar hasta pocas horas antes del inicio de la carrera y siempre bajo supervisión de la FIA.

Incluso sin variaciones de temperatura, la configuración del coche el sábado siempre busca un equilibrio entre el rendimiento de una sola vuelta y la competitividad de la carrera. La configuración más agresiva puede producir grandes niveles de agarre en una sola vuelta en la clasificación, pero aumenta el desgaste de los neumáticos en la carrera. Por tanto, los equipos deben encontrar un compromiso. Una oscilación de temperatura prevista entre el sábado y el domingo hace que este proceso sea un poco más desafiante, ya que los equipos deben tener en cuenta la previsión de las condiciones para el domingo mientras preparan el coche para la clasificación del sábado.

El piloto

Además de influir en las piezas del monoplaza, la temperatura también tiene un impacto físico en los pilotos. Pueden ser atletas increíblemente aptos y concentrarse en gran medida en el entrenamiento, pero manejar coches de Fórmula 1 es una tarea físicamente exigente.

Por lo tanto, pueden perder alrededor de un kilogramo de peso corporal durante las carreras como consecuencia de la pérdida de fluidos, una cifra que aumenta con temperaturas más altas, por lo que la cantidad que beben depende de lo cálida o fresca seas éstas. Cada piloto tiene un sistema de bebidas en su monoplaza que puede llegar a albergar hasta 1,5 litros de líquidos disponibles para beber durante la carrera.

La simulación

Atendiendo al fin de semana de carrera en Bakú, la nueva situación en el calendario plantea un desafío interesante: pasando desde finales de junio hasta finales de abril, las condiciones del Gran Premio de Azerbaiyán serán considerablemente diferentes en comparación con el año pasado. La diferencia en las temperaturas promedio de abril a junio en Bakú puede ser de alrededor de 10 ºC, lo que en la práctica supone un paso significativo cuando se trata de coches de Fórmula 1. Cuando los equipos se enfrentan a carreras con condiciones variables, realizan un barrido de simulaciones con diferentes temperaturas ambientales y de pista para precargar los cambios de configuración y refrigeración necesarios. Por tanto, los equipos han estado muy ocupados en el simulador antes de viajar a Bakú para comprender cómo los neumáticos y el equilibrio se verán influenciados por los cambios en la temperatura de la pista.

Los equipos realizan una gran cantidad de trabajo previo en los simuladores para llegar al circuito con una puesta a punto lo más precisa posible.

Esto ayuda a los equipos a anticipar los cambios de configuración necesarios. Es un elemento crucial de las preparaciones previas a la carrera, lo que permite a los equipos tener una comprensión general sobre cómo configurar el monoplaza cuando salten a la pista el viernes. Luego utilizarán las sesiones de entrenamientos para ajustar la configuración y asegurarse de que los pilotos estén contentos con el equilibrio del coche resultante.

Por supuesto, con el trazado urbano de Bakú como una de las últimas incorporaciones en el calendario, no hay tantos datos históricos de los últimos años como para saber qué sucede cuando cambian las condiciones. Por lo tanto, se recurre más a los simuladores para preparar mejor a los equipos con la información y las opciones cuando las temperaturas varían.

Fuente: Mercedes AMG F1

Compártela en:

Pixel